El suelo del teatro Infanta Isabel estaba lleno de globos: Carne Cruda y la república independiente de su radio cumplían diez años de libertad gracias a la fidelidad de sus oyentes -después de las zancadillas de la cadena pública y sus censuras-. Quizá por eso Javier Gallego decidió invitar a esa fiesta a otros ciudadanos -y artistas- molestos que el sistema intenta expulsar como si fuesen órganos mal trasplantados. Sin embargo, cada uno de ellos ha encontrado un modo de hacer trinchera, de burlar el qué no se debe decir -que es también el qué no se debe pensar-: ahí el rapero Valtonyc, que con sólo 24 años anda huido de la justicia española en Bélgica; o el condenado a un año de cárcel César Strawberry, que salta con más energía que nunca en el escenario y canta “Edipo rey, mamá putón, te borré de mi foto de primera comunión”, reliquia del 91.
Willy Toledo, ya un actor en busca y captura por no acudir a declarar ante la justicia tras la denuncia de Abogados Cristianos y de la Fiscalía por “cagarse en la virgen”, también acudió al evento disparando con lo más valioso que tiene a mano: el humor. Humor aunque en cualquier momento hubiesen podido presentarse allí, en las tablas del teatro, dos agentes para engancharle del brazo y encaminarle hacia el juez. La fecha límite es el 13 de septiembre, así que, como el cumpleaños de ayer se celebró sin incidentes. ha avisado de que esta noche, a partir de las 23 h., estará “en el Teatro del Barrio para participar en el acto / vigilia por la libertad de expresión convocado por el Movimiento Antirrepresivo de Madrid”.
Estará esperando a que vayan a detenerlo. “Ni los asistentes ni yo opondremos la mínima resistencia. No hace falta que envíen ustedes a la Legión, con dos agentes será más que suficiente, o, en su defecto, envíen ustedes a la cabra: somos animalistas y el trato hacia ella será más que exquisito”, ironizó. Los teatros son las catedrales modernas de Willy Toledo: es ahí donde se “acoge a sagrado”, o a pagano. Recuerden que ese viejo asilo medieval permitía que cualquier perseguido por la justicia se refugiase en la protección de iglesias y monasterios. Ahora sucede lo mismo con los núcleos culturales rebozados de activismo.
"Tecnología punta" de la Policía
“¿Os cuento una anécdota?”, saludó al público el actor, cano y sonriente. “Esta misma tarde he salido de casa y viene la señora vecina y me dice: ‘Mientras tú estabas en casa han venido tres coches con seis hombres y se han bajado a poner la oreja en tu puerta’. Yo vivo en una casita baja en Carabanchel. Bueno, pues resulta que la señora vio cómo los hombres buscaban un papelito puesto en la puerta… y dijeron ‘la prueba sigue aquí, no ha salido de casa’”, relató. “Estos son los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Tecnología punta”, bromeó, en conversación con Gallego. “Tengo timbre, Policía, y tengo té: podéis pasar y hacemos un té con pastitas muy british”.
Explicó que el 13 de septiembre no le va a quedar “más remedio” que presentarse ante la justicia “porque el juez se ha enfadado un poquito”: “A las 10 de la mañana tengo que declarar. No me han pedido que vaya, han pedido que me lleven. En el Teatro del Barrio nadie va a impedir que me detengan. Somos buenas personas. Quiero seguir con los cánones, los preceptos de lo que se llama la ‘desobediencia civil’. Tienes derecho a desobedecer una ley que consideras injusta”.
Willy subrayó que su asunto, en realidad, “es de interés colectivo porque va de leyes injustas”: “Tenemos que dar el paso a la desobediencia, porque si no no vamos a conseguir ni el más mínimo cambio. Cualquier avance social o político, cualquier derecho humano legítimo… se ha conseguido así, mediante la resistencia y la desobediencia civil. De Rosa Parks a cientos más. Desde la primera manifestación del colectivo LGTBI hasta hoy”.
"Mi carrera no la remonta ni Dios"
El actor no entiende que en este país “se pueda decir que ‘se viola a menores dentro de la Iglesia porque iban provocando’ o que ‘la homosexualidad es una enfermedad y tiene cura’, ojo, porque la Iglesia tiene clínicas ilegales donde dicen que van a curar la homosexualidad a sus criaturas… pero nadie se ofende por eso”. Evocó cómo toda la polémica surgió cuando defendió a unas “compañeras” que sacaron la procesión del “coño insumiso”, y volvió a lanzar: “Las vírgenes también tienen coño”.
“Mi carrera ya no la remonta ni dios. Me han puteado bastante, para qué nos vamos a engañar”, explicó, detallando que llevaba siete años expulsado, especialmente, del “cine y la tele”. “Lo controlan quienes lo controlan. A partir de la Ley del Cine del señor Aznar, las televisiones privadas tienen que dar no sé si un 2 o un 3% de beneficio al cine español, así que no se hace cine si no tienes el visto bueno del pequeño comité de Antena3 y del pequeño comité de Tele5. Cuando llega ese último filtro, y me ven a mí, les dicen: ¿Pues no habrá otros actores en España… para contratar al subnormal éste?”.