Soon-Yi ha roto su silencio. La pareja de Woody Allen, que comenzó su relación con él siendo una adolescente y cuando el director era novio de su madre adoptiva, Mia Farrow, ha hablado por fin en una entrevista con Vulture en la que ha defendido a Allen, que en el último año ha visto como Ronan Farrow ha sacado a la luz otra vez las acusaciones de su hermana Dylan de que Woody Allen abusó de ella.
Estas acusaciones fueron archivadas en su día por el juzgado, y Allen nunca fue declarado culpable, pero los Farrow han querido retomar el caso y contar de nuevo su versión de los hechos, a lo que Soon-Yi ha querido responder calificando lo que le está ocurriendo a su pareja como "irritante y muy injusto". “Mia Farrow se ha aprovechado del Me Too y ha paseado a su hija Dylan como si fuera una víctima. Toda un generación está escuchando estas cosas que no deberían”, añade.
No es la primera vez que habla: ya hace mucho negaba tajantemente que Woody Allen hubiera abusado de ella o la hubiera engañado diciendo que era absolutamente consciente de lo que hacía, ya que no era "una flor menor y retrasada que fue violada, molestada y mimada por un padrastro, maligno, ni de broma".
En esta ocasión aclara que nunca vio a Woody Allen como su padre, y cuenta como al principio no le cayó bien, pero empezaron a hacerse amigos y el momento en el que comenzó la relación fue tras volver de la universidad y ver juntos una película de Bergman. Por primera vez se sintió querida por alguien, ya que la vida con Mia Farrow se estaba convirtiendo en un calvario que retrata para Vulture y que se acerca mucho a los malos tratos.
"Yo ya tenía un padre, era André Previn, y Mia nunca se casó con Woody, ni siquiera vivían juntos, era el novio de mi madre, simple y llanamente. Mia nunca fue amable conmigo, ni siquiera educada. Y esto fue una oportunidad de estar con alguien que me mostraba afecto y era buena conmigo. Así que, por supuesto, estaba emocionada. Hubiera sido idiota, retrasada, si me hubiera quedado con Mia en vez de irme", explica.
Soon-Yi narra los episodios en los que Mia Farrow la trataba más como una empleada del hogar que como una hija. Nunca la educó, e incluso cuando la enseñaba a leer con unos bloques de madera, se los lanzaba si no acertaba con las palabras. "Mia no fue maternal conmigo. Por ejemplo, yo nunca me había dado un baño sola, porque en el orfanato había una bañera enorme donde nos metían a todas, y aquí me encontré sola, asustada, bañándome yo sola, y en vez de hacer lo que hubiera hecho con cualquier niño, poner juguetes, meterme en el agua, decirte que no es peligroso… me tiró dentro".
Su infancia fue un calvario lleno de reproches, "mira lo que has hecho", "no escuchas", "te voy a mandar a un manicomio"… y vejaciones como escribirla palabras en el brazo o colgarla boca abajo para que le llegara la sangre al cerebro, porque “creía o había leído que así me haría más lista”. Tampoco cuando le llegó la regla Mia Farrow ejerció de madre, y Soon-Yi apunta en Vulture que “nunca me enseñó a usar ni un tampón”.
Un capítulo más en la lucha entre Farrow y Woody Allen, que actualmente, y tras las acusaciones revividas, tiene su película paralizada y sin fecha de estreno por primera vez en décadas.