La mujer que siempre estuvo allí es un 'thriller' articulado sobre el maltrato psicológico, sobre cómo funcionan los resortes de la mente cuando nuestra pareja es nuestro mejor enemigo. Pero también es una comedia negra, un homenaje al cine de Tarantatino, Hitchcock y los Coen, una historia con golpe de efecto al más puro estilo de El club de la lucha, una macarrada que amenaza con arañarte el corazón. Y, por encima de todo, es una luz al final del túnel, un grito liberador, un canto a la esperanza, la fuerza y el amor propio a ritmo de 'heavy metal'.