El famoso gallo de la aguja, sin embargo, ha sido el sujeto de uno de los grandes milagros del incendio. Si al principio Patric Palem, consejero de Socra, la empresa encargada de las obras de restauración, anunció que había sido pasto de las llamas, un miembro de la agrupación de restauradores logró hallarlo entre los escombros el martes por la tarde. La veleta, también de cobre, iba a ser descolgada en junio para ser enviada al taller; y albergaba, según la Iglesia, reliquias de Santa Genoveva y Saint Denis, así como un fragmento de la corona de espinas de Cristo, que debía proteger a los parisinos.