Los trabajos para la apertura del sarcófago romano hallado a mediados de junio en Granada han culminado con éxito, al haberse retirado la tapa sin producir daños en el sepulcro, donde los expertos coordinados por la Consejería de Cultura y el Museo Arqueológico de esta ciudad han localizado un cráneo y, tras su extracción, continuarán con la limpieza y excavación del interior.
El sarcófago está datado entre los siglos II y IV d.C y ha permanecido sellado todo este tiempo, lo que unido al hecho de que se haya localizado entero constituye un “hallazgo excepcional y de valor histórico” por la información que pueda aportar. De hecho, hay documentación de otro sarcófago similar localizado en 1902, pero no se conserva absolutamente nada de él, según ha detallado este viernes a preguntas de los periodistas en Sevilla la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo.
Los trabajos se han centrado este viernes en la extracción del cráneo aparecido tras la retirada de la tapa, que se encuentra en una posición forzada y apoyado en un ladrillo a modo de almohada. A la espera de los análisis, los restos presentan un buen estado, incluida la dentadura.
El equipo de expertos coordinado por la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico tiene previsto excavar el interior del sarcófago -colmatado de tierra húmeda- a través las zonas más accesibles: los pies y la cabecera. La pieza sufre un pinzamiento muy acusado en su zona central, hasta el punto de tocarse los extremos de la coronación de las paredes laterales, y cualquier intervención podría ser “agresiva”.
La consejera ha mantenido que con la información actualmente disponible se trata de “un hallazgo excepcional que puede aportar un importante volumen de información histórica sobre el individuo inhumado, los rituales de enterramientos e, incluso, el medio ambiente de la Granada romana”.
Debido a la laboriosidad de la tarea de excavación, el estudio del sarcófago -hallado en una cata rutinaria vinculada a unas obras privadas en un inmueble de la plaza Villamena de Granada- continuará la semana próxima a la búsqueda de nuevos restos óseos, así como posibles elementos textiles y piezas de ajuar que puedan proporcionar más información.
Si los restos óseos se hallan en buen estado de conservación se podrá obtener el perfil biológico de la persona inhumada, de la que se podría conocer el sexo, la edad, la talla y el grupo humano. También se analizarán las variaciones esqueléticas que pueden proporcionar información sobre hábitos, desarrollo músculo-esquelético y condiciones de salud y enfermedad.
El estudio del sarcófago comenzó este jueves en las dependencias del Museo Arqueológico de Granada con la retirada de la tapa, de la que se tomaron muestras con el fin de analizar estos fragmentos para conocer su procedencia y el proceso de fabricación. Además, en el interior, se localizaron restos de las grapas de hierro que sujetaban la cubierta, además del cráneo ahora extraído.