Entre septiembre y diciembre de 1597, Miguel de Cervantes estuvo preso en la Cárcel Real de Sevilla. No era entonces el gran escritor en lengua española —nunca lo sería en vida—, sino un simple recaudador de impuestos en serios aprietos económicos por la quiebra de su banco. Pero la breve temporada entre rejas, rodeado de maleantes y convictos, se reveló en un momento lúcido de creación literaria, en la génesis de su novela más ejemplar, El Quijote.
Así lo reconocería el escritor y militar en las primeras líneas del prólogo: "Pero no he podido yo contravenir al orden de naturaleza, que en ella cada cosa engendra su semejante. Y, así, ¿qué podía engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación?".
De la Cárcel Real de Sevilla apenas quedan en la actualidad su aura, los vestigios transformados en una sucursal bancaria, y un busto en homenaje a Miguel de Cervantes, levantado en la calle Entre Cárceles, no muy lejos de la gigantesca catedral gótica de la ciudad hispalense, donde descansa otro ilustre de la historia de España: Cristóbal Colón. A escasos metros de la prisión, y conectada por unos túneles subterráneos, se hallaba la Real Audiencia de Sevilla, hoy sede de la Fundación Cajasol y donde se ha dado el pistoletazo de salida al XVI Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE).
Ese presencia metafísica e histórica de Cervantes, del recuerdo de la gestación de su gran novela, ha estado presente en el pequeño acto inaugural, con la presencia de Santiago Muñoz Machado, director de la RAE; Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol; y José Manuel Sánchez Ron, vicedirector de la RAE y que comisaria una exposición sobre la ciencia como un patrimonio panhispánico común.
"Si no estuvo Cervantes aquí, donde estamos hablando, es seguro que estuvo en la vecindad. Me emociona que fuese aquí donde se dio cuenta que tenía un gran tesoro entre las manos y comenzó a desarrollarlo", ha explicado Muñoz Machado en un auditorio semivacío porque uno de los autobuses que traía a la mayoría de los académicos se retrasó por culpa de una leve avería. "Ya han desfallecido por la tensión a la que les estamos sometiendo", ha bromeado el director de la institución.
Proyecto LEIA
El Congreso de la ASALE, que se celebra desde este lunes hasta el próximo viernes, es una cita cuatrianual que acoge a los académicos de las 23 delegaciones de la lengua española, hablado por unos 580 millones de personas en todo el mundo. En esta edición se debatirá en torno a las iniciativas sobre política lingüística panhispánica, acción cultural, educación... Habrá también comisiones de distintas ciencias del lenguaje y debates literarios y culturales.
"Esta es una oportunidad extraordinaria para que las academias incrementen su cooperación, de reforzar el panhispanismo para que el cuidado del español sea tarea colectiva", ha dicho Muñoz Machado. "Espero que sea un acontecimiento a recordar, histórico. Lo digo sin muchas pretensiones, simplemente consciente de que con tanta inteligencia reunida algo grande tiene que salir de aquí".
Ida Vitale, la última ganadora del Premio Cervates, Mario Vargas Llosa hablando sobre la publicación de una de sus mejores novelas, Conversación en la catedral, hace ya cinco décadas; Arturo Pérez-Reverte sumergiéndose en la relación de El Cid como figura histórica y como personaje literario o la presentación de las novedades de la 23ª edición del Diccionario de la Lengua Española (DLE) son algunos de los grandes atractivos del congreso.
Más cosas: se habrá un espacio continuo de presentación de libros académicos, se presentará el Glosario de términos gramaticales o se presentará la versión digital del Diccionarios del español jurídico. En el programa se detallan diversos eventos culturales accesibles a todos los ciudadanos y se realizará una lectura pública de Rayuela, de Julio Cortázar.
Asimismo, y hablando del autor de El Quijote, durante la clausura se presentarán la Obras completas de Cervantes en la edición de la Biblioteca Clásica de la Real Academia Española y se expondrá el proyecto Lengua Española e Inteligencia Artificial (LEIA), que como bien explicaba Muñoz Machado en una entrevista con este periódico, "es un proyecto que pretende que la RAE mantenga una gobernanza sobre la lengua de las máquinas tan intensa como la que ha tenido con la lengua de las personas, de los humanos. Necesitamos a las tecnológicas para que enseñen a sus máquinas a hablar de acuerdo a nuestras pautas, a nuestros libros".