Santos Juliá: Azaña, la II República y la Memoria Histórica
-Santos Juliá Díaz (Ferrol, La Coruña, 1940) falleció en Madrid el 23 de octubre.
-Profesor visitante y conferenciante en varias universidades europeas y americanas, era autor de numerosos trabajos sobre historia política y social de España en el siglo XX y colaborador desde hacía más de 27 años de El País. Fue Premio Nacional de Historia en 2005 con la obra Historias de las dos Españas. Otros títulos destacados son Los socialistas en la política española (1997); Vida y tiempo de Manuel Azaña (1880-1940) (2008); Hoy no es ayer (2010) y Elogio de historia en tiempo de memoria (2011). Asimismo, publicó en siete volúmenes las Obras Completas de Manuel Azaña (2007) y coordinó Víctimas de la Guerra Civil (1999), Violencia política en la España del Siglo XX (2000) y Memoria de la guerra y el franquismo (2006).
-Catedrático de Historia Social y del Pensamiento Político de la UNED y doctor en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid.
-Además del Premio Nacional de Historia, fue reconocido con el Internacional de Ensayo Caballero Bonald (2015) por Una historia de España a través de manifiestos y protestas (1896-2013).
Para recordar
Quedan un gran número de libros de historia entre los que sobresale el monumental trabajo que supuso la edición de las Obras Completas de Manuel Azaña, en las que integró todos los documentos y publicaciones del político alcalaíno, del que ya había ofrecido un excelente trabajo biográfico.
Santos Juliá renovó a fondo la comprensión de la Segunda República española, sacándola de esquemas que parecían intocables y, en relación con la Guerra Civil española, señaló el componente revolucionario que se dio dentro del bando que se decía leal a las instituciones republicanas.
Además de su extraordinaria obra de investigador fue un verdadero intelectual comprometido en el debate público, a través de sus valientes y penetrantes colaboraciones en la prensa diaria y en otros medios de comunicación, en los que fue habitual su presencia.
Cuando, en 2006, salió a la luz el debate sobre el controvertido tema de la memoria histórica, Juliá publicó algunos artículos decisivos en el periódico El País y en la Revista de Occidente, en los que puso la cuestión en su verdadero contexto de las representaciones de los hechos del pasado que, como señaló entonces, "adquieren una especie de existencia autónoma, independiente de los hechos representados".
La publicación de esos artículos no le reportó especiales ventajas pero puso de manifiesto su honestidad y valentía.