"Cuando salga de ésta iré corriendo a buscarte, te diré con los ojos lo mucho que te echo de menos. Guardaré en un tarrito todos los abrazos, los besos, para cuando se amarren en el alma la pena y el miedo", canta Rozalén en Aves enjauladas, su nueva canción. "Me pondré ante mi abuela y de rodillas pediré perdón por las veces que la descuidé, brindaremos por los que se fueron sin despedida. Otra vez. Otra vez", entona, quizá en amarga referencia a los muertos de la guerra civil en las cunetas -tiene sentido si tenemos en cuenta que Rozalén es una cantautora de la memoria que nunca ha temido tocar temas políticos e históricos en sus obras-.
"Pero mientras los pájaros rondan las casas-nido, una primavera radiante avanza con sigilo. He zurcido mis telitas rojas con aguja e hilo, me he mirado, valorado, he vivido. Somos aves enjauladas con tantas ganas de volar que olvidamos que en este remanso también se ve la vida pasar", continúa. "Cuando se quemen las jaulas y vuelve a levantarse el telón, recuerda siempre la lección y este será un mundo mejor".
"Cuando salga de ésta iré corriendo a aplaudirte, sonreiré, le daré las gracias a quien me cuide. Ya nadie se atreverá a burlar lo importante, la calidad de la sanidad será intocable", lanza, en claro guiño a las políticas de privatización de la derecha. "No me enfadaré tanto con el que dispara odio, es momento de que importe igual lo ajeno y lo propio: contagiar mis ganas de vivir y toda mi alegría, construir, construir...".
Un recuerdo, también, a este planeta cansado: "Pero mientras el cielo y la tierra gozan de un respiro, reconquistan los animalitos rincones perdidos, he bebido sola y lentamente una copa de vino, he volado con un libro". Todos los beneficios que genere la canción se destinarán a una red de pisos de acogida en España para familias, mujeres e infancia en riesgo de exclusión social, apoyados por la asociación Entreculturas.