La pandemia del coronavirus ha provocado un auténtico terremoto en la salud y los proyectos de la cultura: las novedades editoriales se han frenado, los rodajes de películas se han interrumpido, los ensayos de las obras de teatro se han cancelado... Todo está parado y en silencio, con las verjas de las librerías bajadas; o las de los cines, espacios que no se cerraron ni durante la Guerra Civil, cuando la metralla de una bomba bien podía acabar con la vida de un puñado de los espectadores. Y el panorama, por el momento, sigue siendo bastante desolador, sin certezas sobre cómo y en qué momento se reanudará la actividad.
Pero cuando todo empiece a volver a esa extraña normalidad que nos espera, y como receta para sacudirnos el agobio del confinamiento, qué mejor que un plan cultural para toda la familia y al aire libre como asistir a una representación de El Sueño de Toledo, el espectáculo más grande de España. Esa es la estupenda propuesta de Puy du Fou: un viaje de quince siglos por la historia de España, vivir una suerte de película en directo.
El parque de espectáculos históricos abrió una nueva sede en Toledo el verano pasado, con un éxito de acogida y de público evidente: más de 72.000 espectadores presenciaron alguna de las representaciones de El Sueño de Toledo y a sus más de 185 actores, jinetes y acróbatas que danzan y guerrean sobre un escenario de cinco hectáreas durante más de una hora, disfrazándose de reyes godos, musulmanes del siglo XI o conquistadores de América. Para la nueva temporada, que debería haber arrancado la segunda semana de abril de abril, ya contaban con 80.000 reservas a principios de marzo.
Pero el coronavirus ha pospuesto de forma indefinida el reestreno del espectáculo, programado hasta finales de octubre y que no se puede alargar más allá por cuestiones meteorológicas. "Es una situación frustrante, estamos deseando actuar y mostrar nuestras grandes sorpresas", lamenta Erwan de la Villéon, consejero delegado de Puy du Fou. Pero se muestra optimista en poder retomar sus servicios antes que otros espacios culturales por llevarse a cabo al aire libre, en un complejo amplísimo con un aforo de hasta 4.000 personas.
"Nuestra primera ventaja es que El Sueño de Toledo es un espectáculo a cielo abierto y obviamente hay menos riesgo objetivo y psicológico que en otros sitios", valora De la Villéon, quien también resalta otras peculiaridades para convertir la visita a Puy du Fou en un plan idóneo para después del encierro: "Simbolizamos el ir en familia a ver la actuación, volver a reunirse, hacer algo todos juntos después de estar separados tanto tiempo; y además ponemos en escena que España es un gran país con una gran historia". Todo eso a "un precio muy asequible cuando nos encaminamos hacia un tiempo de crisis": 24€ la entrada normal.
Novedades de 2020
El espectáculo había anunciado importantes sorpresas para la nueva temporada, como la incorporación del palacio de cristal del rey musulmán Al-Mamun, del reino taifa de Toledo, que emergerá de las aguas del Tajo; nuevas coreografías, un vestuario más refinado, otros siete caballos de raza hispana o una decena de roles diferentes. Sin embargo, la anómala situación ya ha provocado la cancelación de las diez primeras funciones. "Más del 80% de la gente que tenía entradas para estas fechas nos ha pedido posponerlas y no el reembolso", destaca el consejero delegado de la compañía gala.
Pero El Sueño de Toledo solo es el adelanto del gran parque de espectáculos históricos que Puy du Fou, premiado en dos ocasiones como el mejor del mundo, tiene previsto abrir en Semana Santa de 2021: contará con otras cuatro representaciones diurnas y tres pueblos históricos —uno medieval castellano, un campamento morisco y una venta manchega— en un complejo de treinta hectáreas. Para que todo esté listo en la fecha prevista, un equipo de 250 personas sigue trabajando a tiempo completo bien sea en el recinto, como los obreros, o desde sus casas, como los arquitectos y los diseñadores.
Los verdaderos protagonistas, los intérpretes, por el contrario, son los que permanecen expectantes en sus hogares sin poder perfeccionar la función. "No vamos a hacer ensayos hasta que no estén las condiciones aseguradas", dice Erwan de la Villéon. Quienes también siguen siendo imprescindibles son los encargados del cuidado de los caballos y bueyes: "El bienestar animal es algo con lo que no transigimos. Los cuidamos todos los días, tenemos que estar aquí porque también son nuestros actores", añade el directivo de Puy du Fou.
Aunque sea con un aforo reducido, De la Villéon no contempla una temporada en blanco, sin poder representar una sola vez el espectáculo. "Nuestras ilusiones están intactas, seguimos con la misma voluntad y abriremos el parque el día establecido. Hemos tenido que hacer muchos sacrificios durante la creación del proyecto, pero hemos podido demostrarnos que con muchas granas las pruebas se superan. Estamos aquí para muchos años", dice. Puy du Fou, la máquina del tiempo más realista que existe: el plan perfecto para sumergirse en la Historia con la familia (y olvidarnos del coronavirus).