Con tan solo 36 años, la escritora valenciana Elísabet Benavent ya ha escrito 18 novelas y dos libros de no ficción. Su último libro, Un cuento perfecto, trata sobre una historia de amor entre una mujer que lo tenía todo y un chico que no tenía nada. Siempre ha buscado jugar y distorsionar roles establecidos en sus obras. Según comenta a EL ESPAÑOL, tiene en mente como futuro proyecto escribir una novela larga desde la perspectiva de un hombre, algo a lo que todavía no se ha atrevido.
Pero ahora su mirada está puesta en el pasado: en su saga de Valeria, una serie de libros que narran las vivencias de una joven que ronda la treintena y se replantea su presente a la vez que desconoce lo que le depara el futuro. El presente de las novelas, por el momento, está en Netflix, pues la plataforma ha decidido adaptar los libros de Benavent a una serie que ya se estrenado el día 8 de mayo.
Más de libros que de películas, pese a su pasión por el cine clásico, le han llevado ahora a colaborar de forma activa en la creación de Netflix aunque el estreno y las celebraciones por este nuevo proyecto tendrán que posponerse hasta el final de la cuarentena. Por el momento, dedica sus días a leer todo lo que se le había quedado acumulado: La estación de las mujeres de Carla Guelfenbein y Hacia la belleza de David Foenkinos entre otros.
A la espera de las valoraciones de la gente, Benavent explica a este periódico que Netflix ha optado por una adaptación abierta, por lo que hay muchas diferencias respecto a las novelas. "Los personajes parten del mismo punto y llegan al mismo punto en la serie y al final del primer libro. Los caminos que recorren para llegar a ese final son diferentes pero lo importante es la situación de la que parten y a dónde llega", matiza.
Las similitudes también se encuentran en el trasfondo; en aquello que Benavent escribió hace años y que se plasma en los personajes de Carmen, Lola, Nerea, Víctor, Adrián y, por supuesto, Valeria. Elísabet dice que escribir es un acto muy autorreferencial pero que la mayoría de veces lo hacemos de manera inconsciente. "A mí me gusta pensar que a veces escribimos las respuestas de ciertas preguntas que aún no nos hemos hecho. Luego revisamos y nos las encontramos por el camino", considera la artista. "Hay un montón de cosas que yo al principio pensaba que eran del personaje y resulta que también son mías. Vas dejando huellas a través de la historia. Y no solo en personajes femeninos. Incluso dejas algo tuyo en personajes masculinos", añade.
Uno de los temas más recurrentes de la obra artística de Benavent es el amor y el sexo que, pese a tener tintes románticos algunas veces, goza de un realismo contemporáneo con el que cualquiera puede verse reflejado. "Lo más importante del amor es que sea libre y sano. Cierta parafernalia romántica ha dejado de tener tanta importancia en mí, lo que no significa que a una le amargue un dulce; a mí me encanta que me regalen flores", comenta.
En la adaptación de Netflix, la trama ha incluido aplicaciones similares a Tinder, donde los usuarios tratan de buscar relaciones mediante la aprobación o el descarte de personas. Muchas veces, acompañado de una falta de compromiso y una reducción mercantilista de la persona, donde únicamente es reducida al sexo, el amor líquido y la falta de cuidado imperan en este tipo de aplicaciones. "Aún estoy formando mi opinión sobre las aplicaciones para conocer a gente. Me da miedo que esto convierta las relaciones en fast food emocional", señala.
Asimismo, la serie pone el foco en las nuevas dinámicas sexuales. Ya no solo es el hombre el agente deseante. Según, Benavent, España es un país sin una educación sexual que ha aprendido sobre la marcha. "Las mujeres también son personas deseantes. Buscamos nuestro propio placer y al igual que es muy importante reflejar que el sexo puede ser magnífico, también puede ser un desastre". La escritora hace alusión a una de las escenas clave de la serie: la insatisfacción sexual de Valeria y su imposibilidad de llegar al orgasmo por la falta de interés de su pareja.
"No creo que el hombre sea egoísta. Es una cuestión a la que no se había dado espacio. Nos estamos quitando esa cortinilla hollywoodiense donde todo es perfecto y hay pétalos por doquier", indica a este periódico. "Vamos a poner el foco en nuestro punto de vista. Vamos a luchar para que la mujer no sea relegada a ser únicamente la que recibe el deseo para que exteriorice su pasión y las necesidades que tiene sobre cómo necesita que se la satisfaga".
"No vendría mal apoyo gubernamental"
No es la única de la familia con afición a la lectura. La cultura también está presente en su familia gracias a su hermana, una "devoradora de libros" que se ha convertido en una especie de consejera personal de la escritora. Es por ello que siente cierta preocupación por la crisis actual.
El coronavirus ha acaparado toda la agenda mediática y el confinamiento puede poner en un aprieto a pequeñas librerías, editoriales o compañías de teatro. "Muchas veces no tenemos interiorizado el valor del producto cultural", opina la autora. "No tenemos interiorizado que los creadores que para poder crear necesitamos tiempo y para tener tiempo necesitamos dinero". Además, recalca que el problema es de base y que la piratería cultural está muy arraigada a la sociedad española.
El gobierno ya ha adelantado que habrá medidas específicas para Cultura, pese a negarlo en primera instancia. "No vendría mal cierto apoyo gubernamental, sobre todo para ciertos sectores. Al fin y al cabo, los que tenemos libros en digital podemos seguir funcionando pero, ¿qué pasa con actores, directores o guionistas?", concluye Elísabet Benavent.