La polémica está servida: todo comenzó cuando, para homenajear a Alejandro Sanz, el Ayuntamiento de Madrid le puso una placa en un puente de la M-30 en su honor. El puente pasó a llamarse 'El del corazón partío'. Allá donde se conecta el barrio de Moratalaz con el de Estrella, una luminosa inscripción para celebrar la unión de artista internacional con Madrid, en el que comenzó su prolífica carrera: "Vecino de Moratalaz, encontró la inspiración en este puente en su camino hasta el reconocimiento mundial. Madrid es la ciudad donde los sueños se hacen realidad", reza la placa.
Ya se sabe: "Quién me va a entregar sus emociones, quién me va a pedir que nunca le abandone, quién me tapará esta noche si hace frío, quién me va a curar el corazón partío". Quieran o no, se la saben. Pero a los vecinos o viandantes se ve que no les acabó de encantar la idea, porque a las pocas horas ya estaba vandalizada: "Paga tus impuestos, Alejandro", era una de las inscripciones que podían leerse sobre el mensaje inicial.
Todo continuó con el concierto que el propio Sanz dio en ese puente a partir de ese gesto del Ayuntamiento. Lo cierto es que en un primer momento parecía una performance de carácter social, comunitario, casi solidario, una vuelta a sus raíces, tal vez porque se trató de un evento sorpresa.
Cuando los vecinos y los coches que circulan raudos por debajo del puente se quisieron dar cuenta, allí estaba el mismísimo Alejandro Sanz, que hace años vive afincado en Miami, volviendo a sus orígenes. También se retransmitió por pantallas en otros puntos de la ciudad, como en Callao. Pero, ¿cuánto ha costado la broma? Ahora lo sabemos. En una información publicada por El País se apunta que el cantautor cobró 39.920 euros por la organización del evento.
Es decir: sólo cantó tres canciones y cada una de ellas salió por más de 13.000 euros. Sanz alegó que ese dinero se destinó únicamente a los "costes de producción" del evento (músicos, alquiler de equipos, etc.), porque él había renunciado a cobrar su caché. No nos queremos imaginar de qué caché se trata.
Embajador de la ciudad
Gazul Producciones S.L, esto es, la empresa adjudicatoria del concierto, invirtió ese dinero en la "representación Artística del artista conocido con el nombre artístico Alejandro Sanz para la inauguración de la placa conmemorativa del puente de Moratalaz con el título de la composición musical "Corazón Partío" de la que es autor", según queda registrado en la Plataforma de contratación del sector público.
Almeida, por su parte, incluye este gasto en un plan de reconstrucción para la ciudad de Madrid. Reconstrucción moral o cultural, diríamos. Este martes todos los partidos ratificaron en un acto los llamados 'Pactos de la Villa' para levantar esta ciudad. El alcalde tuiteó el evento de Alejandro considerándolo un "regalo a Madrid desde su Moratalaz". Al miniconcierto sólo acudieron él, Begoña Villacís y unos pocos miembros de la Corporación municipal.
“Sanz ha cedido gratuitamente los derechos de la grabación de la actuación para destinarlos a la promoción turística de la ciudad. También ha cedido gratuitamente a Madrid Destino el uso de su imagen en el material audiovisual que no es específicamente la grabación musical para promoción de la ciudad, nacional e internacional”, dicen las autoridades, recordando que la influencia y la visibilidad que en estos días ha tenido el concierto en medios nacionales e internacionales supera "con creces" el "monto del contrato".
Alejandro Sanz, por su parte, ha colaborado durante esta cuarentena en la donación de mascarillas a residencias de ancianos y en el apoyo a hospitales y en la compra de alimentos.