El dibujante argentino Joaquín Salvador Lavado, más conocido como Quino, ha fallecido a los 88 años en su Mendoza natal, según informan medios argentinos. El artista es universalmente conocido por sus tiras cómicas con la pequeña Mafalda de protagonista. Ha sido uno de los más destacados humoristas gráficos de siempre. En 2014 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2014 por el "enorme valor educativo" y "dimensión universal" de su obra y por unos personajes que "trascienden cualquier geografía, edad y condición social".
La fama de Quino se disparó con las tiras de Mafalda, un personaje que había nacido para una campaña publicitaria frustrada de los electrodomésticos Mansfield. La llamó así porque le requirieron que su nombre empezase por "Ma", como el de la compañía, y él se acordó de la bebé de la película Dar la cara: Mafalda. La primera historieta de la niña preguntona, inteligente, irónica, inconformista, preocupada por la paz y los derechos humanos, se publicó el 29 de septiembre de 1964 en el semanario Primera Plana. En esta serie, el dibujante reflejó el mundo de los adultos visto desde los ojos de un grupo de niños.
"Mafalda fue hecha a pedido. Me pidieron que creara un personaje para una campaña de publicidad de electrodomésticos. Se trataba de armar una publicidad encubierta para que el personaje apareciera siempre en el diario. La temática anti-capitalista posterior de Mafalda fue como una forma de hacerse perdonar por esos inicios tan capitalistas", explicaba el dibujante sobre los orígenes de su mítica hija y su familia de clase media, que pasó un tiempo guardada en un cajón.
Las historias de este personaje contestatario, que llegó a Europa en 1969 de la mano del Premio Príncipe de Asturias Umberto Eco, que la definió como una "heroína iracunda", se han traducido a quince idiomas y se han impreso en diarios y revistas de todo el mundo. Su primer libro se publicó en España en 1970 gracias a Esther Tusquets y la editorial Lumen. Como sucedía en Argentina, se erigió en un símbolo de la juventud progresista, y las autoridades censoras del franquismo obligaron a colocar en la portada de ese ejemplar un aviso de que era "para adultos"
En 1973 y tras casi dos mil tiras, Quino dejó de dibujarla, aunque el interés por esta icónica niña que odia la sopa, la televisión, la guerra y a James Bond, pero es una fanática de los Beatles, ha seguido vigente hasta la actualidad, con sus libros reimprimiéndose y adaptándose a los nuevos soportes digitales y a las pantallas de televisión. "¿Qué importan los años? Lo que realmente importa es comprobar que a fin de cuentas la mejor edad de la vida es estar vivo", decía Mafalda en una de sus reflexiones más conocidas.
En una entrevista, Quino explicó que Mafalda iba a tener un hermano mayor, pero finalmente consideró que el protagonismo exclusivo de esas viñetas debía recaer sobre una mujer. "Son más avispadas", justificó, y contó también que el movimiento feminista que estalló durante la década de los años sesenta lo llevó a decantarse por esa decisión. También reveló nunca se habría imaginado que Mafalda fuese a durar tanto tiempo: "Yo esperaba que el mundo mejorase, pero la política liberal está convirtiendo a los ricos en cada vez más ricos, y a los pobres en cada vez más pobres".
La familia del dibjante ha explicado que su fallecimiento se produce por "razones propias de la edad y derivaciones de su salud de este último tiempo", habiendo vivido su vida "íntegramente". Según el periódico Clarín, la causa de la muerte es un accidente cerebrovascular
Su carrera
Nacido en Mendoza, en 1932, Quino fue hijo de andaluces de Fuengirola emigrados a Argentina en esa época. Descubrió su vocación de la mano de su tío Joaquín Tejón, pintor y diseñador gráfico, e inició con 13 años los estudios de Bellas Artes en su ciudad natal. Los abandonó en 1949, decidido a dedicarse a las historietas y al humor.
En 1954 publicó su primera página y, desde ese momento, sus viñetas, dibujos e historietas han aparecido en diarios y revistas de América y Europa. Con el golpe de Estado en Argentina de 1976, el humorista se exilió en Milán. En 1990 adoptó la nacionalidad española -cuenta con una estatua en Oviedo- y ha alternado residencia también entre Madrid y Buenos Aires, donde vivía desde 2017, tras el fallecimiento de su esposa Alicia Colombo. El pasado julio celebraba su 88 aniversario brindando con vino tinto y unas tortas de dulce de leche y pastas.
El Ministerio de Cultura del país austral lo definió esa jornada en sus redes sociales como "creador de una parte de la cultura argentina" y recordó que Mafalda "ha acompañado con humor y aprendizaje a lo largo de muchos años" a millones seguidores de sus historias y reflexiones.
Desde que dejó de dibujar a Mafalda, Quino se entregó a un humor más ácido y negro, destinado en mayor medida a un público adulto y que ha ido recopilando en distintos volúmenes. Sus últimos títulos más destacados fueron ¡Qué presente impresentable! (2005), La aventura de comer (2007) y ¿Quién anda ahí? (2013), una reflexión sobre los miedos del presente.
Durante sus últimos años en activo, Quino publicó principalmente en el diario argentino Clarín. Aunque se plegó a los ruegos de dibujar nuevamente a su célebre Mafalda para campañas benéficas lanzadas por UNICEF o el Gobierno de su país. Así lo hizo tras el fallido golpe de Estado de 1987 contra el presidente Raúl Alfonsín, cuando puso en boca de la niña el lema: "¡Sí a la democracia! ¡Sí a la justicia! ¡Sí a la libertad! ¡Sí a la vida!".
Según explicaba él mismo, sus viñetas iban "de la relación entre los débiles y los poderosos". "Eso siempre me ha obsesionado. Esa sensación de impotencia que tienen los pobres frente a los ricos, de los mandados frente a los amos, no sé, a veces pienso que debería dejar de dibujar por un tiempo, para no vivir la angustia o el miedo a repetirme. Pero cuando pienso en que voy a abrir el periódico y no van a estar mis dibujos, me da más angustia y sigo dibujando".