Ha pasado un año desde el inicio de la demolición de uno de los edificios más emblemáticos, por su localización, del centro turístico de Málaga. La parcela que anteriormente ocupaban los cines Astoria y Victoria ha dejado al descubierto restos de diversas épocas. El hallazgo más relevante: un enterramiento cristiano datado en torno a 1487, año de la conquista de Málaga por el ejército de Isabel I de Castilla.
Más de 300 sepulturas de caballeros que lucharon en el cerco de la medina musulmana a la orilla de la muralla. El descubrimiento, aunque relevante, dista mucho de la principal esperanza de arqueólogos e historiadores, que esperaban encontrar en esta localización el circo o el anfiteatro romano. En una visita a las obras este lunes, el equipo arqueológico a cargo de la actuación ha sido tajante: “No hay restos del anfiteatro”. Ana Arancibia, miembro de la dirección del proyecto, ha afirmado que también hay elementos pertenecientes a un arrabal industrial musulmán de la ciudad.
La localización de la manzana en estudio es, actualmente, el centro del turismo malagueño: a pocos metros se encuentran la Casa Natal de Picasso, hacia el norte, y el Museo Picasso, hacia el sur. Además, es la puerta de entrada al Centro Histórico por la calle Granada y la calle Alcazabilla, donde se encuentran el Teatro Romano y las vistas a la Alcazaba. Es, por tanto, un eje monumental en el que, sin lugar a dudas, se esperaba encontrar restos de interés.
Sin embargo, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, cree que los descubrimientos realizados “no son apasionantes o brillantes” como para condicionar los futuros proyectos de esta parcela. El Ayuntamiento, que gastó 21 millones en adquirir el edificio en 2010 a la empresa Baensa (liquidada en 2012), ha proyectado un equipamiento cultural que incluye un auditorio subterráneo.
Continuar excavando
Fuentes científicas consultadas por EL ESPAÑOL afirman que la presencia de restos de un enterramiento romano, que también ha aparecido en este estudio, pueden señalar a la presencia de la calzada de entrada a la ciudad. En este sentido, este lunes se han pronunciado tanto los partidos de la oposición como la socia de gobierno del PP en Málaga, Noelia Losada, de Ciudadanos. Todos coinciden en que estas excavaciones son sólo el principio y hay que seguir trabajando en ellas.
Sin embargo, desde el Área de Urbanismo se han dado por concluidos los trabajos. Ahora toca esperar a que antes de final de año la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía se pronuncie sobre el informe del equipo arqueológico. Desde el Ayuntamiento se justifica el fin de los trabajos por una causa: aparecen corrientes de agua que, con el paso de los siglos, se han llevado otros posibles restos.
En cualquier caso, sea cual sea el dictamen de la Junta, el Ayuntamiento, según el concejal de Urbanismo, Raúl López, cuenta con dos planes diferentes para no retrasar la construcción de un equipamiento cultural que ha tenido, durante los últimos años, un intenso debate en la vida municipal.
El no de Banderas
El 7 de abril de 2017 el Ayuntamiento de Málaga descubría la identidad de los ganadores de un concurso público internacional de ideas para la parcela en cuestión: un proyecto liderado por Antonio Banderas con el diseño del arquitecto local José Seguí había resultado afortunada. En poco más de un mes, Banderas abandonó el barco por la sospecha infundada de que el proceso del concurso no había sido limpio. Al retirarse de la carrera el actor, el Ayuntamiento comienza las gestiones con la Junta de Andalucía tomando otra de las propuestas como base.
La corporación municipal tiene claro que no hay intención de retrasar más de lo estrictamente necesario un proyecto de gran valor añadido para la ciudad. Sobre la mesa y en estudio se encuentra el plan Málaga All Space, que incluye tres plantas sobre la superficie con espacio gastronómico y cultural, lo que lo convierte en objetivo de inversores privados al estilo de los mercados de San Miguel, en Madrid, la Lonja del Barranco, en Sevilla, o Victoria, en Córdoba.
Sin embargo, el elemento estrella de esta actuación es la construcción de un auditorio en el sótano para 1.500 personas, superando en más de 300 localidades al Teatro Cervantes, a pocos metros. En torno a ese sótano es donde ha aparecido la discordia entre la mayoría del Ayuntamiento y el resto de los concejales.
En manos de la Junta
Ahora que el Ayuntamiento ha dado por terminadas las labores arqueológicas, los restos han quedado tapados como parte de la conservación. Es en este momento en el que la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía toma las riendas del futuro de estos restos. Desde la delegación de Málaga, se confirma que a lo largo de este mes recibirán el informe y la memoria de la intervención. La consejera ya adelantó que la respuesta estaría antes de que acabe 2020.
Asimismo, aseguran que los restos descubiertos son muy superficiales, algo que “impide que se pueda seguir excavando, porque se ponen en peligro los hallazgos realizados” hasta el momento. En cualquier caso, a partir de la respuesta de la Junta empieza la cuenta atrás para uno de los proyectos estrella del sexto mandato de Francisco de la Torre en Málaga.