El ninot de Felipe VI que marcó la edición de ARCO 2019 ya es historia. Los artistas Santiago Sierra y Eugenio Merino, artífices de la provocadora escultura, la han quemado este 12 de octubre, día de la Hispanidad, en el municipio barcelonés de Berga. La obra de más de cuatro metros de altura había sido concebida para que el comprador que pagase los 200.000€ le prendiese fuego en el plazo de un año. Al no haber encontrado coleccionista, han decidido completar el proyecto artístico por su propia cuenta.
El ninot hiperrealista del Rey había sido elaborado con materiales combustibles como cera, resinas, madera, tela y pelo natural. Las llamas han consumido la obra "hasta dejar sólo una calavera ignífuga a modo de 'vanitas' y las cenizas", ha señalado el estudio de Santiago Sierra en una publicación de Facebook que va acompañada de un vídeo de tres minutos en el que se ve arder la escultura de Felipe VI. Lo que queda del gigantesco muñeco, así como el vídeo y las imágenes del making of de la performance, podrán ser adquiridos por un coleccionista.
Santiago Sierra y Eugenio Merino presentaron la obra en ARCO 2019, en la galería italiana Prometeo, causando un gran revuelo. El comprador debía comprometerse por contrato a prenderle fuego después de abonar los 200.000€ y en el plazo máximo de un año. "La obra se había realizado con la intención de ser quemada con el mismo ánimo con el que se queman las Fallas en la cultura popular: deshacerse de lo viejo y de lo corrupto para dejar paso a lo nuevo", ha recordado el estudio Sierra.
Sin embargo, nadie ha querido hacerse con el ninot. Los artistas lo han incendiado coincidiendo con día de la Fiesta Nacional en un municipio barcelonés gobernado por la CUP. "No nos han censurado, pero se ha trabajado sin descanso para evitar su venta", explicaba Sierra en una entrevista con El País en el contexto de la feria de arte contemporánea del año pasado. "Lo que se vende es el placer de quemar la pieza, un momento único e histórico que le ofrecemos al coleccionista para su propio disfrute", añadía Merino.
Los dos creadores son un taller de polémicas. Sierra fue censurado en 2018 por la dirección de ARCO al presentar la obra Presos políticos en la España contemporánea, un mural de 24 fotografías de caras pixeladas entre las que aparecían retratados algunos líderes independentistas catalanes encarcelados. Merino, por su parte, revolucionó la feria en 2012 al meter a Franco en una nevera como denuncia de lo "fresco" que estaba el franquismo. Unos años más tarde creó un punching-ball con la cabeza del dictador. La Fundación Franco le ha denunciado por vulneración del honor, obteniendo siempre el revés de la justicia.
Ambos artistas decidieron unir esfuerzos para elaborar el ninot de Felipe VI. Su objetivo era, según el estudio de Sierra, "fundir sus estilos para la producción de esta obra de arte procesual que aspira a convertirse en un documento histórico de su época, expresando los sueños y los deseos de gran parte de la población de deshacerse de una institución caduca". La obra Presos políticos, por el contrario, se expone actualmente en Lleida en una muestra que aúna el arte polémico adquirido por el empresario catalán Tatxo Benet.