La gastronomía, los vestigios de la pandemia, la sexualidad y la digitalización de la sociedad y sus problemas copan los nuevos términos incluidos en el Diccionario de la lengua española (DLE), revelados este jueves por la RAE. En total, se han incluido 3.836 novedades entre adiciones de artículos y acepciones y enmiendas, entre las que sorprende encontrar algunas palabras que llevan años usándose, como "cachopo", "sanjacobo" o "chuche", y destacan otras que forman parte de los debates más candentes de la actualidad, como "poliamor", "transgénero", "cisgénero" o "ciberacosador".
En la presentación de la actualización 23.5 del DLE, que cuenta con el apoyo de Fundación "la Caixa", han participado Santiago Muñoz Machado, el director de la RAE, y la académica Paz Battaner. Si el coronavirus y los términos pandémicos habían acaparado el protagonismo en la última modificación —ahora se incluyen definiciones como "cubrebocas", "vacunólogo", "nasobuco", en referencia a la mascarilla, o "hisopado", entendido como una prueba consistente en tomar una muestra biológica especialmente de la región bucal o nasofaríngea, es decir, un guiño a las molestas PCR—, en esta la palma se la llevan las palabras nativas del mundo digital.
"Bitcóin", "bot", "ciberacoso", "ciberdelincuenca", "criptomoneda", "geolocalizar" o "webinario" se añaden al Diccionario, que ya se pueden consultar en su página web. A algunos de los términos ya recogidos en la obra se han incluido nuevas acepciones, como sucede con "audio" —mensaje sonoro que se envía digitalmente—, "compartir" —poner a disposición de un usuario un archivo, un enlace u otro contenido digital— o la forma coloquial de "cortapega".
Battaner ha destacado durante su intervención que a la RAE, que elabora el Diccionario junto a las otras academias que conforman la ASALE, le gusta incluir "lo que es reflejo de la sociedad de hoy". En este sentido, se han añadido expresiones muy coloquiales como "rayar" —enfadar, fastidiar, hartar u obsesionarse excesivamente—, "tirón de orejas", "ojiplático" o "disfrutón", dicho de una persona que tiene una gran capacidad de disfrute o que produce mucho disfrute. También llaman la atención adiciones como "top manta", "pifostio" y "sindiós" —situación de caos o desorden—, "muac", "empanado/a", "ADN" como unidad léxica, "eurofán, por los seguidores del Festival de Eurovisión, o "cobra", definida como gesto de retirar la cara para evitar un beso no deseado.
Una de las novedades que más llamará la atención es la enmienda a la definición de obispo. Se ha añadido "obispa" porque está históricamente documentado la presencia de mujeres que en algunas iglesias protestantes desempeñan este cargo. "La feminización de muchos trabajos está francamente consolidada en el Diccionario. Las palabras no se inventan, tenemos que tener seguridad de que se ha usado esa forma", ha explicado Paz Battaner en relación con el proceso de desdoblamiento.
Muñoz Machado ha añadido en este sentido que "la Academia tiene que tener tendencia a no precipitarse a añadir palabras, tenemos que tener paciencia hasta que se estabilizan. Muchas veces las palabras se ponen de moda y desaparecen tan rápido como aparecen. En las comisiones de trabajo de la RAE es frecuente concluir que vamos a esperar a ver qué pasa". Varias de las que ya se ha asentado con premura y se acaban de incluir en la obra son las formas complejas "burbuja social" y "nueva normalidad". Battaner ha señalado que durante la pandemia, la RAE hizo "un esfuerzo especial para incorporar palabras que aparecían en boca de todos. Pero luego hay muchas palabras que llevamos usando hace tiempo y no hay inmediatez en su reflejo en el Diccionario, porque no sabemos si se va a consolidar: tiene que pasar un tiempo y ver que sea una palabra necesaria"
En el apartado gastronómico se ha sumado un importante grupo de palabras de platos típicos españoles como "paparajote", el dulce murciano preparado a partir de la hoja del limonero, o el "rebujito" andaluz, además de los citados anteriormente. También lo hacen otros alimentos como "quinoa", voz de origen quechua, o "crudité", plato compuesto de legumbres y hortalizas que se consumen crudas. Se han actualizado, además, otras entradas con adiciones de forma compleja, como ocurre en el caso de tinto, que incorpora "de verano"; o de "balsámico" al vinagre.