El arquitecto responsable del proyecto rectificado de la Operación Canalejas, Carlos Lamela, se ha convertido en el protagonista de la rueda de prensa convocada por el Ayuntamiento de Madrid para dar a conocer la disminución del volumen construido sobre la cornisa acordado con la Comunidad de Madrid, el Colegio Oficial de Arquitectos (COAM) y el Grupo Villar Mir. La alarma saltaba cuando Lamela reconocía errores en la destrucción del edificio y de las partes protegidas como Bien de Interés Cultural: fachada y crujía.
“Hemos trabajado siempre desde la más estricta legalidad, otra cosa es que hayamos cometido algún error sobre las partes protegidas”, ha explicado. “Cuando hemos cometido errores en la obra lo hemos comunicado con transparencia”, señala para contestar la denuncia de la destrucción de las crujías y el expediente de expolio que paralizó las obras el pasado marzo. “Todos cometemos errores todos los días. Esta es una obra complejísima. Desmontamos, demolemos elementos muy intrincados unos con otros. A veces demolemos un centímetro y es difícil trabajar con precisión. Las cosas no se pueden hacer al 100% de efectividad. Es muy difícil evitar los errores”, añade Carlos Lamela.
Todos cometemos errores todos los días. Esta es una obra complejísima. Desmontamos, demolemos elementos muy intrincados unos con otros
El responsable de la obra de OHL justifica de esta manera los desperfectos irreversibles sobre el patrimonio, “en obras de reconstrucción y rehabilitación”. Lamela ha visto cómo su idea original ha tenido que someterse a cambios en altura, los 30 apartamentos que volaban sobre el gran hotel proyectado quedarán en 22. “Ahora el conjunto es más amable y menos duro en la transición de los edificios”, dice.
Esos son los términos que ha lanzado la responsable de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, Paloma Sobrini Sagaseta de Ilurdoz, quien asegura que han acordado crear un proyecto más “amable”, que genere “beneficios”, “alegría” y “vida” en la ciudad. El COAM, que dio el visto bueno al diseño inicial, se ha limitado a subrayar su “satisfacción” porque ahora “tendremos una ciudad mejor”. Sin embargo, ninguna de las partes pudo aclarar cómo era la ciudad con el proyecto original, antes de ser “amable” y “alegre”.
¿Qué ha pasado con las crujías? “Las crujías están ahí”, asegura rotunda en un primer momento Sobrini Sagaseta de Ilurdoz. La responsable de patrimonio termina matizando que “hay elementos que la empresa no ha entendido como crujías y que los ha destruido”. “No está clara cuál es la definición de una crujía”; explica Sobrini, de formación arquitecta. Es decir, nadie sabe nada de las crujías. Además señala que las fachadas deberán ser respetadas en su unidad y particularidad, dando a entender que la empresa ya había empezado a igualar todas.
Denuncia de expolio
“Hemos paralizado el informe que estábamos desarrollando para constatar el alcance de los daños sobre los elementos protegidos por la investigación de la fiscalía. La empresa ha hecho desaparecer partes que debemos comprobar si son esenciales”, añade. En ese sentido, el portavoz de OHL, Francisco Meliá, acredita las acciones cuestionadas por Ayuntamiento, Comunidad, fiscalía y asociaciones gracias a la posición del Ministerio de Cultura: “Había una denuncia de expolio y el Ministerio ya ha denegado que haya expolio”.
El portavoz de OHL dice que había una denuncia de expolio y el Ministerio ya ha denegado que haya expolio
Lamela definió la intervención de OHL sobre los siete edificios como la construcción del hotel más importante que se hará en Madrid. “Eso va a ser una espoleta que va a dinamizar una operación de recuperación del centro de Madrid”. El complejo tendrá un uso básicamente hotelero, galería comercial, parking y viviendas de lujo vinculadas al hotel.
El concejal de desarrollo sostenible urbano del Ayuntamiento, José Manuel Calvo, ha valorado positivamente la reducción de 30 a 22 viviendas de lujo: “OHL ha reducido el volumen de negocio, lo que demuestra el compromiso de la empresa con la ciudad. En contra de lo que se ha repetido no tenemos intención de paralizar las grandes operaciones de la ciudad”. Además, ha admitido que su grupo no habría rebajado el cambio de protección BIC del conjunto, que permitió la demolición del patrimonio hace dos años. “Nosotros habríamos planteado otras alternativas, pero nos hemos encontrado con esto”.