Hace un año y medio, la artista Megumi Igarashi, de 44 años, fue arrestada cuando trataba de recaudar fondos para hacer un kayak con la forma de su vagina. Ahora el Tribunal de distrito de Tokio la condena a pagar una multa de 400.000 yenes (3.280 euros), por exhibición y distribución de grabaciones obscenas. Igarashi distribuyó una imagen de su vagina, el objetivo era apoyarse en una comunidad de 30 personas para trabajar en la forma exacta de su sexo y aplicarlo en la embarcación. Ella se defiende asegurando que no mandó fotos de su vagina, sino de la maqueta de la embarcación que quería modelar.
La artista hace multitud de objetos basados en su sexo, como carcasas para móviles o pañuelos de papel, para reivindicar la normalización de la vagina, tal y como ocurre con el símbolo del pene. Cada año, miles de personas acuden a Kawasaki para celebrar el Kanamara Matsuri (en español, el Festival del falo de acero), un evento sintoísta en honor a la fertilidad. De ahí que Igarashi se pregunta por qué los genitales femeninos son considerados “obscenos”.
De momento, ha evitado dos años de cárcel y el doble de multa y ya ha anunciado que recurrirá la condena. La artista también recuerda la cuestión de desigualdad y misigonia con sus trabajos, dado que Japón es reconocido por la baja participación de las mujeres en el Parlamento y en altos cargos. “Los políticos y los presidentes de las grandes compañías siguen siendo hombres”, explicaba Igarashi al diario Art.Net en entrevista antigua.
“Haber nacido en el campo de Japón me ha hecho experimentar una intensa discriminación de género. En la superficie, la igualdad de género en Japón parece cada vez mejor”, contaba la artista que en estos momentos ha dejado los proyectos en 3D para centrarse en el cómic y la pintura.