Tuvo sexo 365 días con 365 hombres distintos y descubrió que necesitaba pareja
El artista ruso Misha Badasyan se acostó con una persona distinta cada día durante todo un año con el fin de averiguar si es posible sobrevivir sólo a base de sexo o hace falta algo más.
1 agosto, 2016 23:48Noticias relacionadas
¿Qué es el amor? ¿Y el sexo? ¿Son conceptos inútiles, pasados de moda? ¿Preferimos Tinder a conocer a alguien tomando un café? En un mundo donde las relaciones personales parecen ser menos naturales, donde las pantallas sustituyen las formas personales de conocerse y donde cada vez más gente acude a la vía rápida para intimar, Misha Badasyan quiso llegar hasta el final.
Badasyan decidió acostarse con alguien distinto cada día durante un año. No fue una apuesta entre amigos, fue arte. Badasyan creó una performance llamada Save the date (guarda la cita) para investigar las relaciones sexuales volátiles del siglo XXI.
El artista ruso que actualmente vive en Berlín, dejó su tierra porque “el FBI de mi país me controlaba, aunque era un adolescente, creían que yo era ‘peligroso’ para el gobierno”, afirmó en esta entrevista. Desde que era un niño se sintió identificado con diferentes causas, como los derechos de los animales o la lucha contra las centrales nucleares.
Badasyan no se ha quedado de brazos cruzados frente a los problemas sociales que ve a su alrededor. Por ello se encuentra inmerso en diferentes causas de colectivos LGTB, causas que intenta explicar y desarrollar a través de una vertiente artística. En Rusia la homosexualidad está perseguida. "Es mi manera de expresar y comprender el amor, yo no estaba en Rusia y nunca había visto una persona gay en mi ciudad", cuenta el artista a EL ESPAÑOL.
Ser o no ser
En Save the Date el artista pretende indagar en el planteamiento de las relaciones sexuales y homosexuales, saber cómo nos relacionamos en la actualidad... en un mundo donde las pantallas han llegado hasta el plano más íntimo del ser humano y donde las relaciones sexuales volátiles, casi impersonales, son la manera en que muchas personas se relacionan.
Tras acostarse con 365 personas el artista afirma que se le 'olvidó cómo ser honesto con el cuerpo de otra persona'
Badasyan se inspiró en el trabajo de Marc Augé sobre los "no-lugares". No se trata de lugares antropológicos donde el ser humano se desarrolla, sino lugares que carecen de la suficiente entidad para ser considerados espacios. Los "no-lugares" son supermercados, centros comerciales, habitaciones de hotel, lugares donde pasamos de personas a seres anónimos. El artista recogió el concepto del antropólogo francés y lo unió a la liquidez de las relaciones personales.
A través de aplicaciones móviles y webs de citas Badasyan quedaba con hombres desconocidos y mantenía relaciones sexuales con ellos en estos "no-lugares". Su empeño por descubrir las relaciones postmodernas lo llevó a repetir sus encuentros durante todo un año, ¿por qué? Pretendía descubrir el vínculo entre el sexo y la soledad. "Es mi expresión personal del desamparo porque yo nunca había estado en una relación de pareja", narra Badasyan.
SAVE THE DATE from Mischa Badasyan on Vimeo.
Badasyan llevó hasta el extremo una práctica cotidiana. Tras acostarse con 365 personas el artista afirma que se le “olvidó cómo ser honesto con el cuerpo de otra persona”. “Después de conocer gente y tener nuevas parejas sexuales todos los días he comprendido que me gustaría estar más tiempo con alguien”, narra Badasyan en su página de Facebook. "Ha sido el trabajo más maduro y más inspirador que he hecho. 365 días de soledad con 356 personas e historias", dice Badasyan.
Al final, el vacío
“Cada abrazo, cada sonrisa, cada beso tierno fue doloroso”, explica el artista. Frente a la expectación de sentir algo nuevo cada día, Badasyan se encontró con una soledad enorme que le llevaba al vacío. Un fenómeno contemporáneo: encontrarte rodeado de gente y, sin embargo, solo.
El artista llevó la libertad del cuerpo hasta tal punto que él mismo se sintió despreciado. Afirma que después de cada encuentro se sentía triste y que lloraba en muchas ocasiones. Su experimento pretendía poner de manifiesto cómo los seres humanos acaban por buscar la intimidad en el último de los "no-lugares", internet.
"Tener tantas relaciones sexuales me convirtió en una máquina", sentencia el artista. "No era honesto con la gente, era horrible y destruía mis necesidades emocionales".
HIM from Mischa Badasyan on Vimeo.
El sexo parece no tener secretos para la sociedad actual; el amor, tampoco. Sin embargo, cada vez más a menudo las relaciones se convierten en superficiales y en laberintos sin salida en la búsqueda de algo más profundo.
Badasyan no critica la hipersexualidad, sino la búsqueda frustrada de una intimidad que provoca una mayor sensación de soledad. Para el artista el trabajo de Sophie Calle ha servido como inspiración. Calle es una artista francesa que experimentaba con la intimidad y, al igual que ha hecho Badasyan, quiere encontrar la poesía en la cotidianidad. En el amor, pero también el dolor que la soledad a veces conlleva.