El Ministerio de Cultura va a invertir 4,5 millones hasta 2018 en unos proyectos museísticos para completar Altamira, entre ellos la apertura al público de la cueva de las estalactitas, y se estudiarán modificaciones en el sistema de visitas actual. La cueva de las estalactitas es una cavidad situada muy próxima a la de Altamira, en Santillana del Mar (Cantabria), no tiene arte rupestre ni yacimiento arqueológico y fue utilizada como cámara sepulcral en la Edad del Bronce.
Con su apertura al público se pretende crear un nuevo atractivo para los visitantes que ya se acercan a la neocueva. Este anuncio de inversión en proyectos museísticos lo ha realizado el secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, en una rueda de prensa posterior a la reunión del Patronato de Altamira, en la que, bajo la presidencia del jefe del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, se ha revisado el informe sobre el Plan de Conservación Preventiva de la cueva.
Con su apertura al público se pretende crear un nuevo atractivo para los visitantes que ya se acercan a la neocueva
Esta reunión del Patronato de Altamira ha sido además la primera que se ha celebrado desde que Pilar Fatás fue nombrada directora del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira. El proyecto museístico para Altamira prevé invertir 1,2 millones en 2017 para la climatización de los edificios del complejo, el diseño del amueblamiento de la casa de 1924, una nueva señalética interior y exterior del recinto, y el diseño para renovar la iluminación en la sala de la neocueva.
Para 2018 está previsto invertir 3,3 millones en la renovación de la exposición permanente, la creación de la sección "Paisaje de Altamira" mediante la recreación del entorno paleolítico con la plantación de especies vegetales, y la redacción del proyecto y el acondicionamiento de la cueva de la estalactitas para su visita.
Más visitantes
Según Fernando Benzo, estas inversiones pretenden "construir un proyecto museístico atractivo" que permita incrementar el número de visitantes al "sitio de Altamira", y avanzar en la conservación de la cueva y las pinturas rupestres.
Por su parte, el coordinador del Plan de Conservación Preventiva de Altamira, José María Ballester, ha detallado que la cueva presenta "problemas muy complejos", en especial por la influencia del agua sobre la conservación de las pinturas.
Entre las prioridades, el Patrono de hoy ha decidido mantener el actual régimen de visitas experimentales, con cinco personas a la semana seleccionadas por sorteo, pero estudiando la posibilidad de modular su acceso a la cueva original para no perjudicar a las pinturas debido a la humedad en el interior. Así, ya se ha comenzado a dividir a las cinco personas que entran en dos grupos, de tres y dos visitantes y con un lapso de tiempo entre ellos, y a "reducir el mínimo" la estancia del personal científico que monitoriza la cueva.
Visitas suprimidas de marzo a junio
Ballester también ha anunciado que se estudiará la posibilidad de estacionalizar las visitas, suprimiéndolas de marzo a junio para evitar problemas por las filtraciones de agua que se producen en ese periodo con mayor intensidad, compensándolas otros meses para que el cómputo anual de visitantes no varíe.
Se va a hacer un estudio de las microcuencas que se han observado en el techo de Altamira para conocer su influencia sobre la conservación de la pinturas
Además, se va a hacer un estudio de las microcuencas que se han observado en el techo de Altamira para conocer su influencia sobre la conservación de la pinturas, para poner en marcha medidas preventivas si se detectan riesgos.
Altamira inició en febrero de 2014, doce años después del cierre de la cueva original, las visitas experimentales al interior de la cavidad para probar el efecto de la presencia humana en sus pinturas rupestres de hasta 20.000 años de antigüedad.