El Prado quiere dejar de mirarse el ombligo a los 200 años
La institución presenta el programa de actos que celebrarán sus dos siglos de vida, a partir del 19 de noviembre de 2018. Una exposición enfrentará la pintura de Velázquez con la de Rembrandt y la colección viajará a pueblos y provincias.
23 junio, 2017 12:54Noticias relacionadas
El Museo del Prado se libera del Museo del Prado al cumplir los dos siglos de vida. La celebración del Bicentenario de la pinacoteca española culminará un proyecto inédito hasta el momento: el edificio Villanueva estará dedicado por completo y en exclusiva a la exhibición de sus fondos. Una vez trasladados despachos, talleres y aulas al conjunto de edificios adyacentes al museo, los espacios volverán a ser recuperados por las esculturas clásicas (en la galería jónica), el Tesoro del delfín se instala en la parte norte del museo y la pintura holandesa con Rubens a la cabeza, en salas más amplias.
Así lo ha explicado el director del Prado, Miguel Falomir, a los medios de comunicación en la presentación del programa que celebrará los 200 años de vida y que arrancarán el 19 de noviembre de 2018 (día en que se cumplirán los 199 años). La clausura será un año después. A lo largo de este año se proyecta un programa con 14 líneas de actuación y un presupuesto de 7 millones de euros, de los que el Gobierno de Mariano Rajoy se ha comprometido a pagar tres millones. El resto será cosa del Prado. Desde la dirección esperan alcanzar el presupuesto con la declaración del bicentenario “acontecimiento de excepcional interés público” y sus “atractivos” beneficios fiscales para empresas.
Una vez más y ya es tradición, el director se sentó a solas, sin el presidente del Patronato, máximo órgano de gestión del Museo del Prado. José Pedro Pérez-Llorca ha desaparecido desde el nombramiento de Falomir como director. No ha aparecido por las presentaciones de exposiciones, ni por la donación del Velázquez ni, ahora, con los fastos más importantes. El director ha quitado hierro al asunto y ha contestado que la intención del bicentenario es todo lo contrario al “ombliguismo”: “Vamos a intentar estar presentes en toda España”.
Se refiere al programa de itinerancia interior que ha planificado para los fondos del museo. Habrá reproducciones y obra original que viajarán por las provincias, “recuperando la iniciativa republicana de las Misiones pedagógicas”, ha aclarado el director. “Por primera vez habrá obra del Prado en Ceuta y Melilla”.
"Queremos que los visitantes contemplen las grandes obras maestras y no estén prestadas en el bicentenario"
Sin embargo, levanta una moratoria de préstamos al extranjero y durante la celebración del Bicentenario no saldrá una pintura a ningún museo del extranjero. “Queremos que los visitantes contemplen las grandes obras maestras y no estén prestadas en el bicentenario”. Una medida arriesgada en lo económico si tenemos en cuenta los beneficios que suponen al Prado los alquileres de obra. Quizá las ventajas fiscales para “instituciones” y no para “acontecimientos” evitarían la diáspora del patrimonio.
El director cuenta que su pretensión ha sido “dotar de un carácter de apertura” a los eventos y “llegar al máximo público posible”. “Por eso hemos invitado a Antonio Muñoz Molina al discurso de la cátedra, para romper con ese carácter elitista”, dice Falomir en referencia a lo que ha sido hasta el momento la nave que conduce. “Es un carácter impulsivo, para que todo el mundo sea protagonista del museo”. No habrá ombliguismo y la prueba, dice, es la colaboración con otras instituciones para elaborar ciclos de cine y música, que hablan sobre el Prado como inspiración…
La celebración no va más allá. No hay muchos acontecimientos que se salgan de la rutina de trabajo del museo, aunque Falomir está muy orgulloso de la línea de trabajo que ha llamado “Prado social” y cuya medida estrella es la recaudación de fondos con micromecenazgo: “No es necesario ser rico para invertir en el Prado”. También llevará, de alguna manera, el museo a hospitales y cárceles.
Centran toda la potencia de la difusión del acontecimiento en las exposiciones temporales. La más sugerente, a priori, será el diálogo entre la pintura de Rembrandt y de Velázquez, para descubrir los vínculos “realistas” entre la pintura del siglo de oro española y holandesa. El Riijksmuseum no mandará Ronda de noche, y del Prado no saldrá Las Meninas.
“No queremos que el Bicentenario haga que todas ellas giren en torno del hecho. Sólo una exposición temporal hará referencia a la celebración, la titulada Circa 1819, un recorrido a la pintura europea de la década previa a la inauguración del museo”, con obra de Gericault, Delacroix, Friedrich (estará comisariada por Javier Barón y Félix de Azúa). Y la tercera muestra importante es la dedicada a los dibujos de Goya, dirigida por Manuela Mena. También recibirán atención Bartolomé Bermejo, Fra Angélico y Lavinia Fontana y Sofonisba Anguissola.
Será un año especial y “no subiremos las entradas”. “Nuestro compromiso es mantener un horario de apertura gratuito”, dijo Falomir, que puso especial atención en la liberación del fondo documental del museo en su web, el próximo 19 de noviembre. Accesible para la comunidad científica y pública. Y Salón de Reinos: Norman Foster acabará en diciembre de 2021 y en tres meses lo tendrán listo para inaugurar. “Tengo más o menos una idea de lo que será, pero lo presentaremos a su debido tiempo”. Aunque quiso adelantar que su idea pasa “más bien por recuperar la decoración original”.