La ropa se cuela entre las piernas de Niké, diosa de la victoria, el viento le presiona el vestido contra el pecho y los pliegues del traje le rodean la cintura. De la espalda le nacían unas alas que se perdieron en el tiempo y marcaban la estructura del cuerpo femenino. Niké alada con las ropas agitadas por el viento da la bienvenida a la exposición Agón! La competición en la Antigua Grecia, recibe e invita a descubrir las 172 piezas que vienen por primera vez a España desde el Museo Británico.
Los relatos épicos de Homero, los triunfos deportivos de Olimpia o la guerra de Troya nos enseñaron qué consecuencias podía tener una competición y cómo la rivalidad se podía llevar al extremo vital. Ahora, Caixa Fórum de Madrid descubre un relato, a través de la pintura, escultura y la orfebrería, sobre la competencia en todos los ámbitos de la vida griega que no fue algo exclusivo de la guerra y los juegos.
Mausoleo de Halicarnaso en Madrid
Una de las siete maravillas del mundo está en Madrid, un pedazo del Mausoleo de Halicarnaso -hecho para enterrar al sátrapa persa Mausolo- en la que se representa una batalla entre griegos y amazonas. La violenta energía que se representa en el friso representa la esencia de esta presentación, las ropas se doblan por los movimientos bruscos, una amazona pide clemencia y otra derrota al soldado que cae al suelo.
Las obras han viajado desde Londres hasta Madrid y harán un recorrido por Barcelona, Zaragoza, Sevilla y Palma. Hartwig Fisher, director del Museo Británico, ve en esta unión “la oportunidad de mirar a través de otros ojos las obras que salen de Londres”. Y añade, “Europa es como Agón! no es sólo la unión, Europa también es tensión y rivalidad fraternal”.
Ante el peligro de que disminuyan los visitantes del Museo Británico por el Brexit su director ha afirmado que “es pronto para decir lo que va a ocurrir. Confío en que quienes toman las decisiones lo hagan lo mejor posible para mantener la apertura en Europa”.
Confío en que quienes toman las decisiones lo hagan lo mejor posible para mantener la apertura en Europa
“En la Antigua Grecia la competencia fue un elemento de cohesión social, la rivalidad no se basaba sólo en la fuerza, también en las ideas y la excelencia entre cuerpo y espíritu”, afirma Elisa Durán, directora de la Fundación ‘La Caixa’. La mayor rivalidad se daba en la vida social, el estatus y la vida cotidiana eran la forma más sutil de competencia. Por eso, en la exposición se puede ver cómo en un ánfora de cerámica aparecen grabados niños compitiendo entre ellos, peleando al jugar a las tabas o entrenando con adultos para enfrentarse mejor en las futuras competencias.
Somos competitivos por naturaleza
Los antiguos griegos creían que el espíritu competitivo era inherente a la naturaleza humana y que transmitía energía positiva e innovadora. Los juegos y actividades eran parte de una vida social activa que muestra el elemento de cohesión que había en la Antigua Grecia.
Las estatuas dejaban huella, marcaban la importancia de las personas en su círculo y para ellos era la mejor forma de quedar en el recuerdo. “Quédate a mirarme a mi porque yo soy eterno, he hecho cosas buenas y voy a quedar en la historia de este lugar”, así define Peter Higgs, comisario de la exposición, el pensamiento común de los antiguos griegos -y de la actual sociedad- que querían ser recordados para siempre.