Evelio Acevedo, director gerente del Museo Thyssen-Bonemisza, ha presentado las cuentas de 2016, que han mejorado levemente las registradas en 2015, las peores de la última década en el museo público. En la reunión con un grupo de periodistas, Acevedo ha declarado que “sin la colección de Carmen Cervera, el museo podría seguir funcionando perfectamente”.
La polémica cesión ha sido renovada entre la coleccionista y el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte hasta finales de este año. La dueña de la colección amenaza desde hace seis años con la venta y la salida de las obras en cada renovación de las obras. Pero las palabras de Acevedo parece que rebajan el impacto del panorama que dibuja la viuda del barón Thyssen. “No hemos planteado el escenario de la salida de la colección, pero si hubiera algún impacto por la salida, no sería determinante. Esperemos que esa situación no se produzca”, ha añadido.
Durante las negociaciones de la cesión, Tita lanzó un comunicado en el que aseguró que su colección se conserva en “situación de precariedad”. Esa presunta situación de precariedad incluye el pago del seguro de las obras cedidas, así como la vigilancia, conservación y restauración. El valor por el que el Gobierno aseguró el conjunto en el último año es de 417 millones de euros, la mitad de lo que ella valora su colección: “Más de 1.000 millones de euros”.
Leve mejoría
En 2015 el Museo Thyssen recibió 5,3 millones de euros de ayudas del Estado, en la que se reveló como la subvención más alta recibida por el museo en los últimos diez años. Sin embargo, el “déficit dotable” de 2016 batió todos los récords al llegar a 6 millones de euros. En 2009, el museo recibió por la misma partida la cantidad de 1,8 millones de euros. En 2013 y 2014 fue menor a los tres millones de euros.
Tal y como señaló con alarma el Tribunal de Cuentas hace dos años, el Museo Thyssen tiene una significativa dependencia de los ingresos por afluencia de visitantes. Acevedo confirma que el museo vive de las visitas y del crecimiento del precio de entrada que implantaron el año auditado. La subida de los 10 a 12 euros ha mejorado la recaudación: “Queremos destacar que el incremento del 10% de visitas al museo ha supuesto un incremento de la taquilla de un 25%. Esto se debe a la implantación de la tarifa única (12 euros)”.
De hecho, en este incremento tiene mucho que ver el turista extranjero, que supone casi el 60% de las visitas. Este visitante mayoritario no se interesa por las exposiciones temporales y en el futuro el museo quiere ofrecer "programas específicos para visitantes internacionales". "Si mejoramos la capacidad de ofrecer el museo en diferentes productos seremos capaces de contar con otros visitantes que no vengan a las temporales", ha dicho el gestor.
Más caras, baja recaudación
En 2016 se vendieron 1.066.767 entradas, un 10,2% más que en 2015, cuando la cifra se desplomó a los 967.908 personas. Por eso la taquilla de 2016 ha sumado 7 millones de euros, un ligero incremento de 2015 (que tuvo 6,6 millones de euros). Pero son cifras de ingresos por venta muy lejanas a los 8,2 millones recaudados en 2014.
Como advertía el Tribunal de Cuentas en su fiscalización, si el museo no vende entradas va a pique, porque no logra atar acuerdos con patrocinadores, ni recaudar lo que lograba recaudar por venta de producto en la tienda del museo. “Desde 2012, con la marcha del patrocinio de Caja Madrid, los patrocinios no existen y es lo que hacemos desde 2012. Son momentos difíciles para captar patrocinios. Aspiramos a más, pero estamos satisfechos”, asegura.
¿Por qué le cuesta atraer a más patrocinadores al Thyssen? “Al Thyssen le cuesta como a cualquier otro museo captar patrocinadores. El mercado de patrocinadores está complicado. Puede haber que otras instituciones tenga más suerte. El mundo del patrocinio está difícil también en el extranjero”.
Autofinanciado al 70%
La tarta de los ingresos de 2016 muestra que la taquilla supone un 35% del total; la tienda aporta el 17%; los patrocinios apenas el 6,2%; alquiler de espacios, un 3,5%; y la cafetería, un 1,4%. El Estado se hace cargo del 30%. Es decir, el museo es capaz de aportar el 69,9% de sus ingresos. A pesar de ello, el director asegura que el museo se autofinancia en un 78%.
“El año se cerró con una cuenta a favor de 504.000 euros. Es una mejora notable con respecto a 2015, con más de dos millones en negativo”. Los ingresos en 2016 fueron de 20 millones de euros (más que en 2015) y los gastos de 17,9 millones de euros (más que 2015).
“El patronato no nos obliga a tener colas infinitas. A pesar de que la taquilla es la principal fuente de ingresos de este museo. El Ministerio entiende que al aprobar la programación puede haber menos visitantes y si eso implica que el déficit dotable se tiene que incrementar, se tiene que incrementar. Somos eficientes con los recursos que tenemos”.
El museo menos accesible de todos
La visión de Evelio Acevedo del museo del siglo XXI queda reflejada en las cifras que defiende y definen su gestión: más ayudas del Estado cada año y pocas horas de gratuidad. “El museo del siglo XXI no se distingue por su gratuidad, sino por ser accesible al mayor número de públicos”, ha dicho el responsable financiero. Aunque parezca una contradicción en términos, se refiere a la “divulgación” del museo en la web.
“Ahora llegamos a todo el mundo, gracias a la digitalización. Nos hemos transformado hacia un museo más actual”. A pesar de ser un mandato Constitucional, el Thyssen es el museo público con la peor oferta de gratuidad de los museos públicos: sólo 4 horas a la semana, mientras el Prado y Reina Sofía, 14 horas a la semana.
“Si nosotros fuéramos capaces de ofrecer más tiempo gratuito, lo haríamos. Pero nuestra situación y nuestros recursos no nos lo permite. Si el Gobierno mañana nos dice que debemos ser gratuitos lo acataremos”. Sin embargo, las cuatro horas de gratuidad se han colocado el lunes, no en fin de semana. Casi 23% de las visitas han sido gratuitas en 2016.