El cuadro que asusta como Marine Le Pen

Al salir del museo nos cuesta mirar a la realidad, porque a pesar de que el arte acompaña y es compañero, inocula el veneno de lo que irrita. Por ejemplo, Caravaggio y Medusa (conservada en los Uffizi, Florencia). El mal de ojo de la monstruosa gorgona que deja de piedra a todo el que se cruza con su mirada es, en realidad, la leyenda de una falsa derrota. O de una máscara que al morir, multiplica su poder. El mito fascina al pintor barroco, que recrea la cabeza sanguinolenta recién decapitada por Perseo-Macron. Lejos de lo que pueda parecer, la espada del héroe no ha acabado con la fuerza y la potencia del monstruo (transformada en engendro tras ser violada por Poseidón). De hecho, su amenaza arranca con su mirada y su cabello de serpientes libres de su cuerpo. Medusa, guardiana y protectora de la extrema derecha, fue creada por el terror y su venganza contra él empieza con su derrota.