Hay bureo y chufla. No les sorprende lo que miran, pero van hasta arriba de ironía. Es desengaño en rama, veneno del que paraliza. El sarcasmo de sus gestos nace del hastío de lo que ven: una descarada escalada de estupidez humana, que frustra la indignación y alimenta el consentimiento. A más dislate, más desánimo. Con todos ustedes y en directo: el presidente del Gobierno. Atónitos ante miembros del poder judicial protegiendo la dignidad del máximo representante del poder ejecutivo, declarando como testigo de la financiación ilegal de su partido. Esto no es la separación de poderes, esto es “las cosas son como sn y, a veces, no son como a uno le gustaría que fueran”. Y lo pintó Murillo en 1665. Está en la National Gallery de Washington. Eran dos prostitutas muy famosas en Sevilla, “las gallegas”. Asoman al espectáculo de la memez paralizante: “No se puede hacer nada contra esto”.