“Busco dibujar de una manera en la que me pueda burlar de las consecuencias de lo que hace Maduro”, dice la ilustradora y periodista Camila De la Fuente desde el otro lado del charco a EL ESPAÑOL. Para la censura, dosis inteligentes de información, denuncias coloreadas y sentencias que se cuelan como las serpientes en una madeja de hierba seca.
Camila nació en Caracas, vivió allí hasta los 22 años, desde hace dos reside en México y utiliza su arte para denunciar la crisis en Venezuela. Como ella, los ilustradores venezolanos se enfrentan al régimen de Nicolás Maduro. Maniatados por el gobierno -y liberados en las redes sociales- los jóvenes dibujan un discurso que lucha para derribar el inmovilismo.
La ilustración, igual que la fotografía, tiene el reto de retorcer conciencias y movilizar masas narcotizadas. El humor, la ironía y el sarcasmo son sus aliados y junto a ellos, construyen la contrapartida al gobierno.
El abrazo de Trump y Maduro
“Estoy en contra de los sistemas que pretenden sodomizar las libertades del ser humano, y lo convierten en un borrego cuya única virtud es ser miembro de un partido o de una religión”, arroja Marcos Ramos. Este diseñador gráfico, erige su arte como parte la defensa del país y los civiles. Habla desde dentro, vive en Cabudare (Estado Lara, Venezuela) y se alegra -aliviado- de no haber vivido la violencia directa de la censura. “Hay que hacer el esfuerzo, es la única forma en mi caso, de poder ilustrar una realidad que es, a mi juicio, ilógica y anormal”.
Juegan con la sutileza, esquivan las prohibiciones con diseños ingeniosos, porque si el mensaje no llega al pueblo venezolano el esfuerzo se disipa. “Como artista hay que ser valiente e inteligente, cuando dibujo trato de hacerlo de una manera ingeniosa para que ellos no me puedan censurar y que así el mensaje llegue a la gente”, cuenta De la Fuente.
Trump y Maduro se abrazan, sus caras -cubiertas por las banderas- se juntan en la ilustración de Camila De la Fuente, los brazos se entrelazan pero sus manos se cuelan a escondidas en el bolsillo del otro. “Es una relación hipócrita, cuando el petróleo está de por medio, EEUUy Venezuela no se pueden dar el lujo de llevarse mal, no les conviene”, dice la artista. “El magnate es lo mejor que le pudo pasar al gobierno, es como si su mito de ‘culpable de todo’ se hubiera hecho realidad”, continúa.
Marcos Ramos coincide con la joven: “EEUU es el origen de todos los males y el enemigo a vencer pero todavía se le vende petróleo y sus dólares no caen mal a los que están en el poder”.
La caricatura ‘Síntomas de populistas’, compara a esas dos figuras que gobiernan entre ataques mutuos y coincidencias de forma. La ilustradora caracteriza a los dos presidentes y los asemeja en lo que para ella es su condición de populistas.
La caricatura como arma
A la pregunta, ¿qué ideas defiendes? Camila responde con el propio enunciado. “Defiendo las ideas en sí”, sentencia. Para la ilustradora, son el arma más poderosa para el hombre y temida para los gobiernos. Porque las ideas mueven, agitan y crean acciones. Dice que no le interesa el gobierno, que no le habla a Maduro ni quiso hacerlo con Chávez, la jven habla a la sociedad porque “es más importante cambiar mil cabezas que piensan a querer cambiar una que no lo hace”, sentencia.
Edgar Franco, ilustrador venezolano -afincado en Panamá- debuta en la sátira ilustrada con caricaturas de los representantes del gobierno de Maduro. Traza, sobre los colores de su bandera, las caras de los que gritan y luchan a su lado contra el gobierno. “El efecto positivo es transmitir un mensaje de conciencia por medio del arte y que todo el mundo lo vea, lo entienda y que despierte ese sentimiento de lucha y de continuar rumbo a la liberación de nuestro país”, dice.
¿Una ilustración para la Asamblea Nacional Constituyente?, “Puedo representarla como un salvavidas para Nicolás Maduro y sus seguidores en los cargos”, dice Edgar Franco y continúa señalando que el único objetivo ha sido debilitar y dividir a los opositores. “En mi opinión es una medida desesperada del régimen de Nicolás Maduro para terminar de atornillarse en el poder y que por debajo de la mesa, siga mandando la ideología cubana marxista”, asegura el joven ilustrador.