Es difícil comprender que una colección no se sume a una institución contemporánea para terminar fundiéndose en ella con el paso del tiempo. Patrizia Sandretto ha preferido invertir su fortuna artística en una gran obra a su nombre, con el compromiso del Ayuntamiento de Madrid de Manuela Carmena y del empeño de Luis Cueto, cuya intervención para la cesión del espacio por 50 años ha sido decisiva. Cueto le cede el espacio y la nave y ella lo reforma por 7 millones de euros a su gusto. La cesión es improrrogable y, en principio, no hay partidas presupuestarias del consistorio destinadas a mantener el espacio.
La coleccionista llegó a Matadero el 7 de abril de 2015, con su asesor de confianza. Buscaba un lugar en Madrid para hacer crecer su colección a la vista de todos. Cuenta que el encuentro con este centro de culturas fue “un amor a primera vista”. Desde aquel flechazo, hasta el 8 de septiembre pasado, han sorteado los escollos de la propia concejalía de Cultura, en tiempos de Celia Mayer, y de Madrid Destino, bajo mandato de Santiago Eraso. Cueto no pidió informes ni se asesoró para atraer la colección a Madrid, lo hizo porque creía que había que hacerlo, como reconoció en entrevista a este periódico. Pues ya está aquí y se inaugurará dentro de dos años.
¿Cuáles han sido las dificultades en cerrar el acuerdo?
Nunca es fácil. La primera vez que vi el sitio me pareció fantástico para instalar mi fundación. Fuimos a hablar con el Ayuntamiento y hemos discutido el acuerdo con Luis Cueto, que ha sido maravilloso y ha comprendido el proyecto.
En Turín son 99 años la cesión del espacio público, ¿quería más?
Sí, pero las leyes españolas lo impiden. La cesión aquí es en relación a la inversión que hacemos. En este aspecto las negociaciones han sido muy duras, porque yo quería 99 años como en Turín. Pero el diálogo con Luis Cueto ha sido maravilloso. Tenemos que invertir mucho dinero porque la Nave 9 está en un estado muy malo y tenemos un arquitecto madrileño que conoce la ley y un arquitecto famoso que ha hecho el museo para Obama, que es Lord de la reina de Inglaterra, es un arquitecto muy, muy conocido.
Cincuenta años es mucho.
Puede ser, pero es una inversión muy importante la que tenemos que hacer. La situación de la nave no es buena. Para poner obras de arte necesitamos quitar columnas y muchas no podemos porque están protegidas. Tenemos que trabajar mucho para hacer el mejor centro de arte contemporáneo.
El antiguo área de Cultura no estaba a favor del proyecto.
Tampoco sabemos mucho de esto. Nosotros hemos hablado todo con Luis. Una vez nos acompañó Celia Mayer que fue muy gentil y nos llevó también a otros lugares. Pero esto nos gustaba más. Ha sido largo, pero no larguísimo. En un año y medio ya tenemos la concesión.
¿El mejor centro de arte de Madrid?
No, Madrid ya tiene muchos fantásticos: el Reina Sofía, que es uno dei tempi del arte contemporáneo en España y en el mundo. Después, el 2 de Mayo, La Casa Encendida. Es muy importante colaborar entre todos, porque será más fácil.
¿Ya ha hablado con el Museo Reina Sofía?
Sí, hemos estado dos veces con el director del Reina Sofía. Y la comunicación es fantástica. Nos ha dicho que cree en este proyecto y que está listo para colaborar con nosotros. Hoy no estaba porque tenía una presentación en su museo, pero ha venido el subdirector. El director del Reina Sofía me dijo la última vez: “Cuenta conmigo”.
Son dos maneras de entender el arte contemporáneo realmente muy distintas. Siempre ha criticado a los artistas que forman el núcleo importante de su colección, como Hirst, Koons o Cattelan.
El Reina Sofía tiene una colección increíble, la obra más importante de Picasso. Lo importante en el mundo del arte es mirar a tantísimos artistas. A mí me gustan unos, a otro le pueden gustar otros. Lo más importante es que los visitantes puedan ver muchos. Sólo el tiempo dirá qué será Historia del Arte. Pero no hay ningún enfrentamiento con el Museo Reina Sofía, de verdad no lo hay. Lo que hace el director es muy importante.
Cuando pasen esos 50 años, ¿donará su colección a la ciudad de Madrid?
Dentro de 50 años tendré demasiados años. Tengo la suerte de tener hijos que creen en el arte contemporáneo como creo yo y ellos pensarán qué será lo mejor. Lo que pasará conmigo, no lo sé.
¿Pero usted sería partidaria de ceder la colección?
Por qué no. Es demasiado pronto. Todavía vivo mi colección y todavía es mía. Y está repartida entre Turín y Madrid. Tengo la suerte de tener dos hijos que se van a hacer cargo de ella.
¿En la concesión no hay apartados en los que se aclara qué pasará cuando se cumplan los 50 años?
La concesión es improrrogable, se acaba a los 50 años y después tenemos que vaciar el edificio limpio.
¿La entrada será gratuita?
La colección permanente, sí. Las exposiciones temporales costarán 3 euros. Hay colectivos, como desempleados o discapacitados, que entrarán gratuitamente.
¿No esperan que el Ayuntamiento incluya alguna partida presupuestaria para el mantenimiento?
No, para nada.
¿Cómo se va a financiar el espacio?
Con el dinero de mi familia.
¿No tienen previsión de ingresos anuales?
Es demasiado pronto, porque abriremos dentro de dos años. Y todavía no sabemos las muestras que vamos a tener. En Turín tenemos un presupuesto de 1,5 millones de euros.
¿Cuántos visitantes espera recibir al año?
Espero que el millón y medio de personas que pasan por Matadero.
Las críticas al modelo que se ha firmado vienen por la implicación con el tejido del barrio, ¿cómo se va a implicar con el entorno?
En Turín tenemos 20.000 niños al año, tenemos mediadores que explican las obras de arte a personas invidentes...
Es la suya una colección de grandes nombres, muy popular, muy mainstream, ¿cómo la definiría?
No es una colección blockbuster. Es una colección que empecé hace 25 años. Siempre lo que he hecho ha sido conocer a los artistas, su trabajo y sus galeristas. Cada obra para mí y mi vida es muy importante. Estas obras de arte son un hilo conductor que une mi vida con la de los artistas.
¿Cómo le define la colección a usted?
Cada colección define al coleccionista. En este caso es una colección muy abierta al mundo. Es una colección que explica lo que está pasando en el mundo, estos artistas hablan de lo que es importante para mí.
¿El nombre del artista es lo más importante?
Lo importante no es comprar nombres, sino comprar obras. Mi colección no es un listado de nombres. Son todas obras importantes.
¿Cuántas obras habrá expuestas?
Vamos a rotarlas, porque el espacio es grande pero no enorme, porque hay muchas columnas. Quitaremos algunas. Es muy difícil determinar, habrá unas cincuenta expuestas.
El Prado tiene Las Meninas, el Reina Sofía Guernica, ¿qué tendrá la Fundación Sandretto?
La pequeña ardilla suicida de Maurizio Cattelan.
En la rueda de prensa ha llamado mucho la atención que reconociera que no conoce nada del arte español y madrileño, ¿no le parece atrevido?
Bueno, algo sí conozco porque vengo a ARCO todos los años y visito el Reina Sofía. Conozco a algunos artistas como Lara Almarcegui, Juan Muñoz o Santiago Sierra, que ha venido hoy a la presentación. Lo que no tengo es muchos artistas españoles en mi colección, así que vendré aquí y hablaré con los galeristas para conocer a sus artistas y comprar obra.
¿Tendrá un presupuesto para comprar obra de artistas españoles?
Sí, sin duda. Pero sobre todo trataremos de hacer una comisión y producción de obra. Es importante que siempre hablemos con los galeristas, porque son muy importantes. Quiero trabajar bien con ellos.
¿No echa en falta las grandes fortunas invirtiendo en arte?
La verdad, no conozco bastante a los coleccionistas españoles. Los Botín son los primeros, pero no conozco más. Puede ser que no quieran darlo a conocer. Aún no los conozco, dentro de unos años podrá saber más. Pronto empezaré a visitar las galerías, que es la mejor manera de conocer el arte de este país.
Imagino que no habrá obra a la venta, ¿verdad?
No. La mía es una fundación sin ánimo de lucro y nunca he vendido nada y nunca venderé nada. Compraré.