Ignacio Pinazo en el IVAM, una tormenta de pinceladas
No hay rastro de la línea, sólo impresiones al toque. Rápidas y directas, lo justo para que la forma aparezca en el ojo del que mira, no en el cuadro del que pinta. Es una tormenta de pinceladas, es Ignacio Pinazo (1849-1916), un académico rebelde, que jugó con la fugacidad de las visiones hasta dejarlas en estampas de un mundo flotante. El artista valenciano ejecutaba desde la intuición y el gesto suelto. Fogonazos de una fuga, del tiempo que se escapa. El Instituto de Arte Moderno (IVAM) ha sacado sus fondos para mostrar 200 obras “rompedoras”, de verbo frenético y costumbrista. Era un fotógrafo a la carrera, pintor que miró afuera de su estudio, al aire libre, en medio de la calle. El retratista de un nuevo mundo, que se escapa. Los inicios de la fugacidad.