Un imberbe príncipe Felipe, recién cumplidos los 22 años, contempla en solitario el lienzo de Las meninas en la Sala 12 del Museo del Prado. Es él frente a la obra maestra de Velázquez, la mirada que trata de discernir la densa red de significados que encierra el cuadro. Unos segundo más tarde, echa a andar por el resto de la estancia, con las manos detrás de la espalda, ojeando fugazmente La reina doña Mariana de Austria y luego dirigiéndose a la cámara que le enfoca.
Se planta Felipe de brazos cruzados en el medio de la sala y comienza a hablar con un tono de voz monótono y plano, hipnotizante, que recuerda claramente a su padre, el rey Juan Carlos I: "Existe en nuestra historia del arte un hombre que ejerció el oficio de pintor y durante casi 40 años trabajó para la corte del rey Felipe IV. Fue un profundo estudioso de la luz que a lo largo de su vida consiguió dominarla, haciendo visible el aire que le separaba de las personas a las que retrataba".
El actual monarca lee con tan poco énfasis y expresividad el telemprompter que más que suscitar interés por las facultades artísticas de Velázquez consigue adormecer al espectador: "Su paso por este mundo hizo variar el concepto de la pintura como manifestación artística, única e incuestionable. Después de su espléndido trabajo, palabras como claridad, penumbra, sombra, dolor, transparencia, atmósfera, composición o retrato llegaron a tener un significado distinto".
Pero no acaba ahí la master class (soporífera) del Príncipe de Asturias sobre el genio sevillano, "contemporáneo de Zurbarán y Murillo, de Bernini y de Rubens, de Lope de Vega, Calderón de la Barca y Tirso de Molina", sino que la lección ahonda en un dato interesantísimo, muy relevante, de su biografía: "Shakespeare y Cervantes murieron cuando él tenía 17 años". Parece deslizarse con estas palabras que hay que recordar a Velázquez, "nacido en Sevilla el último año del siglo XVI, en plena época áurea", por este acontecimiento y no por haber pintado, por ejemplo, La rendición de Breda.
La aburrida escena se corresponde con la introducción de un documental de título homónimo al autor de Las meninas realizado en 1990 por Pilar Miró y producido por la agencia Efe, con un coste de 14 millones de pesetas, que ahora ha sido rescatado por el Museo del Prado. La clase de Historia del Arte de Felipe VI dura apenas dos minutos, pero qué sin sangre parece ser este profesor, este joven que años más tarde, ya como rey, pronunciaría un durísimo discurso en la noche del 3 de octubre de 2017 empujado por la grave crisis abierta en Cataluña.
Más joyas del Prado
La recuperación de este documental se produce gracias a un proyecto desarrollado por el Museo del Prado en el marco de la celebración de su bicentenario y en colaboración con la Filmoteca española y RTVE. La pinacoteca ha abierto el baúl de los recuerdos audiovisuales y se ha encontrado con un elenco importante de celebridades que han contemplado la totalidad de los cuadros colgados en su pared.
Muchos pequeños vídeos son extractos de los noticiarios del NODO, como la visita del actor James Stewart y su mujer en 1959, a quienes se les inmortalizó escuchando las explicaciones sobre La maja vestida; o la de Eva Perón, la primera dama argentina, una década antes. Recorrió Perón los pasillos del Prado acompañada de Carmen Polo, la mujer del dictador y, según el narrador, admiró "estos lienzos donde el genio de la pintura española dejó la muestra de su arte y que figuran con justicia entre los mejores del mundo".
Hablando de Franco, no podía faltar su figura en los archivos añadidos al fondo documental de la pinacoteca y que se reúnen por primera vez. El dictador aparece en un vídeo fechado en 1956 contemplando la Adoración de los Pastores de El Greco tras la inauguración de quince nuevas salas. Franco y su esposa se detuvieron "ampliamente en cada una de ellas, interesándose por las particularidades de las mismas". Además, narra la voz en off del NODO, las obras procuraron "un más amplio espacio al museo y una mejor dotación, permitiendo así que la contemplación de los lienzos alcance sosiego y perspectiva". Otro tanto apuntado para el franquismo.
Uno de los documentos audiovisuales más curiosos recuerda la vista de la Miss Mundo Lesley Langley, que había sido contable del Ministerio británico de Marina, a la pinacoteca en 1966. El periodista que cuenta la noticia, también para el noticiario oficial del régimen, no se corta en su valoración: "Se detiene ante las majas inmortalizadas por Goya, quizá pensando que ella también hubiera servido para posar ante el genial pintor".
Además de las excursiones de celebridades de todo el mundo, entre las que también se encuentran Orson Welles, el general De Gaulle o los reyes de Jordania; el fondo ha añadido las escenas de películas rodadas en las salas o el entorno del museo con intérpretes como Rita Hayworth (Último chantaje), Rex Harrison, Tony Leblanc, Aurora Bautista o Concha Velasco.
Otros documentos importantes que han salido a la luz son el documental inédito titulado Introducción al Museo del Prado (1987) de Basilio Martín Patino o la serie de RTVE Mirar un cuadro, en la que figuras de la talla de Rafael Alberti, Camilo José Cela o Francisco Umbral analizan alguna de las grandes obras de la pinacoteca.
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