El Museo del Prado reabre la sala dedicada a uno de sus pintores estrellas, el enigmático El Bosco, que permanecía cerrada al público desde el inicio de la pandemia. Las pinturas reaparecen con un nuevo montaje, más despejado, que solo podrán disfrutar cuarenta personas a la vez.
El Bosco es uno de los mayores activos de la pinacoteca, solo superado por Velázquez y Goya. La institución atesora seis de las veinte obras que se le atribuyen, la más numerosa y la que mejor se conserva del mundo, en gran parte gracias a la obsesión coleccionista de Felipe II por sus enigmáticas y oníricas escenas.
Todas ellas pueden verse de nuevo en la sala 56 A del Museo del Prado, que permanecía cerrada desde marzo, como sigue una parte del espacio de la pinacoteca por la crisis sanitaria. La sensación que genera la sala es ahora completamente diferente.
Se han diseñado nuevos soportes más ligeros y menos voluminosos para los tres trípticos (El Jardín de las Delicias, Carro del Heno y La Adoración de los magos) y se ha creado una nueva vitrina para la mesa de los Pecados Capitales.
También se ha instalado una pantalla que muestra detalles de las obras, se ha cambiado la iluminación -especialmente la parte trasera de los trípticos- y se han pintado de verde oscuro las paredes, lo que resalta los vivos colores de las obras.
Los nuevos soportes parecen sencillos, pero están formados por piezas metálicas completamente desmontables, para que los cuadros se muevan lo mínimo en caso de que tengan que ser sustituidas. En su interior, se ha instalado una manta para protegerlos del fuego, el humo, el polvo o el calor en caso de emergencia -se montan en solo 2,5 minutos-.
"Esta es ahora mismo la sala más moderna del Prado", ha recalcado este martes Andrés Úbeda, director adjunto de la pinacoteca, durante la presentación de la renovación. "Quienes trabajamos en el museo podemos disfrutar de las obras de una manera que el público no puede, nos podemos acercar o mirar los detalles con una lupa. Queremos compartir eso”, ha explicado Alejandro Vergara, jefe de Conservación de Pintura Flamenca del Prado.
Parada ante El Bosco
El enigma, la magia y las crípticas escenas del pintor flamenco, que están cuajadas de personajes y pequeños detalles, invita a pasar tiempo ante ellas. "El Bosco es importante porque nos enseña a detenernos y a mirar", ha dicho Úbeda.
El museo decidió renovar la sala dedicada al pintor mucho antes de la pandemia y por la masificación que estaba sufriendo: "La sala estaba muriendo de éxito", según Úbeda. Las visitas se habían vuelto "incómodas", especialmente en un autor en el que la cercanía es importante para apreciar los detalles.
El año pasado, la sala recibió una media de 7.000 visitantes al día; en total, cerca de 2,5 millones. Ahora, solo la pueden disfrutar a la vez 40, la sala tiene un aforo del 75% de su capacidad por la pandemia, pero es difícil que se supere esa cifra.
La caída de visitantes extranjeros y las limitaciones de movilidad dentro de España han desplomado las visitas de los museos. La semana pasada (19-25 octubre) solo visitaron el museo un total de 8.734.
Además de los trípticos mencionados y la mesa, en la sala también se puede ver La extracción de la locura, Las tentaciones de San Antonio Abad y Paisaje con la visita de Tundal al Infierno.
Alguna de las obras se integraron en Reencuentro, la exposición que reabrió el museo tras su cierre por la pandemia y que continúa abierta con una reagrupación de sus obras maestras. El museo decidió no mantener confinada por su delicado estado de salud la mayoría, especialmente El Jardín de las Delicias, la "imagen de marca" del pintor.
Reapertura total
El Museo del Prado reabrió sus puertas el pasado 6 de junio tras casi tres meses cerrado, un periodo de cierre únicamente superado por la Guerra Civil. Por ahora, solo ha abierto la galería central y algunas salas anexas, la zona de exposición temporal con Invitadas y algunas salas de la planta baja, entre las que ahora se encuentra la del Bosco.
El incierto futuro de la pandemia, es también el de la reapertura completa del museo. "Lo que haremos será compartimentar el museo en módulos que se irán abriendo progresivamente en función de la situación. Es difícil establecer un calendario, cuando lo podamos hacer, lo haremos", ha señalado Úbeda.