El título es Teatro para una sociedad democrática. La cita, mañana, día 12 de noviembre, en Bilbao. Los protagonistas: políticos de casi todos los partidos y representantes del sector de las artes escénicas. El objetivo: analizar las actuales políticas culturales y lograr un “acuerdo de mínimos que siente las bases para un nuevo modelo escénico en el territorio español”.
Esos “mínimos” están claros sobre el papel: aplicación del IVA superreducido a todas las artes escénicas (subió del 8% al 21% en 2012); creación del estatuto del artista y que se garantice un presupuesto comunitario mínimo de 0,50 euros por habitante y año para la producción privada de contenidos escénicos. Esto, en un país con 45 millones de habitantes, supondría unos 22,5 millones de euros anuales para el sector, repartidos entre las diferentes comunidades autónomas, ya que este tipo de ayudas depende de la administración autonómica.
Piden un estatuto del artista y que se garantice un presupuesto comunitario mínimo de 0,50 euros por habitante y año para la producción
“Preferimos llamarlo de estímulo de la producción escénica”, explica sobre el último punto Peio Gutiérrez, coordinador de este proyecto desde Eskena (Empresas de producción escénica asociadas en Euskadi), la entidad que organiza el encuentro junto a la Federación Estatal de Asociaciones de Empresas de Teatro y Danza (Faeteda). En la actualidad, CCAA como el País Vasco cumplen más o menos con ese nivel de ayudas: Euskadi tiene 2,2 millones de habitantes y dedica 1,1 millones de euros a la producción -las ayudas a la exhibición y distribución no entran en este apartado-, si se tiene en cuenta la danza.
Sin la danza, se quedan no muy lejos del 0'50 euros por habitante. “Se pretende marcar una referencia que sea de aplicación en todas las CCAA, aunque después son éstas las que tienen la potestad legal de hacerlo. Y puede ser de 0'50, de 0'68…”, añade Gutiérrez. “Queremos llegar a un nivel de regulación que permita que todas las compañías tengan un suelo mínimo garantizado y que esté presente en los desarrollos normativos”.
Controlar el amateurismo
Otra petición es establecer una cantidad mínima de representaciones teatrales profesionales en los teatros de titularidad pública al año. Casi todo el circuito de teatros y auditorios pertecenece a los ayuntamientos. Estos, a menudo, programan actividades minoritarias, que tienen que ver con el asociacionismo o el teatro amateur. “Son perfectamente legítimas, pero desde el sector pensamos que no se pueden cubrir los programas municipales con una oferta teatral que es amateur o está desregulada en muchos casos. Tiene que tener las constantes vitales del sistema profesional”, añade Peio Gutiérrez. “Pretendemos establecer una cierta tipología de espacios escénicos que puedan merecer ese nombre”.
Las compañías más pequeñas no tienen garantías de distribución, sobre todo desde que hace años desapareció la formula del caché
Eso incluye un mínimo de funciones garantizado. No tienen claro cuál será ese número, que está sujeto a debate. Ahora son 10, pero les parece poco. “Ahora estamos en mercado puro y duro. Cada uno depende de su capacidad, de lo que venda y de su trayectoria. Sólo hay alguna gente que puede garantizarse giras en función de los actores que tenga. Las compañías más pequeñas no tienen garantías de distribución, sobre todo desde que hace años desapareció la formula del caché. A taquilla solo pueden ir los grandes. Pero las compañías medianas forman el verdadero tejido empresarial del país”, asegura Pimenta.
Los organizadores añaden un corolario: excluir del mapa teatral español y de las ayudas a los teatros que no cumplan el requisito anterior. Pero saben que no pueden imponer a las CCAA números concretos. “Tiene que partir de un consenso”, reflexiona Gutiérrez.
Desafección con el PP
Al encuentro al acudirán representantes de PSOE, Ciudadanos y Podemos, además de otros partidos políticos: EAJ/PNV, CDC, PSC, PSE y la Chunta Aragonesista. La gran ausencia será la del PP. Por eso, parece complicado que el acuerdo que se logre sea vinculante en un futuro cercano, después de las elecciones. Pero es mejor que no tenerlo, y dado que el 18-D puede arrojar los pactos de Gobierno más inesperados, no está de más que partidos como C's, Podemos o PSOE firmen.
Al PP le interesa muy poco el tema de la Cultura. Venimos de mucho tiempo de desafección con nosotros. Llueve sobre mojado
Sin embargo, las buenas intenciones chocan de antemano con la realidad previa. En su plan para la Cultura, por ejemplo, Podemos habla de “revisar” el IVA cultural, no de bajarlo, y desde luego no de bajarlo al súper reducido -que sería volver, si no al 8%, sí al menos al 10%-. Por su parte Ciudadanos no ha hecho de momento promesas que Albert Rivera esté dispuesto a cumplir. “De entrada bajará del 21 al 18%. Es menos de lo que no gustaría pero no vamos a proponer cosas que no sabremos cómo cuadrar. Ojalá algún día podamos poner el IVA cultural homogeneizado con el resto de Europa, que es más reducido”, respondió en la entrevista que concedió a EL ESPAÑOL en la sede del diario.
El sector pide la creación de un estatuto del artista, porque lo consideran un trabajo de riesgo y no tiene garantizados sus mínimos derechos
El estatuto del artista es uno de los puntos que estarán sobre la mesa. La actual legislación no contempla temas como la intermitencia en este tipo de trabajadores -regulado en Francia- y una regulación específica de la cotización de los actores a la Seguridad Social. “No tiene lógica porque un actor no puede trabajar los 30 días al mes, son trabajos esporádicos. Las bajas por maternidad son un gran problemas”, explica la presidenta de Eskena, Ana Pimenta. “El del artista es un trabajo de riesgo”.
Entre los participantes estarán el secretario de Cultura del PSOE, Iban García del Blanco, la portavoz de Cultura de Ciudadanos, Marta Rivera de la Cruz y el coordinador del mismo área de Podemos, Pablo Iglesias Simón, que no es el secretario general del partido, sino otro Pablo Iglesias, director de escena y dramaturgo. Esperan conseguir, si no firmas vinculantes, sí intenciones de consenso. “En los que han decidido acudir vemos, de momento, una receptividad y un respeto”, asegura Pimenta. El PP no es el único partido ausente, pero sí el más significativo, sobre todo como partido de Gobierno.
“No quiero generalizar. Hay gente en Cultura muy interesante que se pelea por las artes escénicas y por sacar adelante el programa Platea”, aclara la presidenta de Eskena. Sin embargo, la ausencia de los populares no le sorprende. “Al PP le interesa muy poco el tema de la Cultura”, asegura. “Venimos de mucho tiempo de desafección con nosotros. Llueve sobre mojado”.