El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ha concedido el Premio Nacional de Teatro 2017 al Teatro Kamikaze, sala madrileña que cumple ahora un año de vida, en el antiguo Teatro Pavón. El jurado ha destacado de la empresa de Miguel del Arco la “puesta en marcha de un proyecto colectivo en el que se desarrollan con excelencia las diversas ramas de la creación escénica: dirección, dramaturgia, producción e interpretación”. El jurado también ha querido resaltar “la valentía de sus propuestas y la adhesión de un público fiel que respalda este proyecto único en el panorama actual de nuestro teatro”.
El galardón está dotado con 30.000 euros, que vendrán muy bien a un proyecto que ha anunciado un futuro incierto. Hace unas semanas Miguel del Arco declaraba en entrevista con Javier Zurro: “Somos una compañía muy pobre, tenemos que pagar un alquiler altísimo, de hecho a veces creo que hago teatro sólo para pagarlo, pero me gusta mucho lo que ha sucedido. Soñábamos con que esto fuera un espacio abierto, con las puertas abiertas para todos”.
Cuando inauguraron el proyecto se dieron de plazo un año. Si en ese tiempo no eran rentables, bajarían el telón y a otra cosa. Ha pasado un año y no son rentables… pero han programado una temporada más. Y está pendiente una buena ayuda de la Comunidad de Madrid de Cristina Cifuentes. Se definen como “un teatro pobre”, pero empeñados en sobrevivir. “No es rentable, no hemos cerrado, así que estamos mintiendo. No es rentable porque tenemos un agujero enorme. Acabamos de renovar un crédito importante.
Kamikazes, no gilipollas. Eso decía el vídeo promocional. Y eso lo tienen en cuenta para “no tener una servidumbre que haga imposible la vida del teatro”. “No sé si vamos a conseguir ser rentables. Tenemos este sueño de que haya un 33% de taquilla, un 33% que entre por parte de las administraciones y el otro 33% por parte de entidades privadas. Lo de la taquilla lo conseguimos con creces, lo de las administraciones está al habla, y todo esto va a permitir que entre unos y otros lo logremos, pero también es cierto que carecemos de una Ley de Mecenazgo”, explicaba.
El teatro que vivía hasta el momento sin subvenciones es galardonado con un premio que le abrirá las puertas de las ayudas públicas. Del Arco tuvo una oferta para dirigir los Teatros del Canal pero o rechazó para montar su propio teatro. “Soy más underground que eso, que entrar en un teatro institucional”, explicaba el director, que recomienda la sana implicación del director de escena con la taquilla. “Necesito que todo el mundo esté conectado y que todos piensen como yo que están en el mejor lugar para trabajar”.
El jurado, presidido por la directora general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Montserrat Iglesias, y el subdirector general de Teatro del INAEM, Fernando Cerón Sánchez-Puelles, como vicepresidente; ha estado compuesto por Julio Bravo; Manuel Llanes; Helena Pimenta, directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico; Rosa San Segundo, a propuesta del Instituto universitario de estudios de género de la Universidad Carlos III de Madrid; Rosana Torres, y Concha Velasco, Premio Nacional de Teatro 2016.