El Teatro Nuevo Apolo es estos días una vorágine de caos, una autopista de cables y planchas de madera que van y vienen, que se recortan y se ensamblan en el escenario. Suenan los taladros, huele intensamente a serrín y las chispas centellean en la penumbra de la sala principal. Se acerca el esprint final y no puede fallar nada. Queda ya muy poco para el 17 de octubre, la fecha marcada en rojo en el calendario, la noche del estreno de El Médico, la primera superproducción del mundo del musical con sello español.
El cerebro de la obra, basada en el best seller del escritor estadounidense Noah Gordon, es Iván Macías, un compositor andaluz, de Moguer (Huelva), empeñado en cumplir su sueño; un romántico que ha transformado su ilusión en un proyecto monumental, con 33 actores en escena, 20 músicos en directo, la orquesta más grande del teatro musical español, y un vestuario diseñado por Lorenzo Caprile. El presupuesto del espectáculo, tras empezar de cero, alcanza ya los 4,5 millones de euros. ¿Nervios? ¿Dan vértigo las expectativas? "No, no, a mí esto me pone", confiesa Macías a EL ESPAÑOL dentro de uno de los camerinos del céntrico teatro madrileño.
Para quien solo se fije en el cartel, él figura como el director musical de la obra, pero que El Médico salte ahora a las tablas es el resultado de una lucha incansable, de un viaje al otro lado del Atlántico y de una música que enamora a todo el que la escucha. La historia de cómo se gestó el musical es una odisea similar a la del personaje principal, el pequeño Rob J. Cole, quien tras quedar huérfano abandona Londres y parte hacia Persia, separadas por medio mundo, en una aventura que espera convertirle en médico.
Espoleado por las grandes críticas que recibió en Madrid con Germinal, una de sus primeras obras creadas en el Liceo Municipal de Música de Moguer, fundado por él mismo, Iván Macías quiso darle forma a algo más ambicioso. Se sentó un día con Félix Amador, compañero de batallas y autor del libreto de El Médico, para poner en común los pilares de su creación: una gran obra con un título fácil de identificar para el espectador, es decir, una marca reconocible. Y ambos coincidieron en darle vida (y música) a la famosa novela de Noah Gordon, que ha vendido más de 10 millones de ejemplares en todo el mundo.
"Es una historia con la que cualquier persona se puede sentir identificada con el protagonista", explica Macías, cuyo currículum es asombroso: miembro de la Academia Nacional de las Artes Escénicas, Matrícula de Honor por unanimidad y Premio Honorífico en la carrera de piano con 13 años, máster en Composición e Instrumentación de Música para Cine y Televisión por la Berklee College of Music y representante de la Unión Europea en la Exposición Universal de Shanghái en 2010. "Hablamos de la búsqueda y realización de un sueño. Después, del exotismo de la mezcla de culturas, de ese viaje desde Londres hasta Persia. Era un reto porque todo el mundo veía imposible convertir El Médico en un musical. Pero yo había leído el libro y sí que visualizaba muchas escenas posibles".
El viaje a Boston
La decisión estaba tomada aunque quedaba lo más difícil: convencer al escritor estadounidense para que cediese los derechos de su libro. Macías y Amador escribieron durante un año la música del prólogo de la novela y empezaron a contactar con el entorno del escritor estadounidense. A través de internet conocen a su hijo y manager, Michael Gordon, con quien se reúnen en Barcelona con los bolsillos vacíos, solo con su ilusión. "Nos dice que El Médico es un best seller mundial y que tenemos que hacer una oferta irrechazable, ya no solo en lo económico sino también en el proyecto", recuerda el compositor. "Al principio fue un: 'Esto qué es'. Pero cuando Michael escuchó el prologo... se quitó los cascos y dijo: 'La semana que viene voy a Boston a ver a mi padre y tenéis que venir, mi padre tiene que escuchar esto'".
Macías aterrizó en Massachusetts alertado del estado de salud de Noah Gordon, un nonagenario cuya atención era susceptible de desviarse. Pero la visita de 30 minutos se convirtió en horas y horas de conversación. "Le pusimos el prólogo y un par de números más y él sin hablar español sabía perfectamente la parte del libro que estaba sonando. Y dijo: 'Estoy escuchando mi libro'. Ahí sabíamos que estábamos en el camino", relata Macías, hijo de padres músicos y pegado al piano, su juguete, desde los tres años.
Ahora, tras lograr financiación "sin ser nadie", tras haber reclutado a un equipo de grandes nombres -Lorenzo Caprile (diseño), Jorge Blas (magia), José Luis Sixto (dirección) o Frances Abós (coreografía)-, Iván Macías cuenta los días para el estreno de su obra, un musical distinto, "como una película", en la que ha utilizado una composición de cine. Y la música, por supuesto, lo es todo, "el lenguaje que cuenta la historia, a la que se han adaptado el texto, la iluminación, la coreografía...". Además, avisa: "El Médico no nace solo para España, nace para el mundo. A partir del año que viene queremos que empiece a representarse en otros países".
¿Pero cómo se logra transformar una novela en música? "Lo primero es intentar interiorizar lo que Noah Gordon quería que el lector del libro sintiera", explica Macías. "Más allá de que es una historia preciosa, cualquier artista quiere que el receptor se emocione. Y eso es lo que hemos intentado, buscar esa emoción, buscar de una manera subjetiva el mensaje de Noah y pasarlo a la objetividad, a lograr que de la misma forma que el público se emocionó leyendo El Médico ahora se emocione oyéndolo", concluye Macías.
Y el próximo 17 de octubre, si nada se tuerce, Noah Gordon, quien ha participado activamente con sus consejos en el proyecto, se sentará en una de las primeras filas del Teatro Nuevo Apolo para volver a emocionarse con su novela convertida en música.