En España, según los últimos informes, sólo un 8% de los actores viven de su labor profesional. El resto tienen que compaginar su sueño de dedicarse a su pasión con otros trabajos que les permitan subsistir. Si ya es difícil conseguirlo, cuando hay productores y empresas que intentan aprovecharse de sus empleados se hace más complicado. Es lo que denuncia el actor y cantante Naim Thomas, famoso por haber participado en la primera edición de Operación Triunfo, y que hace unos días contaba cómo la empresa para la que ha trabajado recientemente había dejado sin pagar a varios empleados.
El actor ha participado recientemente en el musical Rougue, para la empresa Ethika Global Entertainment, y que se ha podido ver en el Teatro Apolo de Barcelona. La función no tuvo el éxito que esperaba, y a varios miembros de la producción les han dejado a deber todo el mes de marzo y los seis primeros días de abril, tal como cuenta el artista a este periódico. A pesar de ello, la empresa ha seguido produciendo otras obras después. El equipo de Rouge no es el primero, ya que según Thomas esto es una práctica que desde Ethika se ha convertido en habitual.
“Ellos cuando tienen problemas tienen un modus operandi, que es reunirnos y decirnos que están firmando una línea de crédito. Tengo un e-mail en el que las tres personas que mandan en la empresa dicen que han firmado una línea y que nos van a pagar, pero pasa el tiempo y no lo hacen. Esto me ha pasado a mí, pero también a otros siete compañeros músicos y técnicos. Antes habían hecho otro espectáculo y me dicen que hay una persona a la que le deben miles de euros, y después de este hicieron otro por el que deben 70.000 euros a otra persona”, explica Naim Thomas a EL ESPAÑOL.
Lo que más ha sorprendido al cantante es que la empresa esté saltando de producción en producción y dejando sin pagar a sus trabajadores, que además “son los que tienen la explotación del teatro Apolo y hacen todos los espectáculos de teatro allí”. Por lo ocurrido Naim ha recurrido a vías judiciales y ha puesto una demanda. “Ha habido una intención para que, después de siete meses, en noviembre, hubiera un acto de conciliación, pero han tenido la poca desfachatez de no presentarse, porque su intención es que pague el estado a través de FOGASA”, continúa.
En el Teatro Apolo, sus trabajadores lanzan balones fuera cuando se les pregunta, y dan el teléfono de la empresa que tiene la explotación de las obras para ofrecer su versión de los hechos. Desde Ethika se limitan a un comunicado de prensa en el que las personas mencionadas por Naim Thomas en aquel primer vídeo, Manel Noguerón y Juan-Miguel Sánchez, aseguran haber sido “directamente aludidos falsamente” y que tomarán “acciones judiciales” en su contra “en reclamación de daños y perjuicios”.
Naim está tranquilo. No es el único afectado, incluso “hay casos más graves que el mío”, aunque prefiere no dar detalles. Compañeros que tienen mails, mensajes de WhatsApp que acreditan lo denunciado, y también las malas formas de la empresa cuando han reclamado sus derechos. Incluso un compañero tuvo que mandar a su madre como “si fuera el cobrador del frac” todos los días a la sede de Ethika a pedir su dinero. Fue uno de los pocos que lo consiguió.
Ha habido una intención para que, después de siete meses, en noviembre, hubiera un acto de conciliación, pero han tenido la poca desfachatez de no presentarse
El cantante sabe que los abogados de Ethika le “tienen muy vigilado”, y aunque no han intentado presionarle para quitar la demanda y que no hable, tiene claro que “no lo lograrían”. “No porque sea valiente, sino porque no me da la gana, es un punto de hartazgo, de decir que no me da la gana. Basta de tonterías de engañar a la gente. Luego la gente de otros sectores, a los actores nos toman como el pito de un sereno, pero parece que nosotros tampoco nos tomamos en serio. Los que estamos trabajando en esto tenemos que hacer reivindicaciones, yo te digo que, a día de hoy, si yo hubiera cobrado y veo que mis compañeros no, hubiera hecho el mismo vídeo”, zanja.
Naim Thomas no es optimista, y cree que veremos como Ethika Global Group “cierra y cambia de nombre, pero será el mismo perro con distinto collar”, y se pregunta como “alguien con dos dedos de frente le dejaría dinero a gente que en otros negocios no pagan a sus trabajadores”, ya que este grupo se dedica a las inversiones en bolsa e inmobiliarias. Por suerte sabe que casos como este “son excepciones” y que “es raro encontrarse una empresa con tanto morro”
Ahora se mantiene “expectante”, pero con poca fe en una justicia que ve cómo se comporta últimamente. “No quiero decir que no exista la justicia, eso es absurdo, pero veremos por dónde sale el viento. Ya basta de tomar el pelo a la gente que se sube a un escenario. Esto es una continuación de cómo concebimos el arte en este país. No hay convenios, no se ve como un trabajo como en otros países, y hay que avanzar. Gente como esta no debería estar en este mundillo, porque ya es suficientemente difícil vivir de ello para encima encontrarte con gente que no paga y encima tiene malos modos”, zanja.