Álex Rigola se declara machista, pero ojo, no entendido el término en su primera acepción, no porque comulgue con la prevalencia masculina sobre la mujer. Él es machista porque se encuentra inmerso en un sistema que lo ha educado de esa forma. "Yo, como sociedad, tengo una culpabilidad en que esas mujeres no estén hoy vivas", dice el director teatral sobre las víctimas de la violencia machista, una lacra perpetua.
Su último proyecto de teatro-documento, Macho Man, estrenado esta semana en los Teatros del Canal de Madrid de la mano de su compañía, Heartbreak Hotel, ahonda precisamente en eso, en los crímenes machistas; y lo hace a través de un espectáculo-instalación, sin actores, que invita al público a pensar las condiciones de producción de esta violencia estructural, un viaje experimental e interactivo para mostrar las "heridas de la víctima" en lugar de poner el foco en el maltratador.
"Lo que hay que hacer es eliminar el machismo, no solo la violencia machista, y eso nos corresponde a todos, porque somos una sociedad, somos el medio que permite que actos de violencia extrema sigan sucediendo hoy en día", ha recordado el dramaturgo durante la presentación de la muestra, que se podrá ver hasta el próximo 17 de marzo. Para ello pone el foco de denuncia en una determinada masculinidad que se despliega en todos los ámbitos: los espacios públicos, las conversaciones de whatsapp, las redes sociales o las relaciones afectivas
Durante el espectáculo, grupos de seis personas entran en un espacio laberíntico de 200 metros cuadrados, compuesto por 12 estancias, llevando unos auriculares que hacen de guía y contribuyen con una ambientación sonora, además de reproducir testimonios de víctimas de malos tratos. Los espectadores-participantes se encontrarán con imágenes, sensaciones, montajes escénicos y, en definitiva, todo tipo de vivencias encaminadas a concienciar sobre la violencia machista en la pareja, la familia y en los entornos laboral, social y judicial.
Álex Rigola, que fue director del Teatro Lliure y de los Teatros del Canal durante (2017-18), ha asegurado que "el objetivo es que el público empatice con los diferentes casos expuestos a través de su interacción con las diferentes instalaciones. La violencia machista no solo va de cómo han actuado unos, sino de cómo lo hemos permitido otros", ha declarado Rigola.
"Es una cuestión vital para mí, mi granito de arena", ha dicho el director, quien ha afirmado que ha tomado "mucha conciencia" de su machismo durante la gestación de este proyecto; "la suficiente para entender que una mujer se ponga violenta y grite. Tiene todo el derecho a contestar mal porque la sociedad está desequilibrada".
En la muestra también estarán disponibles algunas declaraciones de la víctima del caso del juicio de La Manada, dibujos de niños y niñas víctimas de violencia machista doméstica e incluso un visionado del videojuego de GTA, "tan popular entre los adolescentes", según Rigola, y "en el que se puede prender fuego a una prostituta porque se gana puntos".
Además, Macho Man quiere ser experiencia educativa. “Tenemos claro que la violencia machista es un problema social grave y debe desaparecer. Y la mejor forma de hacerlo desaparecer es a través de la educación”, dicen sus responsables. Por ello, el proyecto se abrirá a los adolescentes: varios grupos de alumnos visitarán el espectáculo acompañados por psicólogas del Instituto de la Mujer.