La Operación Reinhard fue la mayor campaña de asesinatos perpetrada por los nazis durante el Holocausto. El plan se inició en marzo de 1942 y concluyó 21 meses más tarde, en noviembre de 1943. Los campos de exterminio de Belzec, Sobibor y Treblinka, de los que prácticamente nadie pudo salir con vida, desarrollaron un mecanismo para aniquilar a los judíos en masa: la cámara de gas. En ese período, 1,7 millones de personas fueron asesinadas. Hitler y el Tercer Reich llevaron a cabo su operación de exterminio en el máximo secreto hasta que empezaron a perder la guerra y los horrores comenzaron a salir a la luz.
Un estudio publicado ahora por la revista especializada Science Advances estima que en tan solo 100 días de la Operación Reinhard -entre 27 de julio y el 4 de noviembre de 1492- el régimen nazi mató a 1,47 millones de judíos, más del 25% de las víctimas totales del Holocausto -entre 5,4 y 5,8 millones según un cálculo reciente-. Es decir, la cifra media diaria de asesinatos por día fue de unos 15.000. Mesualmente el número se situaría en torno a 445.700.
La investigación, realizada por un equipo de la Universidad de Tel Aviv liderado por el biomatemático Lewi Stone, ha podido realizar esta estimación tras analizar un conjunto de datos de los ferrocarriles con los que se llevaron a cabo las deportaciones a los campos de concentración de Belzec, Sobibor y Treblinka. Estos han sido recopilados por el historiador Yitzhak Arad, que examinó más de 480 deportaciones -el tren que jugó el papel más importante fue el nacional alemán Deutsche Reichsbahn- para transportar a judíos procedentes de 393 guetos y ciudades de la ocupada Polonia y calculó el número de víctimas en cada traslado.
Durante agosto y septiembre de 1942, según los datos que muestra el estudio, se registró casi medio millón de víctimas cada mes, que o bien fueron gaseadas apenas unas horas después de su llegada a uno de los tres campos de exterminio citados anteriormente o fueron ejecutados por miembros de los Einsatzgruppen. Si se suman los registros de octubre, en estos tres meses (92 días), los datos señalan que 1,32 millones de judíos, como mínimo, fueron asesinados por los nazis.
El informe indica que la tasa de homicidios durante la Operación Reinhard ha sido subestimada y "persistido debido a la falta de conocimiento de los detalles sobre los campos de exterminio de Reinhard y la efectividad de los esfuerzos nazis para ocultar esos detalles durante la guerra". Lo cierto es que Hitler y el Tercer Reich, cuando la derrota en la II Guerra Mundial era inminente, trataron de eliminar todos los registros que documentasen los terribles crímenes del Holocausto.
Del estudio también se desprende que el ratio de muertes registradas en estos 100 días es un 83% mayor que la del genocidio de Ruanda, acontecido en 1994 y en cuyo período más sangriento, también de un centenar de días, unos 800.000 tutsis fueron brutalmente asesinados.
"Nuestros análisis arrojan nueva luz sobre este período del Holocausto y brindan una imagen más clara y detallada de la dinámica y las tasas de los principales eventos que se desarrollaron durante la Operación Reinhard", asegura Lewi Stone en la publicación. "La eficiencia en la línea de ensamblaje de los asesinatos por parte de los nazis y la capacidad para alcanzar y mantener estas altas tasas de muertes fueron el resultado de tener los campos de concentración clave operando simultáneamente durante un período determinado. También fue clave el respaldado que aseguraba el sistema ferroviario para transportar rápidamente a las víctimas judías a los campos".
Sin capacidad de respuesta
La Solución Final de Hitler para aniquilar a quienes consideraba racialmente inferiores consistía en movilizar hasta los campos de concentración al mayor número de judíos que habitaban en Europa a través de la red de ferrocarriles. El reto logístico se resolvió mediante la participación del Deutsche Reichsbahn, el tren nacional alemán, que empleó a casi medio millón de funcionarios públicos y a 900.000 trabajadores que se ofrecieron para ayudar en estas labores de traslado -a sabiendas de que eran partícipes de los asesinatos-.
Aproximadamente, se estima que en Belzec murieron 515.000 personas, en Sobibor unas 126.000 y en Treblinka casi 900.000. La Operación Reinhard puso en marcha una eficaz máquina de exterminio que, según este estudio, "presumiblemente podía haber continuado funcionando sin problemas durante muchos meses más manteniendo las tasas de muertes identificadas si hubiera habido un suministro continuo de vícitimas" procedentes de la zona del Gobierno General, es decir, los territorios ocupados por los nazis.
Sin embargo, la caída del número de asesinatos que se registra en noviembre y diciembre de 1942, justo después del período letal, es el reflejo de que ya quedaban pocos judíos en la zona que pudiesen ser deportados a los campos de exterminio y allí gaseados. "El hecho de que los asesinatos en masa de la Operación Reinhard ocurriesen en un periodo de tres meses creó, probablemente, una confusión sustancial entre las víctimas (...) Es decir, la masacre terminó antes de que hubiera tiempo para una respuesta organizada", detalla Stone .
El relato de Rudolf Reder, uno de los dos prisioneros que lograría sobrevivir a Belzec, recogido en 1944, señalaba que "este fue un largo periodo de asesinatos de judíos. Los prisioneros me contaron ... que el número de transportes enviados a Belzec durante septiembre, octubre y noviembre de 1942 era mucho mayor que los transportes enviados con anterioridad. Durante esos tres meses, la mayoría de los judíos fueron asesinados... Vi cada día 50 vagones con 100 prisioneros en cada uno, lo que significa 5.000 víctimas enviadas a Belzec. (...) Los transportes llegaban siete días a la semana".