El redoble de tambores aventura un acontecimiento incomparable, "el proyecto cultural más importante del mundo", dicen sus impulsores. El Gran Museo Egipcio, la reunión definitiva de los grandes tesoros del Antiguo Egipto, ultima sus preparativos para la apertura programada el próximo mes de octubre. Allí, escoltadas por las Pirámides de Guiza, se mostrarán piezas inéditas rescatadas recientemente del subsuelo y otras que llevan siendo el eje de atracción del turismo desde hace décadas, como los objetos hallados en la tumba de Tutankamón.
El apelotonamiento de esculturas, momias y otros vestigios arqueológicos y el característico olor a madera vieja del Museo de El Cairo se contraponen ahora con la presentación más cuidadosa y ordenada que dominará el nuevo megacomplejo histórico. "Ha sido mi idea mostrar todos los artefactos, por primera vez, de una forma bella", explicaba el célebre egiptólogo Zahi Hawass, uno de los encargados del proyecto —ha escrito hasta una ópera sobre el faraón niño para el día de la inauguración— en una entrevista con este periódico hace unos días.
El Gran Museo Egipcio reunirá a las afueras de El Cairo una colección de unos 100.000 objetos del Antiguo Egipto que abarcan desde la Prehistoria hasta los últimos coletazos del Imperio romano, muchos de los cuales no han sido nunca mostrados al público. Dos salas estarán dedicadas exclusivamente a la joya de la corona, los cinco mil tesoros de la tumba de Tutankamón, como su hipnotizante máscara de oro, reunidos de nuevo desde el descubrimiento de la cámara funeraria en 1922 por el arqueólogo Howard Carter.
Ahmed Yousef, presidente de la Autoridad Egipcia de Turismo, asegura a EL ESPAÑOL que el nuevo museo "contendrá objetos de la colección de Tutankamón expuestos al público por primera vez". Hawass añade que las piezas relacionadas con el rey de la Dinastía XVIII son las únicas que se van a trasladar desde el Museo de El Cairo. Otro movimiento de envergadura es la de la barca funeraria de Keops, actualmente localizada en una de las faldas de la Gran Pirámide y sobre la que ya está trabajando el equipo del egiptólogo.
Un museo jamás visto
Ubicado a dos kilómetros de las Pirámides de Guiza, Ahmed Yousef resalta la faceta innovadora de un complejo cultural que trasciende cualquier otra construcción anterior: 480.000 metros cuadrados, una fachada traslúcida de 60 metros de alto y 45 de largo —la cual permite ver los emblemáticas pirámides desde el interior y algunas de las piezas expuestas desde fuera—, varias tiendas y restaurantes, un centro de conferencias con capacidad para mil asistentes, una biblioteca, tres parques, zonas para niños y un centro de conservación que aspira a ser el más grande de Oriente Medio.
Esa es la nueva casa de las joyas históricas del Antiguo Egipto, como el monumental coloso de más de veinte metros de altura de Ramsés II y el centenar de estatuas de faraones que recibirán a los visitantes a la entrada. Decenas de sarcófagos, objetos religiosos depositados en las tumbas de los faraones y esfinges de todos los tamaños abundarán en unas galerías donde habrá tres ausencias ilustres: el busto de Nerftiti, la Piedra Rosseta y el Zodiaco de Dendera, expuestos en el Neues Museum de Berlín, el British Museum y el Museo del Louvre respectivamente.
"Lo que pertenece a Egipto debe regresar a Egipto; abra o no este nuevo museo. Si algo ha sido expoliado o sacado del país ilegalmente tiene que volver", opina el presidente de la Autoridad Egipcia de Turismo sobre el debate de las piezas arqueológicas expoliadas. Zahi Hawass se muestra aún más contundente: "Son tres objetos únicos que fueron sacados de forma ilegal de Egipto, su casa. Hay que atacar a estos tres museos para que devuelvan los tesoros y mostrarlos en el Gran Museo Egipcio".
Ahmed Yousef añade que aunque el tamaño y la cantidad de obras sean tan llamativos, es la calidad de las joyas y la novedosa forma de exponerlas lo que realmente otorga "calidad" al museo. "Descubrimos antigüedades en Egipto todos los días y hace años que el Gobierno egipcio lleva a cabo iniciativas de este tipo para mostrar al mundo el legado faraónico de manera alternativa: nuevas formas arquitectónicas, uso de la tecnología...". O descubriendo momias en televisión en directo, como hizo Hawass hace unos meses.
El megacomplejo espera abrir sus puertas en octubre de 2020 tras más de una década de obras y una inversión de 550 millones de dólares. "Tendrá una capacidad para albergar 15.000 visitas diarias, tanto en exposiciones permanentes como temporales. La riqueza histórica y cultural del museo será única en el mundo, siendo la colección más grande dedicada a una sola civilización. Estamos seguros de que ésta será una excelente oportunidad de mostrar el esplendor de una civilización que estuvo presente casi 4.000 años", concluye Yousef. Los cálculos iniciales presagian que el Gran Museo Egipcio alcanzará los 5 millones de visitantes durante el primer año, la mitad de lo que firmó el Louvre en 2019.