Las cifras de contagiados por coronavirus se han disparado en España. Por el momento hay más 1.600 enfermos y 35 fallecidos. De esta manera, hace aproximadamente un siglo, la ciudadanía española también se vio envuelta en gran pandemia de gripe que afectaba principalmente a niños y ancianos. Es considerada la pandemia más devastadora de la historia, puesto que en solo un año mató 50 millones de personas en todo el mundo.
Pese a que el brote no se originó en suelo español, al igual que el coronavirus, es mundialmente conocido como la gripe española. De hecho, el primer caso oficial registrado que se documentó en Madrid fue en mayo de 1918, meses después de haberse diagnosticado la enfermedad en otros rincones del mundo. Las potencias participantes en la Gran Guerra hicieron todo lo posible para ocultar las noticias sobre la enfermedad. España, como se mantuvo neutral en la contienda, no hizo nada para esconder las elevadas cifras, y de ahí que se generase una falsa creencia que España era el país más castigado.
Al principio, los síntomas eran los de una gripe convencional: fiebre, irritación de garganta o dolor de cabeza. No era de extrañar ver a soldados y civiles llevar una mascarilla, tal y como sucede en las estaciones de metro o en los aeropuertos a día de hoy.
Cualquier persona, ya fuera rica, pobre, fuerte o débil, estaba expuesta a la gripe. Numerosas celebridades de la época enfermaron a lo largo de los dos años en los que duró la pandemia. El pintor austríaco Egon Schiele fallecería a los 28 años de edad en el otoño de 1918. El poeta, ensayista y novelista francés Guillaume Apollinaire también perdería la vida a causa de la gripe española, al igual que Yakov Sverdlovn, la mano derecha de Lenin, o el abuelo de Donald Trump.
Otros, por otra parte, pudieron afrontarla con gran malestar. Quien posteriormente sería el presidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, en su regreso de Francia, resultaría enfermo y terminó desarrollando una doble neumonía —cuando desembarcó en suelo estadounidense estaba demasiado débil como para caminar sin ayuda—.
260.000 muertes en España
Un estudio publicado en 2008 y dirigido por Antoni Trilla, médico epidemiólogo del Hospital Clinic, asegura que en España la mortalidad pudo alcanzar la cifra de 260.000 personas, lo que suponía prácticamente el 1,5% de la población total en aquella época. Dicha mortalidad se concentró principalmente en el periodo septiembre-noviembre de 1918.
En Madrid llegó a enfermar un tercio de la población. No estuvo exento de la gripe el monarca español Alfonso XIII, quien cayó gravemente enfermo entre marzo y julio de 1918. Por aquel entonces el rey tenía 32 años y vivía alejado de la masa. Sin embargo, tal y como se estima, el contacto con el personal del Palacio Real y los diferentes embajadores y políticos que frecuentaban la residencia pudieron contagiar al monarca. Poco a poco, la tasa de mortalidad y de afectados se fue reduciendo y para verano de 1920 la gripe española dejó de acaparar las vidas rutinarias de los ciudadanos.