Había nacido en Badajoz en 1475 pero su ansia por conocer y descubrir mundo pronto le llevaron a Vasco Núñez de Balboa a alejarse de su pequeña localidad. Murió a miles de kilómetros en Acla, un pueblo colonial establecido por los españoles en la actual Panamá. Fue allí donde, debido a desobedecer las órdenes establecidas, fue ejecutado y su cabeza expuesta a la población durante días.
Desde la llegada de Cristóbal Colón a América, Núñez de Balboa no quiso perder la oportunidad de ser partícipe de las campañas que la monarquía española estaba llevando a cabo. Bajo las órdenes del conquistador Rodrigo de Bastidas recorrió las costas del Mar Caribe desde el este de Panamá, pasando por el golfo de Urabá, hasta el cabo de la Vela en la actual Colombia. Finalmente, las naves pusieron rumbo a la isla Española y allí se dedicó a la agricultura tras haber adquirido varias tierras.
Pero La Española no era un paraíso repleto de oro y abundancia como se había pensado desde la llegada de Colón. De hecho, se había encontrado muy poco oro y el descubridor de América necesitaba justificar los costes del viaje ante la Corona. De esta manera, decretó que todo indio de más de 14 años de edad tenía que entregar una cierta cantidad de oro cada tres meses. Quien no lo hiciera se enfrentaba a una pena que consistía en cortarles la mano y dejarlos morir desangrados.
Poco a poco, la población de La Española, decreció. "La población de La Española superaba con mucho el millón y, posiblemente más que eso, en la época del primer desembarco de Colón: veinte años más tarde, era de aproximadamente 28.000 y, en 1542, de 200", escribe el periodista británico Chris Harman en La otra historia del mundo (Akal). De hecho, el colonizador convertido en sacerdote Bartolomé de Las Casas culpó en más de una ocasión los métodos de los colonizadores y los calificaba como "los mayores ultrajes y matanzas de personas".
No pasó tanto tiempo para que Núñez de Balboa decidiera abandonar la isla. Además, el extremeño se había endeudado considerablemente. Era el momento de partir una vez más. Consiguió huir de los acreedores escondido como polizón en un barco que pretendía iniciar una nueva campaña en el continente. A partir de entonces, las conquistas no cesarían y la popularidad de Núñez de Balboa lo convertirían en uno de los exploradores más prestigiosos de la época.
Fue en una de las incursiones por la vasta América donde escuchó por primera vez la existencia de un mar al otro lado de las montañas. En una complicada expedición repleta de ciénagas, lluvias y enemigos se hicieron paso hasta llegar a lo que posteriormente sería conocido como el Océano Pacífico. Era el 25 de septiembre de 1513.
"Vasco Núñez de Balboa lo contempla extasiado y conmovido, lleno de orgullo y satisfacción, consciente de la gloria que acaba de conseguir por ser sus ojos los del primer europeo que ha descubierto el infinito azul de aquel mar. Durante largo rato, estáticamente, mira Balboa la lejanía...". Así relata el descubrimiento del Mar del Sur el escritor austríaco Stefan Zweig en Momentos estelares de la humanidad (El acantilado).
Fernando el Católico, tras conocer la buena nueva, reconoció a Núñez de Balboa como descubridor del Mar del Sur y la gobernación de Panamá y Cohíba. No obstante, fue a partir de este momento donde la envidia y la traición afectaron a las hazañas del explorador. Pedro Arias Dávila entraría en escena y las disputas por las nuevas tierras descubiertas, en parte por culpa de la ambigüedad del rey español a la hora de administrarlas, creó una enemistad entre ambos exploradores. Mientras que Núñez de Balboa optaba por aliarse con los indios y conocer sus costumbres, Dávila optaba por el saqueo y la guerra. Poco a poco, la insistencia del extremeño por descubrir nuevas tierras e iniciar nuevas expediciones empezó a parecer una conducta sospechosa entre los gobernadores del Nuevo Continente.
Al final Balboa fue detenido por Francisco Pizarro y acusado de traidor por intento de usurpación del poder contra Pedrarias y de tratar de crear un gobierno aparte en el Mar del Sur. "Esta es la justicia que el Rey y su teniente Pedro Arias de Ávila mandan hacer contra este hombre por traidor y usurpador de los territorios de la Corona", afirmaron antes de la ejecución. La contestación de Núñez de Balboa fue contundente: "Es mentira y falsedad que se me levanta; y para el paso en que voy, que nunca por el pensamiento me pasó tal cosa ni pensé que de mí tal se imaginara; antes fue siempre mi deseo de servir al Rey como fiel vasallo y aumentarle sus señoríos con todo mi poder y fuerzas".
Vasco Núñez de Balboa fue decapitado. Su cabeza permanecería expuesta a la vista de la gente durante días y tras esto nada más se supo del explorador y conquistador que fue ejecutado por traicionar a la corona.