Investigadores de Pensilvania y la Universidad Libre de Bruselas han dado con un hallazgo colosal: han encontrado en las profundidades del lago Titicaca una llama tallada en una concha de espondillo y una lámina de oro cilíndrica dentro de una caja de piedra tallada. ¿En qué se traducen estas viejas joyas? Se interpretan por los expertos como una ofrenda ritual, especialmente diseñada para resistir sumergida, tal y como ha logrado hacerlo durante 500 años.
El descubrimiento se encontraba perfectamente intacto y, además, aparece en una zona nueva en la que aún no se habían encontrado reliquias de este tipo: las zonas aledañas a la Isla del Sol y el arrecife de Khoa son áreas donde este tipo de hallazgos son más recurrentes -ahí ya habían aparecido artefactos preincaicos e incas, amén de cajas de piedra con figuras en miniatura-.
Esta nueva investigación corresponde al arrecife de K’akaya, en un enclave al oeste de la había de Challapata, en la costa oriental del lago, tal y como ha revelado la revista especializada Antiquity. Se trata de un lugar de peregrinación importante para los incas, un eje lleno de rituales y centros ceremoniales.
“Uno de los objetivos de nuestro estudio arqueológico submarino fue identificar la existencia de sitios similares a los que conocíamos y para nuestra sorpresa encontramos al menos uno”, ha señalado el investigador Christophe Delaere, de la Universidad de Bruselas.
“Se trata no sólo de los escasos descubrimientos intactos de una ofrenda submarina inca, sino también que se encontró en otro lugar del lago, lo que tiene una implicación importante para comprender la relación entre el imperio inca en expansión, las comunidades locales que vivieron en el lago y el lago Titicaca antes del contacto europeo”, lanzó el especialista.