Los neandertales de hace 41.000 años ya practicaban los ritos funerarios del entierro. Esa es la conclusión de un equipo de arqueólogos después de estudiar el esqueleto de un niño de dos años hallado durante unas excavaciones en el yacimiento de Ferrassie, en Dordoña, al suroeste de Francia. Según los expertos, es la primera vez que se documenta en Europa una inhumación infantil de esta especie prehistórica.
El grupo multidisciplinar dirigido por el paleoantropólogo del laboratorio de Historia natural del hombre prehistórico de Francia Antoine Balzeau y Asier Gómez-Olivencia, de la Universidad del País Vasco, considera demostrada esta práctica del enterramiento por el estado y la posición de los huesos encontrados en el sitio.
Esta ha sido una cuestión muy debatida en la comunidad científica desde 1908, cuando dos curas católicos hallaron también en Francia, en la llamada La Chapelle-aux-Saints, los restos de un neandertal que habría sido inhumado. En 2013, una investigación científica vino a confirmar esta hipótesis. En fechas recientes y en otras partes del mundo como el kurdistán iraquí, concretamente la Cueva Shanidar, se han documentado otros enterramientos neandertales deliberados.
En el caso del yacimiento de Ferrassie, los arqueólogos observaron que los restos del niño, probablemente enterrado por sus familiares, reposaban dentro de una capa de sedimentos inclinada hacia el oeste, mientras que los demás estratos estaban orientados hacia el noroeste.
Esta posición de los huesos, poco dispersos entre sí, fieles a la anatomía humana y mejor conservados que el resto de huesos animales encontrados cerca, indican un entierro rápido tras la muerte, concluyen los expertos en un trabajo publicado este miércoles en la revista científica Scientific Reports.
Revisión de materiales
El de Ferrassie es uno de los yacimientos arqueológicos mejor conservados de toda Europa. A principios del siglo XX se descubrieron allí seis esqueletos del hombre neandertal, pero no fue hasta 1970 que se encontró el séptimo, el de este niño de dos años.
Durante casi medio siglo, estos restos permanecieron sin analizar en los fondos del Museo Arqueológico Nacional galo, en Saint-Germain-en-Laye, en la región de París, hasta que el equipo liderado por los dos expertos, español y francés, reabrió recientemente los cuadernos de la excavación.
Al revisar el material recopilado hasta entonces, centraron su atención en 47 nuevos huesos humanos que no se habían identificado durante las excavaciones y que pertenecían al esqueleto del niño.
Los científicos también llevaron a cabo un minucioso análisis de los huesos: estado de conservación, estudio de las proteínas, genética y datación, para finalmente volver a Ferrassie con la esperanza de encontrar otros fragmentos del esqueleto, sin éxito.
Pero este regreso al campo, junto con los cuadernos de sus predecesores, permitió reconstruir e interpretar la distribución de los restos humanos y los huesos de animales hallados alrededor.
Aunque avisan de que serán necesarios más descubrimientos para comprender el alcance de las prácticas funerarias de los neandertales, los expertos señalan que "estos nuevos resultados proporcionan información importante para la discusión sobre la cronología de la desaparición de los neandertales y la capacidad de comportamiento, incluida la expresión cultural y simbólica, de estos humanos".