Las obras de ampliación y remodelación del Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Jaume I de Alcàsser (Valencia) han sacado a la luz una pequeña necrópolis visigoda, relacionada con el yacimiento de la Senda de l'Horteta, ocupado entre el último cuarto del siglo VI y la primera mitad del siglo VII y del que se conocían una serie de estructuras (hornos, muros o silos para almacenar cereales) y hallazgos cerámicos. Las más de media docena de enterramientos conservan restos óseos, según han desvelado los arqueólogos Tina Herreros y Pablo Sañudo, los directores de la intervención.
Los trabajos, que permitirán aportar nuevos datos históricos y arqueológicos sobre el yacimiento visigodo, se han iniciado por el patio norte del recinto y, por el momento, se han localizado siete fosas de inhumación con características similares, según han apuntado fuentes municipales. Todas ellas presentan una forma ovalada, con una longitud superior a los dos metros y anchura variable, excavadas directamente en el terreno natural. Sobre ellas, se emplazan losas de piedra caliza a modo de estela o lápida, que servían para señalizar su ubicación.
Con el fin de no interferir en los plazos previstos de duración de la primera fase de las obras, la excavación se está centrando en la documentación de las tres fosas situadas en el espacio que ocupará el nuevo pabellón de Primaria del colegio. En todas estas tumbas se ha localizado a más de un individuo. Una de ellas contiene cuatro esqueletos adultos y otro de edad infantil: un hombre, una mujer con pendientes, y otro, aún por exhumar, cuyo sexo está pendiente de determinar.
Además, en el relleno de tierra del interior de la fosa, se han encontrado fragmentos cerámicos correspondientes a una vasija y las mandíbulas de un bóvido y un carnívoro, que formarían parte del ritual de inhumación. La cronología propuesta del conjunto gira en torno al siglo VI d.C.
Aldea agrícola
La alcaldesa del municipio, Eva Zamora, ha asegurado que este hallazgo "solo retrasará el mínimo posible los trabajos de ampliación y remodelación del CEIP Jaime I" y ha destacado la importancia de los restos encontrados, ya que "aportan más información sobre los orígenes" del pueblo.
El yacimiento de la Senda de l'Horteta fue una pequeña aldea visigoda de carácter eminentemente agrícola carente de un urbanismo definido u organización de espacios de hábitat o productivos, según los arqueólogos. Se ubica en torno a caminos o vías de comunicación de larga tradición de uso: en la confluencia de varios y antiguos ejes viarios con otras alquerías islámicas próximas, en sentido norte-sur y este-oeste, y a escasos 3 kilómetros de la Vía Augusta.
El sitio, según las investigaciones arqueológicas, solo cuenta con un nivel estratigráfico, lo que indicaría "la existencia de una población visigoda de nueva planta con una pervivencia corta en el tiempo a tenor de la homogeneidad que presenta el material cerámico en cuanto a tipología y adscripción cultural (de finales del siglo VI y primera mitad del siglo VII d.C.)", se explica en el informe Senda de l’Horteta. Nuevas aportaciones al estudio de un asentamiento visigodo. En las excavaciones previas ya se habían identificado los restos de un individuo varón, adulto, con una edad comprendida entre los 20-25 años.