Las dunas que rodean el Cabo de Trafalgar, en Cádiz, continúan dando sorpresas sobre lo que han protegido, y ocultado, durante miles de años y, tras el reciente descubrimiento de unas termas romanas, se ha conocido ahora el hallazgo de una tumba de la Edad del Bronce intacta, con restos humanos y ajuares.
El hallazgo de esta tumba megalítica, con una cueva artificial que conduce a una cámara circular funeraria excavada en la roca a unos tres metros de profundidad, es todo un símbolo de que hace unos 4.000 años el paisaje debió despertar tanta admiración como la que conduce cada año a miles de turistas a pasear por este espacio de la costa de Barbate.
"Debieron sentir que era un sitio especial para enterrar a sus seres queridos", explica a Efe el profesor Eduardo Vijande, que se ha encargado de esta excavación con el equipo del Área de Prehistoria de la Universidad de Cádiz.
La cámara ha sido hallada intacta, ya que no ha sido abierta desde la deposición funeraria. En ella estaban los restos óseos completos de una mujer adulta en muy buen estado de conservación, junto a adornos como cuentas de collas verdes o hechas con conchas, dos pequeños pendientes de oro y un peine de hueso.
En el pasillo que conduce a la cámara se han encontrado múltiples piezas cerámicas y restos óseos de al menos cinco individuos en un osario, también en muy buen estado de conservación.
Su estado es excepcional, tanto el de la tumba como el de los restos, algo que permitirá interesantes estudios para ver el parentesco de los individuos allí enterrados, conocer su dieta y concretar con más exactitud las fechas en las que el enterramiento estuvo abierto.
El hallazgo y las características de esta tumba hacen pensar que el Tómbolo de Trafalgar fue una necrópolis y que en los alrededores probablemente haya más enterramientos descansando bajo la arena de las dunas, un elemento que ha facilitado la conservación de estos restos.
Bajo la arena
La tumba ha sido descubierta a unos quinientos metros del lugar donde recientemente un equipo de arqueología de la Universidad de Cádiz, liderado por Darío Bernal halló, también bajo unas dunas, un complejo termal de época romana, de entre el siglo IV y V después de Cristo, en un estado excepcional de conservación, con una estructura de casi cuatro metros de altura.
Darío Bernal y su equipo, que desarrollan en la zona el proyecto de investigación "Arqueostra", alertaron a sus compañeros del departamento de Prehistoria de la UCA sobre el hallazgo en la zona de unas cerámicas que parecían ser prehistóricas. Eduardo Vijande se acordó entonces de que en 1998, siendo estudiante, se detuvo durante una investigación junto a unas cuatro piedras en el Cabo de Trafalgar.
Tras la llamada ahora de sus compañeros el equipo de Prehistoria de la UCA volvió al lugar y rápidamente, tras una limpieza, observó que esas piedras eran sólo la parte visible de un pasillo excavado a unos cien metros del mar y que llevaba a una cámara funeraria de entre dos y tres metros de diámetro.
Después de la excavación, el hallazgo volverá a ser enterrado en arena, al igual que las termas romanas, al menos de forma temporal mientras se estudian las posibilidades de dejar estos restos protegidos y a la vista del público. "Bajo la arena es la mejor forma de protegerlos, así podrían estar otros cuatro mil años", dice Juan Jesús Cantillo Duarte, coordinador del Laboratorio de Arqueología y Prehistoria de la UCA.
La consejera andaluza de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, ha explicado hoy en la visita que ha realizado al yacimiento que, según los técnicos, cubrirlos preventivamente no es incompatible con cualquier proyecto de puesta en valor o de conservación futura que se pueda plantear.
De hecho, Del Pozo prevé hablar con los titulares de los terrenos (el Estado y Medio Ambiente) sobre una posible musealización y creación de un circuito cultural y patrimonial.
La consejera ha asegurado que la Junta, además de autorizar un año más de excavaciones en la zona tras el verano, iniciará los trámites para proteger como Bien de Interés Cultural (BIC) las termas romanas, la tumba monumental de la Edad del Bronce y las piletas de una fábrica de salazón, también de época romana, que fueron descubiertas con anterioridad.
Para el rector de la UCA, Francisco Piniella, estos hallazgos demuestran que el Cabo de Trafalgar "desde hace miles de años" es "un paraíso natural incomparable que ha atraído a pueblos a lo largo de los siglos y que ha generado un extraordinario patrimonio cultural que tenemos que desentrañar, conservar y difundir".