En busca de la tumba de Nefertiti: la excavación más ambiciosa del Antiguo Egipto desde Tutankamón
Un documental de DMAX desvela las investigaciones y los hallazgos de Zahi Hawass en la zona occidental del Valle de los Reyes, donde espera encontrar el enterramiento de la célebre reina de la Dinastía XVIII.
7 junio, 2021 01:45Noticias relacionadas
Zahi Hawass, el egiptólogo más famoso y sensacionalista del mundo, está obsesionado en ser como Howard Carter, el artífice del hallazgo de la tumba de Tutankamón. También quiere pasar a la historia por descubrir la cámara funeraria de uno de los grandes faraones del Antiguo Egipto que permanecen en paradero desconocido. Tras desistir en su empeño de encontrar a Cleopatra, la gran obsesión actual del exministro de Antigüedades se centra en identificar la sepultura de Nefertiti, la famosa reina de la Dinastía XVIII. En una entrevista con este periódico a principios de 2020 aseguró que lo iba a lograr, pero entonces llegó la pandemia.
Este martes, el canal DMAX estrena un documental producido por Discovery, con el título de El Valle de los Reyes: las tumbas perdidas, en el que se desvelan en tiempo real los trabajos y los hallazgos realizados por Hawass y su equipo egipcio en la célebre necrópolis real de Luxor. El arqueólogo se ha revelado en un atrevido comunicador gracias a esta nueva forma de dar a conocer las investigaciones sobre el Antiguo Egipto. Con la compañía estadounidense ya ha desenterrado en directo una momia de un importante sacerdote de hace 2.500 años y ha logrado catapultar a la egiptología a la dimensión del entretenimiento.
El documental cubre las excavaciones efectuadas en el sector occidental del Valle de los Reyes, conocido también como el Valle de los Monos, una zona prácticamente inexplorada, pero donde se han documentado dos importantes tumbas: la de Amenhotep III, suegro de Nefertiti y abuelo de Tutankamón —la reina fue la madrastra del faraón niño—, y la del rey Ay, sucesor de este último.
Los egiptólogos creen que Amenhotep III, uno de los gobernantes más poderosos de la antigua civilización, quiso establecer ahí un nuevo cementerio para él y sus descendientes, por lo que bajo los escombros de tres mil siglos tienen que esconderse más tumbas reales, como la de Nefertiti. ¿Y entonces por qué Tutankamón apareció en la zona oriental del Valle de los Reyes? La explicación que ofrecen los expertos es que al morir de forma repentina y tan joven, con 19 años, su cámara funeraria no estaba todavía terminada.
La misión encabezada por Zahi Hawass en la ramificación occidental del Valle de los Reyes, calificada como "la excavación más grande de Egipto en un siglo", ha arrojado hallazgos relevantes. Lo más llamativo fue la identificación del primer taller funerario del que se tiene constancia, una suerte de "polígono industrial" con una treintena de talleres y otras dependencias en las que se fabricaron muebles, jarrones o joyas que debían acompañar a los difuntos en su viaje al más allá.
Los arqueólogos pudieron determinar que era el lugar de trabajo de los artesanos de las tumbas reales por los materiales desenterrados: una aguja de bronce única —solo se conoce otro ejemplo igual y está en el Museo de Luxor—, cuentas de collar de diferentes colores y una piedra negra de obsidiana que representaría el iris del rey o reina en su máscara funeraria, como la del propio Tutankamón. Estos descubrimientos se dieron a conocer en octubre de 2019.
Restos momificados
A medio centenar de metros del taller industrial, en una bifurcación del wadi, Hawass y su equipo de 150 personas descubrieron un enigmático anillo que celebraba el reinado de Amenhotep III, confirmando que el yacimiento correspondía a la Dinastía XVIII, varias piezas de oro y una serie de incrustaciones de vidrio en forma de láminas y flechas azules y rojas idénticas a las que forman parte del sarcófago de Tutankamón. "La tumba está aquí", dice el egiptólogo, pertrechado con su característico sombrero y una camisa vaquera, en un momento del documental.
En esa misma zona se descubrió un anillo de plata de gran pureza —un material más valioso que el oro en el Antiguo Egipto porque tenía que exportarse de Grecia o Siria— que probablemente portó una mujer. Aunque lo más excitante fue una parte de una momia femenina con sobrepeso —la cadera, un muslo y una rodilla— que debió pertenecer a la realeza por la depurada técnica de momificación a la que fue sometida, con quince capas de lino.
Sin embargo, la entrada a la tumba no aparecía por ningún lado y Hawass y sus colaboradores concluyeron que aquel sitio tuvo que ser un campo de los saqueadores donde quemaban los sarcófagos para recuperar metales y gemas preciosas. Los restos humanos, por lo tanto, podrían proceder de cualquier lugar del valle.
Nueva entrada
Hawass no parece un hombre que se rinda fácilmente. Por las noches motiva a sus ayudantes con vídeos de la excavación de Howard Carter, y bromea con que debería ponerse un traje y una corbata impecables como él para tener más suerte al remover los áridos escombros. A pesar de la infructuosa búsqueda de la tumba de Nefertiti, decidió mudar las investigaciones al otro lado del valle occidental, más cerca de la cámara funeraria de Amenhotep III.
Y la campaña llegó a su fin con el descubrimiento de la entrada de una posible tumba, en cuyos alrededores se desenterraron un fragmento de cerámica con un mono dibujado similar a los que hay en las paredes de las cámaras funerarias de Tutankamón y Ay, una herramienta muy singular para tallar y lijar escenas e inscripciones en las tumbas —solo se conserva un objeto igual en el British Museum— y un par de postes de madera utilizados para transportar elementos pesados que se depositaban en el interior de las sepulturas. Uno de ellos presentaba un jeroglífico que significa "señor de las dos tierras", lo que podría hacer referencia a un gobernante.
El documental es de gran interés, armado como una concatenación de cliffhanger que lo convierten en una hora y media realmente emocionante, pero su gran problema es la no contextualización temporal. El espectador no sabe si las excavaciones que se relatan son recientes o se registraron ya hace unos años. El detalle de la ausencia de mascarillas, no obstante, es una pista suficiente. Todo ello provoca una sensación de incertidumbre: puede que las hipótesis que se están barajando ya hayan quedado desfasadas por las últimas investigaciones.
Al cierre de este artículo, Zahi Hawass no había contestado las preguntas de este periódico sobre el estado actual de las excavaciones para encontrar la tumba de Nefertiti. En el último año, el egiptólogo y su equipo han realizado importantes descubrimientos en la necrópolis Saqqara —el templo de la reina Naraat y medio centenar de sarcófagos de hace 3.000 años— y en otra zona de Luxor, donde ha salido a la luz una ciudad perdida. Este último hallazgo ha sido calificado como el más sobresaliente desde la tumba de Tutankamón. Un título que perderá si Hawass finalmente triunfa en la búsqueda de Nefertiti.