La olvidada invasión aliada de Sicilia en 1943: la mayor operación anfibia de la II Guerra Mundial
El popular historiador James Holland revisa en un vívido y completo ensayo la historia de la Operación Husky, que desembarcó a más soldados en la isla italiana que el Día D en Normandía.
1 diciembre, 2021 06:03Noticias relacionadas
Una guía de viajes Baedeker editada antes de la II Guerra Mundial recomendaba a los turistas evitar los viajes a Sicilia durante los meses de verano por las achicharrantes temperaturas que allí se registraban. Pero en julio de 1943 la isla se convirtió definitivamente en el infierno. Los molestos mosquitos y el sol abrasador trazaron el contexto extremo en el que se iba a desarrollar la mayor operación anfibia de la historia: el día 10, más de 160.000 soldados Aliados —británicos, estadounidenses y canadienses— aterrizaron o desembarcaron en las costas italianas. El primer asalto a la Fortaleza Europa duró 38 terribles jornadas, y marcó un hito en el desarrollo de la contienda.
La Operación Husky movilizó a más hombres que el Día D, el desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944. Y sin embargo, la campaña siciliana, sobre la que los académicos han escrito relatos "escasos y dispersos", resulta mucho menos conocida para el gran público que Overlord. Ese vacío lo cubre con creces James Holland, uno de los grandes historiadores del momento sobre la II Guerra Mundial, en Sicilia 1943 (Ático de los Libros). A través de una brillante narración, centrada como el resto de su obra en el punto de vista operacional y en el factor humano, el británico traza una historia total de la invasión que enseñó a los Aliados cómo debía ganarse la guerra: mediante "una completa hermandad de operaciones terrestres, aéreas y marítimas".
Holland, autor de otras destacadas obras como El auge de Alemania o El contraataque aliado, defiende en su libro que lo que ocurrió en Sicilia fue un punto de inflexión en la guerra en el frente occidental y reportó valiosos aprendizajes para futuras campañas. A pesar de ello, lamenta que muchos de sus colegas hayan sido críticos con el planteamiento y la dirección de Husky, incidiendo en las grietas entre los mandos británicos y estadounidenses o en una supuesta pobre preparación.
"Mi investigación es completamente opuesta a esa visión. Creo que marca el principio del profesionalismo aliado, de grandes avances operacionales, no solo tácticos. Y pienso que es en el nivel operacional —cómo se organizan los países, los recursos, el armamento, las fábricas— donde se luchan y se ganan las guerras. Ese es el hilo que falta en la narrativa de la II Guerra Mundial, y una vez se revisa, emerge una imagen bastante diferente, en la que las fuerzas aliadas salen mucho mejor paradas", explica el historiador en una entrevista con este periódico.
Casi un tercio del ensayo, de hecho, lo dedica Holland a describir los preparativos de la invasión, desarrollada en la estela de las derrotas catastróficas para los nazis en Stalingrado y en el norte de África, porque es "muy compleja y controvertida". "La logística de organizar una operación como esta es absolutamente alucinante en una era anterior a la informática", resalta, destacando además que los Aliados desconocían el nivel de fortaleza defensiva de las tropas de Mussolini. Las vívidas y escabrosas descripciones de los enfrentamientos que jalonan las 800 páginas dan buena muestra de la crudeza de los mismos —de media diaria murieron 237 soldados del Eje y 146 de los atacantes—.
"Fue el mejor plan que podían haber creado. Las operaciones aéreas antes de la invasión fueron efectivas y eficientes y resolvieron muchos de los temores previos", defiende Holland, que se muestra todavía más tajante a la hora de rechazar una supuesta cautela extrema en los preparativos de la operación: "Hay que recordar que cuando se monta una operación de esta complejidad, de una forma en que nunca se había hecho a lo largo de la historia, coordinando misiones aéreas, terrestres y marítimas y a gente que nunca había actuado junta, lo más importante es que no fracase. ¿Cómo se les puedes criticar por ser cautos?".
Sicilia fue la primera vez que los estadounidenses desplegaron un ejército sobre territorio europeo, donde estuvieron involucrados los comandantes aliados más famosos y el principio del fin de la Italia fascista —unas semanas más tarde caería Roma y Hitler perdería a uno de sus principales socios— "Fue un golpe de martillo total a las aspiraciones alemanas, una catástrofe", resume Holland. ¿Cómo se explica entonces su olvido, su menor consideración en la narrativa bélica? ¿La Operación Husky ha sido minusvalorada respecto al Día D?
"No ha habido películas sobre Sicilia, Audie Murphie [el soldado estadounidense más condecorado] o algo de ese estilo. El desembarco de Normandía está en un plano superior en la percepción pública. A la larga es más importante desde un punto de vista estratégico porque está más cerca de la derrota de la Alemania nazi. Pero en 1943 este fue el evento número uno de la guerra en el frente occidental", responde Holland, que también repasa en su magnífica obra el "significante" papel desempeñado por los capos de la mafia siciliana, enfrentados a Mussolini desde el primer día, como el matón Vito Genovese.
A James Holland se le considera uno de los integrantes de la nueva corriente de historiadores que está abordando la II Guerra Mundial desde una perspectiva diferente. "Honestamente, estoy cambiando la cansina vieja narrativa de que los Aliados no estaban muy bien preparados y que los alemanes eran unos genios a nivel táctico", asegura. Según su experiencia, poner el foco en las cuestiones operacionales proyecta una imagen mucho más completa para comprender las interioridades de la contienda. En sus obras anteriores, el británico ha concluido que la derrota de Alemania era ya irreversible a finales de 1941 y ha derribado importantes mitos como el de la sofisticación de la maquinaria bélica nazi.
Todas sus investigaciones, como esta última de la invasión de Sicilia —en inglés acaba de publicar Brothers in arms, una historia sobre el regimiento de tanques Sherwood Rangers—, beben del interés por contar los grandes acontecimientos a través de las biografías de soldados anónimos. "Prefiero tener un elenco de personajes y que el lector los conozca en profundidad que citar a muchos testigos. Cuando los conoces puedes empatizar mejor con ellos, los uso para ilustrar la experiencia humana", asegura. Y concluye: "Para mí lo más interesante de la II Guerra Mundial es el drama humano, el hecho de que de repente a personas normales se les pide que hagan cosas extraordinarias".
La Operación Husky, en números
Bajas del Eje. 4.678 alemanes perdieron la vida en el campo de batalla mientras que 4.583 desaparecieron. En cuanto a los italianos, 4.325 muertos y 40.655 desaparecidos. Entre ambas fuerzas, fueron capturados más de 120.000 soldados.
Bajas de los Aliados. Los fallecidos británicos y canadienses en conjunto ascendieron a 2.721; y los estadounidenses, a 2.811. Más de 20.000 hombres contrajeron malaria.
Fuerzas movilizadas. Los Aliados desembarcaron o aterrizaron a 160.000 hombres en un solo día. Contaron con el apoyo d 14.000 vehículos, 3.500 aviones y más de 2,5000 barcos, incluidos dos portaaviones, seis acorazados o 128 destructores.