Pier Paolo Pasolini, citas de un marxista de sofá
Se cumplen 40 años de la muerte del escritor, referente intelectual de la posguerra italiana. Excesivo y contradictorio, no pasa de moda.
2 noviembre, 2015 01:37Noticias relacionadas
Pasolini fue un creador estajanovista. Su obra escrita abarca unos diez volúmenes de unas mil páginas cada uno. Obras teatrales y guiones de cine, novelas y cuentos, ensayos y artículos políticos, discursos, ensayos y artículos literarios, poemas, traducciones, etc. Además, está su trabajo como director de películas y documentales. Hombre visceral, con una pasión que precedía y sustentaba todo su discurso intelectual. Cuando murió tenía pocos amigos. Se había enemistado con muchos y había debatido encendidamente con casi todos. Participó en casi todas las batallas intelectuales de su época, que en buena medida coincidió en Italia con los Años de Plomo, unos años convulsos –los sesenta y setenta- que estuvieron a punto de causar un conflicto abierto en el país.
En el prólogo a su traducción de La religión de mi tiempo (Nórdica, 2015), el poeta y traductor Martín López-Vega escribe a propósito de Transhumanar y organizar, uno de los poemarios de Pasolini: "De nuevo la contradicción pasoliniana, como si nada existiese sino al ser puesto en contradicción, tras superar la prueba de ser contradicho". No es el único estudioso de Pasolini que ha destacado las numerosas contradicciones del creador. La urgencia de su creatividad le llevaba a escribir sobre todo lo que sucedía o pasaba por su cabeza y su obra contiene una tensión dialéctica entre opuestos aparentemente irreconciliables. Acertó y se equivocó, pero casi nunca mintió.
¿Quién fue Pasolini? ¿Poeta o pensador? ¿Marxista o católico? ¿Revolucionario o burgués? ¿Partidario de la liberación del cuerpo y del espíritu o dominador?
"Soy ante todo y sobre todo un poeta"- Pasolini
Pasolini, como ha escrito uno de sus mayores conocedores, el italiano Walter Siti, se definía como poeta. Incluso cuando en el citado libro, Transhumanar y organizar, rechazó la poesía como género. Su concepción amplia de la poesía le permitió, sobre todo en sus últimas obras poéticas, combinar la introspección más subjetiva y lírica con una valoración del mundo en el que vivía. Una especie de poemas-ensayos que conciliaban dos de las dimensiones esenciales de todos nosotros: nuestra subjetividad y nuestras circunstancias.
Al mismo tiempo, el Pasolini poeta ejerciendo como ensayista en periódicos y revistas, descendiendo día tras día a la arena política, se fiaba demasiado de su capacidad de intuición poética y política, sin dedicarse al análisis metódico tanto como habría sido desable. Por ejemplo, recuerda Siti, en 1974 Pasolini escribió un prólogo a una obra del poeta ruso Evgeny Evtusenko en el que afirmaba que, en quince años, la Unión Soviética sería un lugar maravilloso en el que vivir. 1974+15= 1989.
"La televisión es un medio de masas. Y los medios de masas sólo nos pueden convertir en mercancías y alienarnos"-Pasolini
Las críticas contra la televisión fueron constantes a lo largo de su carrera. También contra el resto de los medios de masas. Difícil no estar de acuerdo con él en su espíritu crítico. Pasolini hablaba de la única televisión que existía en esa época: la televisión pública controlada por el Estado, en la que la propaganda compartía espacio con una publicidad comercial que alentaba al consumismo, otra de sus bestias negras. Esto explicaría que llegase a declarar que la única solución que veía para este control estatal era la liberalización del sector, permitiendo la emisión de cadenas de televisión privadas.
¿Qué habría pensado al ver convertido en presidente a un empresario corrupto como Berlusconi que levantó buena parte de su imperio político y económico sobre una televisión privada, pero tan o más alienante, vulgar y mercantilizada que la vieja RAI (que, por cierto, también controló)? Por otra parte, la presencia de Pasolini en los medios fue constante durante su carrera. Tal vez sea uno de los escritores italianos más fotografiados y filmados de la posguerra italiana. Si bien es cierto que, en no pocas ocasiones, aparecía en los medios y se dedicaba a descalificarlos. La mayoría de nosotros nos autocensuramos –en mayor o menor grado- para poder vivir en sociedad y ser aceptados por los demás: hay que reconocer que el grado de autocensura de Pasolini era muy escaso.
"Hoy en día la libertad sexual de la mayoría de personas es en realidad una convención, una obligación, un deber social, un ansia social, una característica irrenunciable en la calidad de vida del consumidor" –Pasolini
De nuevo, difícilmente no estar de acuerdo con esa intuición de Pasolini sobre la sexualidad convertida en una mercancía más. La frase –con muchos matices- sigue siendo válida a día de hoy: quizá más válida en la actualidad que en su época. Pasolini buscaba una libertad "auténtica", no mediatizada. Una libertad, si se quiere, pura.
¿Cómo conciliar esa ansia de libertad absoluta en materia sexual con su habitual búsqueda de cuerpos jóvenes en las noches romanas, cuerpos de los que disfrutaría sólo tras pagarles un puñado de liras? Resulta difícil asumir que Pasolini creyese que los jóvenes con los que se acostaba eran libres de hacerlo. ¿No eran acaso una mercancía más que aportaba calidad de vida al consumidor Pasolini? Siguiendo la lógica pasoliniana, ¿no se establecía una relación de poder en el que él era el dominador y sus compañías alquiladas los dominados?
También es Pasolini el que escribe: "¿La libertad sexual es necesaria para la creación? Sí. No. O tal vez sí. No, no, ciertamente no. Pero...sí. No, es mejor que no. ¿O sí? ¡Ah, maravillosa promiscuidad! (¡Ah, maravillosa castidad!)" ¿Con qué Pasolini quedarnos?
"Prefiero la pobreza de los napolitanos al bienestar de la república italiana, prefiero la ignorancia de los napolitanos a las escuelas de la república italiana" –Pasolini
Pasolini siempre cantó con entusiasmo las bondades de los bajos fondos, la autenticidad de lo miserable, la espontaneidad de los iletrados. Seguramente –no hay por qué dudarlo- había tenido experiencias positivas en todos estos sentidos. Los bajos fondos, sobre todo los romanos, fueron una fuente constante de inspiración para sus obras creativas y para algunas de sus posiciones políticas.
Era coherente con los que consideraba los valores deseables de un cristianismo primitivo y de un marxismo ideal. Pero esa celebración de lo miserable resulta difícil de asumir como posición intelectual defendible: menos objetable sería su defensa como paraíso literario personal. ¿No podría calificarse esta posición de Pasolini como reaccionaria y clasista?
"¿Qué es lo que ha transformado a los proletarios y a los desclasados italianos, sustancialmente, en pequeños burgueses, devorados, además, por un ansia económica de serlo? ¿Qué ha hecho que las masas de jóvenes se conviertan en masas de criminaloides? Lo he repetido ya decenas de veces: una “segunda” revolución industrial que en Italia, en realidad, ha sido la “primera”: el consumismo que ha destruido cínicamente un mundo “real”, transformándolo en una total irrealidad, donde no existe ya elección posible entre el bien y el mal" –Pasolini
Pasolini fue lúcido a la hora de detectar el poder transformador de la sociedad de consumo tanto a nivel socioeconómico colectivo como a nivel individual. Al tiempo que padecemos las consecuencias de un consumismo "que nos devora", deseamos mejorar nuestro estatus para disponer de más capacidad de compra. Es una transformación que lejos de liberarnos, nos encierra y somete.
El mayor problema con la posición intelectual de Pasolini acerca del consumismo se plantea, sin embargo, desde el punto de vista de su coherencia personal, y no tanto respecto al fondo de sus planteamientos intelectuales: fotos de Pasolini con gafas a la moda, Pasolini elegamente vestido (nunca vestido como sus admirados héroes lumpenproletarios), o Pasolini conduciendo un Alfa Romeo Giulia último modelo. Podría decirse: el infierno –y los consumistas- son siempre los otros.
"Estoy traumatizado por la legalización del aborto, porque la considero, como otros muchos, una legalización del homicidio" –Pasolini
Pasolini detectó la instrumentalización de la mujer en la televisión como cuerpo-mercancía, y también su cambio de rol en la sociedad capitalista de consumo. Sin embargo, la relación de Pasolini con el movimiento feminista no fue en absoluto fluida. La teórica feminista Carla Lonzi –que compartía consideraciones sobre el aborto con Pasolini- se queja en sus diarios de que Pasolini nunca tuvo ningún interés en dialogar con las feministas italianas de su época, a pesar de que algunas tenían un discurso muy elaborado.
"Publico este texto, sabiendo que no he logrado lo que pretendía, para faltar al respeto a mis enemigos. Así puedo ofrecerles la oportunidad para despreciarme, permitiéndoles una vez más que puedan enviarme al infierno"- Pasolini
Pasolini tuvo que afrontar numerosos procesos judiciales en los que le acusaban de inmoralidad. Se convirtió en una especie de blanco preferido en la escena intelectual italiana. Parece que llegó a asumirlo, propiciando incluso las ocasiones para la polémica, como reconoce en esta frase del prólogo de Divina Mímesis. Era, como ya he señalado, un provocador que disfrutaba con los debates públicos. Aunque en ocasiones más que debates se tratasen de cacerías en las que Pasolini era la única presa.
"Mi independencia, que constituye el principal pilar de mi fortaleza, implica la soledad, que es mi mayor punto débil" –Pasolini
Si bien Pasolini no fue siempre consciente de sus contradicciones, sí lo fue de una especie de destino al que, más que estar abocado, parecía perseguir. ¿Hasta qué punto?, difícil saberlo. Por una parte escribió: "No te hagas ilusiones: la pasión nunca se perdona/ No te perdono ni siquiera yo, que vivo de la pasión", escribió. Pero también dejó escrito: "¿Me pedirás tú, muerto sin adornos,/ que abandone esta desesperada/pasión de estar en el mundo?".