Se llama Aquel verano (Mariko y Jillian Tamaki) y es una novela gráfica que ha batido récords de ventas, que ha sido premiada -con la Medalla Caldecott y el Printz- y aclamada por la crítica -el New York Times la llamó "libro deslumbrante"- y, por si fuera poco, también censurada en un instituto en Minnesota. Poco antes había sido vetada en una biblioteca y en tres escuelas secundarias locales de Florida. ¿El problema? El lenguaje. Los denunciantes -en ambos casos, dos padres de alumnos menores de edad- han argumentado que el cómic contiene palabrotas y que les resulta vulgar. Esta prohibición ha desencadenado una ola de protestas entre los grupos defensores de la libertad de expresión, ya que "se abre la puerta a la eliminación de obras clásicas como El guardián entre el centeno [J.D. Salinger] o Amado [Toni Morrison]".
El libro -editado en español en 2014 por La cúpula- cuenta la historia de Rose, una chica que veranea con sus padres en Awago Beach desde que era una niña. Su amiga Windy, que es como la hermana pequeña que nunca tuvo, la espera cada año allí. Sin embargo, esta vez es diferente: los padres de Rose no paran de discutir y ella y su amiga se ven envueltas en una tragedia que se cierne sobre el pequeño pueblo costero. Tal vez se está haciendo mayor, ahora de verdad.
Claro que la trama toca puntos polémicos y que los indignados consideran inapropiados para adolescentes: la depresión, los embarazos no deseados, la fragilidad de la comunicación, el estrés, el enamoramiento, la responsabilidad de la sexualidad adolescente y la presión de grupo -aunque siempre tratados de forma sutil, sensible y reflexiva-. En definitiva, la novela gráfica juvenil abarca ¡la vida!, en sus claroscuros, en su constante crecimiento, en su hermosura y su crudeza. Eso sí: con final feliz.
La trama toca puntos polémicos como la depresión, los embarazos no deseados, la fragilidad de la comunicación, el estrés, el enamoramiento, la responsabilidad de la sexualidad adolescente y la presión de grupo
Es importante matizar que la Medalla Caldecott que recibió Aquel verano iba destinada a lectores mayores de 14 años y que la editorial que lo publicó originalmente lo recomienda para mayores de 12 años, ya que plantea dudas sexuales propias de la juventud y utiliza palabras como "zorra". Fue a principios de este mes cuando hicieron desaparecer el cómic de las estanterías de la biblioteca de un colegio en Henning, Minesotta, tras la denuncia de un padre, Jeremy Olson. Éste declaró al Daily Globe que la prohibieron después de que él, con el apoyo del bibliotecario y el director de la escuela, descubrieran que los temas tratados eran "inapropiados para tener cabida en la biblioteca": "Consideré que era una obra vulgar. Empleaba con frecuencia un lenguaje soez", explicó.
Olson aseguró que no era un "censor" ni apoyaba este tipo de prácticas, pero que había que "dibujar la línea entre lo apropiado y lo ordinario": "Aquel verano no es necesaria para educar a nadie", apostilló. El medio detalló que Henning es un pueblo pequeño, de aproximadamente 800 habitantes, y que la biblioteca en cuestión no estaba dividida por grados de edad y era utilizada tanto por niños de preescolar como por adolescentes -hasta el último curso de la escuela secundaria-.
Sin embargo, esta acción ha obtenido una respuesta contundente: la Coalición Nacional Contra la Censura -respaldada por organizaciones como PEN Latina o el Consejo Nacional de Profesores de Lengua- ha enviado una carta a Olson argumentando que "no hay base para concluir que un libro es vulgar para todo el mundo simplemente porque contiene algunos casos de palabras malsonantes". "El libro forma parte de todas las colecciones de bibliotecas de Estados Unidos", sentenció.
"Y ha sido retado de vez en cuando, pero, por lo que sabemos, siempre se ha mantenido cerca de las aulas". Recordó, además, que una medida así "potencia que a petición de los padres se elimine una enorme cantidad de literatura perteneciente a las bibliotecas escolares, incluyendo algunas obras clásicas como El guardián entre el centeno, Matadero cinco -o La cruzada de los niños-, o El chico negro".
Cuando Aquel verano fue retirada en Florida -en febrero-, Mariko Tamaki declaró que "el libro está recomendado para lectores de 12 a 18 años" y que "contiene representaciones de jóvenes que hablan y se preocupan de cosas de adultos", pero que cree que "hay una gran cantidad de libros, incluyendo un montón de novelas gráficas, que deben ponerse a disposición de lectores adolescentes".
Censurarla sería poner en peligro principios esenciales como la libertad individual, la democracia y la buena educación: el derecho a leer, preguntar, cuestionar y pensar por nosotros mismos
"Tal vez el libro puede estar por encima del nivel de madurez y lectura de estudiantes de la escuela primaria, pero su valor didáctico para adolescentes y jóvenes de secundaria ha sido reconocido por los principales expertos en educación", guiña la Coalición Nacional Contra la Censura en la carta. Además, insta a que se reponga el libro en la biblioteca de la escuela Henning, advirtiendo que "otra decisión sería poner en peligro principios esenciales como la libertad individual, la democracia y la buena educación: el derecho a leer, preguntar, cuestionar y pensar por nosotros mismos".