La sombra de Christopher Marlowe planea sobre la autoría de Shakespeare desde el siglo XVIII: investigadores de todas las épocas dudan de que una obra de tal hondura y complejidad pueda pertenecer a un hombre carente de formación especializada. La producción shakespeariana -de cerca de 29.000 vocablos- exige un elevado conocimiento del inglés, además de otras lenguas, viajes y alta instrucción clásica. Ninguno de estos puntos ha sido confirmado en la biografía de Shakespeare. Tampoco se le conoce obra anterior a la muerte de Marlowe: los primeros trabajos que se le atribuyen datan de 1593, es decir, el año de la muerte del dramaturgo, poeta y traductor inglés de Canterbury.
Ahora la guerra literaria se ha igualado: Marlowe está en el centro del escenario, mano a mano con su gran rival, con el reconocimiento de coguionista de las tres obras de teatro de Enrique VI. Los dos dramaturgos van a aparecer conjuntamente en los créditos de las obras de la New Oxford Shakespeare, un proyecto de referencia que será publicado por Oxford University Press este mes.
Además de Enrique VI -pieza uno, dos y tres-, hay un total de 17 obras de teatro que se estiman escritas también por otros autores, a veces a varias manos
Aunque la teoría de que Marlowe en realidad era Shakespeare ha sido desacreditada, esta nueva investigación -que ha incluido tanto análisis textual tradicional como herramientas informáticas- ha determinado que hay más cantidad de obras de teatro colaborativas -y atribuidas a Shakespeare- de las que se pensaba. De hecho, más del doble de la cifra que publicó el New Oxford Shakespeare hace 30 años. Además de Enrique VI -pieza uno, dos y tres-, hay un total de 17 obras de teatro que se estiman escritas también por otros autores, a veces a varias manos.
Contra la ortodoxia
El estudio está avalado por un equipo de 23 académicos procedentes de cinco países. Lo han dirigido Gary Taylor (Universidad del Estado de Florida, EEUU), John Jowett (Instituto Shakespeare, Universidad de Birmingham), Terri Bourus (Universidad de Indiana, Indianápolis, EEUU) y Gabriel Egan (Universidad de Montfort, Leicester). Es la primera vez que se confirma la mano de Marlowe en la producción teatral de Shakespeare.
"El punto de vista ortodoxo era que Shakespeare trabajaba solo, que nadie colaboraba con él. Cuando el Oxford Shakespeare sugirió, en 1986, que ocho obras de Shakespeare también estaban escritas por otros autores, algunas personas se indignaron", ha explicado Gary Taylor a The Guardian. "Lo que ha ocurrido desde entonces es que ahora hemos acumulado nuevas becas, técnicas y recursos que han dejado claro que en ese anterior estudio subestimamos la cantidad de trabajo de Shakespeare que es colaborativo".
En 1986, ocho de las 39 obras de teatro de Shakespeare fueron identificadas en sus páginas a título de colaboración; en 2016, 17 de 44 obras de teatro se han clasificado así: un poco más del 38%
Y continúa: "En 1986, ocho de las 39 obras de teatro de Shakespeare fueron identificadas en sus páginas a título de colaboración. Suponían algo más del 20%. En 2016, 17 de 44 obras de teatro se han clasificado así: un poco más del 38%". De algunas se dice que son colaboraciones igualitarias, como la de Marlowe en Enrique VI. Otras son adaptaciones, donde se adhirieron contenidos a las obras antes de su publicación impresa, como con Thomas Middleton, al que ahora se le atribuye por primera vez en la página de título de Bien está lo que bien acaba (All's well that ends well).
Rivales que colaboran
La idea de que podría haber dos capas de literatura en Bien está lo que bien acaba se remonta al siglo XIX, "pero nosotros hemos hecho la primera edición que proporciona evidencias empíricas detalladas", relata Taylor. "Se ha llegado a la conclusión de que la capa original está hecha al 100% por Shakespeare, probablemente en 1605, y la segunda capa, por Middleton, a principios de los años 1620", agrega. Estos resultados arrojan luz sobre la presunta rivalidad entre Marlowe y Shakespeare. "Ahora podemos estar seguros de que no sólo se han influido entre sí, sino de que trabajaron juntos. Los rivales a veces colaboran".
New Oxford Shakespeare publicará cuatro volúmenes y una edición digital, escalonados entre el 27 de octubre y diciembre. El proyecto incluye las obras completas con ortografía original, notas explicativas, ensayos y el informe de los compañeros de autoría autentificados con la investigación. Entre los textos que nunca antes se habían incluido en su obra completa está Arden of Faversham, que fue publicado anónimamente en 1592. Ahora se le atribuye también -de forma conjunta- a Shakespeare.
Una de las pruebas identifica "las cinco palabras más dichas de Shakespeare": suave, respuesta, suplicar, habló, esta noche
"La gente, durante siglos, ha argumentado que Shakespeare estaba, de alguna manera, conectado en ese juego. Por fin hemos identificado ese trabajo como una colaboración temprana de Shakespeare, gracias a varias de las escenas intermedias. Existe una evidencia muy fuerte, convincente, y hemos aportado gran cantidad de pruebas". Aún están por identificar el resto de autores -esos del anonimato-, pero se han descartado los candidatos tradicionalmente sugeridos, como Marlowe y Thomas Kyd.
Una de las pruebas identifica "las cinco palabras más dichas de Shakespeare": suave, respuesta, suplicar, habló, esta noche. Taylor se explica: "Lo que queremos decir es que estas palabras son un 'lugar común' en Shakespeare en su período inicial, hasta 1600. Es obvio que cualquiera podía utilizar estas palabras y que Shakespeare no las inventó, pero sí es cierto que Shakespeare utiliza 'esta noche' mucho más a menudo que otros autores en esos años". A Marlowe, por su parte, se le atribuye el recurrente uso de palabras como: espíritu familiar, sacrificar, regiones subterráneas, abrázame, me desamparas, maldición, malhechor, delicado, hechicera.