La escritora Siri Hustvedt, que hoy ha presentado en Barcelona La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres, un conjunto de ensayos sobre feminismo, arte y ciencia, ha considerado que la situación de la mujer en muchos ámbitos ha mejorado, pero cree que ahora hay un cierto retroceso.
Acompañada por las editoras Elena Ramírez (Seix Barral) y Pilar Beltran (Edicions 62), la norteamericana, que lleva años profundizando en el conocimiento de las artes, las humanidades y las ciencias, piensa que es evidente que hay progresos y que ahora, a diferencia de lo que ocurría hace cien años, la mayoría de las mujeres pueden acceder a la educación o pueden votar, pero "todavía existen muchos perjuicios interiorizados".
En este punto, ha argumentado que todavía en el siglo XXI la mujer se identifica con el cuerpo, con "lo natural", mientras que el hombre se sigue relacionando con el "mundo espiritual, de la cultura, algo que se hereda y que se va transmitiendo". A su juicio, son "ideas enraízadas, que no se han deshecho todavía, a pesar de que las mujeres ocupan puestos importantes que antes no ocupaban".
"Pero -ha proseguido- hay un cierto retroceso y si miramos a Estados Unidos vemos que Donald Trump fue elegido, entre otras cosas, por ser misógino".
Flexibilidad mental
En su nuevo libro, la autora de "Elegía para un americano" presenta un conjunto de once ensayos, divididos en dos partes, centrándose en la primera en los textos que ha dedicado a tratar sobre arte visual o literatura, mientras que en la segunda parte incluye conferencias que ha pronunciado en varios países. Todos estos escritos "representan una posición filosófica de la vida intelectual" y le sirven para constatar que "entender la condición humana debe hacerse desde diferentes prismas".
Hustvedt ha indicado que a lo largo de los años ha descubierto que leer tanto filosofía como literatura o ciencia le ha llevado "a una flexibilidad de la mente que de otra manera no hubiera conseguido nunca" y, por ello, ha recomendado que "se lea de todo".
En su alocución, y a preguntas de los periodistas, ha recordado una entrevista que hizo al escritor noruego Karl Ove Knausgård, un hombre al que ha calificado de honesto, y al que preguntó por qué en el primer volumen de su monumental proyecto autobiográfico citaba a muchos autores masculinos y solo a una mujer, la filósofa Julia Kristeva. Knausgard, prácticamente sin pensarlo, contestó que no incluía mujeres "porque no son competencia".
Hustvedt llegó a la conclusión de que la mayoría de hombres encuentran su propia valía en la mirada de otros hombres y mientras esto siga siendo así, las mujeres no contarán, por muy inteligentes que sean
Ante esa respuesta y, tras reflexionar sobre ella en profundidad, Hustvedt llegó a la conclusión de que la mayoría de hombres "encuentran su propia valía en la mirada de otros hombres y mientras esto siga siendo así, las mujeres no contarán, por muy inteligentes que sean". "Esto es una tragedia para la cultura, no puedo ser más clara", ha apostillado.
Sí a la pornografía
Sobre otras cuestiones que aborda en el libro como la de la pornografía, la ensayista ha abogado por la "no censura, por reconocer la riqueza de la sexualidad humana", a la vez que se ha mostrado totalmente convencida de que "ciencia y humanidades deberían establecer un diálogo entre ellas porque, sencillamente, se necesitan mutuamente".
Entiende que "está claro que la ciencia necesita de la filosofía y la filosofía de la ciencia" y ha agregado que "si fusionamos los dos discursos todo es más rico, tenemos una aproximación mucho mejor de lo que significa vivir de verdad".
En plena escritura de su próxima novela, que ha dejado para iniciar una gira de presentaciones por varias ciudades europeas, Siri Hustvedt ha propugnado en su comparecencia huir de lo "inconsciente" y ha dejado muy claro que en sus obras "nunca" cuenta nada sobre ella que no quiera explicar. "Confesar por confesar, a mi no me ha interesado nunca", ha remarcado.