Las grandes editoriales ya no fabrican tantos éxitos como antes, a pesar de que en 2017 volvieron a aumentar el ritmo de producción y lanzamiento de novedades. Las nuevas cifras desvelan que publicaron un 20,8% más que en 2016, con más de 4.000 títulos de diferencia con el volumen producido ese año. Es la cantidad más alta registrada en los últimos tres años, de 19.257 a 23.261 títulos. Es decir, estas empresas vuelven a apostar fuerte por el modelo cuyos datos descubren que en España no tiene más recorrido, porque el mercado les ha dicho que está agotado. No por más jugar hay más posibilidades.
Desde hace ocho años, las librerías han perdido el músculo del best-seller. Los libros más vendidos no venden tanto como antes: en el año 2000, produjeron más de diez ediciones de 216 títulos. En 2017, tal y como descubren el informe del Observatorio del Libro al que ha tenido acceso este periódico, sólo son 111. Sin embargo, mantienen el ritmo de publicación de títulos como en los años de bonanza. Es decir, dos de cada 210 títulos colocados en las librerías es un best-seller (aunque el número de ejemplares de cada edición sea variable y aleatorio).
La panorámica de la edición española de libros de 2017 señalan como editoriales grandes las que tienen una producción mayor a 1.000 libros, apenas suman 90 empresas (frente a las 2.316 editoriales pequeñas). Sólo dichas editoriales son las responsables del 28,3% de los títulos que se encuentran en las librerías (a pesar de ser menos de un 3% del total de empresas del sector).
Más madera
El dato que desvela que se ha aumentado la marcha de impresión es el crecimiento de las primeras ediciones, es decir, de los títulos que se ponen en la calle. Es superior, incluso, que el del año 2009, cuando la crisis todavía no había golpeado mortalmente a la industria del libro, uno de los sectores que menos ayudas públicas ha recibido con los gobiernos del PP. La producción total de títulos ha vuelto a ser la de aquellos maravillosos años en los que este país no se había empobrecido debido a la crisis financiera: en 2010 se sacaron 89.824 títulos y en 2017, la industria regresa con 88.119.
Por supuesto, el precio del libro, el encarecimiento de la vida y la bajada de los salarios de un país en el que sus trabajadores se han empobrecido, apuntan como motivos de esta caída del best-seller. En el año 2016 -a falta de que se hagan públicos los datos definitivos de 2017- casi el 40% de los libros se mantenía por debajo de 10 euros. Entre los 10 y los 20 euros se situó el 41,1% de la oferta de los libros. Ni J.K. Rowling, ni Paula Hawkins, ni Ruiz Zafón, ni Dolores Redondo, ni Julia Navarro suman las mismas cifras que los superventas de hace una década (a pesar de los extraordinarios resultados de Patria, de Fernando Aramburu).
Más en bibliotecas
Además, los libros más vendidos son los libros más prestados en las bibliotecas públicas españolas. Es más, seis de los diez libros más comprados en 2017 están entre los más solicitados en las bibliotecas. El perfil es propio de la fabricación del best-seller: sagas, famosos o premios literarios. El libro más prestado de 2017 fue Patria, seguido de Todo esto te daré (Dolores Redondo), El guardián invisible (Dolores Redondo), La chica del tren (Paula Hawkins), El asesinato de Sócrates (Marcos Chicot), El laberinto de los espíritus (Carlos Ruiz Zafón), Falcó (Arturo Pérez-Reverte), Legado en los huesos (Dolores Redondo) y Los herederos de la tierra (Ildefonso Falcones).
Por si fuera poco, la industria cultural que más creció en 2017 fue la de la ficción audiovisual, sobre todo, Netflix. Es importante recordar un dato del Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros de 2017 de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE): la edad crítica en la que se abandona la lectura es a los 45 años, una edad en la que la capacidad económica para consumir producto cultural parece estable. Además, los parados leen un poco más que los ocupados, pero esa población visita más bibliotecas que librerías. Por si fuera poco, entre los 25 y los 44 años se leen más redes sociales que libros. No es cosa de adolescentes. Y el dato demoledor para la industria: el 40.4% de los españoles no lee nunca o casi nunca.
Lectoras en paro
No se vayan todavía, aún hay más: ellas leen más libros que ellos, que se dedican sobre todo a los periódicos. Sin embargo, el consumidor más frecuente es el que está en una situación más débil en el mercado laboral. La peor parte del desempleo cae sobre las mujeres, en agosto y septiembre de 2017 -los meses con más oferta laboral- el paro incrementó en ellas el 71,2% del desempleo, según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). En ese momento, el número de hombres sin trabajo era de 1.439.465 y la cifra de las mujeres se acercaba a los dos millones (1.970.717).
Y el dato que demuestra que el mercado español no soporta el volumen de publicaciones es el de la inversión en producto cultural: si un español gastaba 368 euros por persona en 2008, en 2016 se queda en 306 euros.