Gabriel García Márquez dijo de él: “Cuando Lebrijano canta se moja el agua”. Creador de discos de referencia en la historia del flamenco, Juan Peña se distinguió por atreverse con la fusión del cante hondo y la música andalusí o por atreverse con cantes respetados como la seguiriya o la soleá. El cantaor ha fallecido esta madrugada en su casa de Sevilla a los 75 años de edad. El cuerpo será velado en su Lebrija natal. Ante su público más fiel.

Flamenco hasta la médula incluso para morir, Peña ha elegido una fecha flamenca para su tierra. Hoy arrancaba la programación de la Caracolá Lebrijana, uno de los festivales flamencos más respetados de la escena nacional. Este año su nombre no aparecía en el cartel. Sí lo hizo el año pasado, pero unos problemas de salud hicieron que el Lebrijano no pudiera participar en el cincuenta aniversario del espectáculo flamenco. Ahí empezaron los problemas.

Flamenco hasta la médula incluso para morir, Peña ha elegido una fecha flamenca para su tierra

Sus allegados narran cómo el último año ha sido un calvario de hospitales para el cantaor. Entradas y salidas que manifestaban la delicada situación del artista, que empeoraba con las altas temperaturas que se alcanzan en el Bajo Guadalquivir, su entorno natural. Hijo de Bernardo Peña y María la Perrata, gitanos de Lebrija y Utrera, Juan Peña estaba unido a una estirpe de flamencos en la que aparecen nombres como Perrata y Perrate, Fernanda y Bernarda de Utrera, Bambino, Turronero, Gaspar de Utrera, Miguel Funi, Diego del Gastor, Pedro Peña, Pedro Bacán o Dorantes, entre otros.

Poco tardó en demostrar lo que albergaba en sus genes, y en 1964 a los veintipocos años gana el concurso de Mairena del Alcor como cantaor, faceta que no abandonaría a lo largo de su vida.

Lebrijano y la Orquesta Andalusi. Encuentros. Edición de vídeo Jeshua.

Cantaor creativo

Profesionalmente El Lebrijano, nombre que adopta por su pueblo natal, empieza a actuar en la compañía de Antonio Gades, donde canta para acompañar al baile. Hasta que le llega la oportunidad de grabar, y Juan desata una creatividad inusitada, impropia hasta la fecha de un cantaor clásico. Lleva el mundo sinfónico al flamenco con La palabra de Dios a un gitano o la orquesta Andalusí de Tánger a Encuentros, Casablanca o Puertas Abiertas, donde profundiza en los orígenes del cante hondo acompañado del violinista marroquí Faiçal.

Este gitano, rubio, de tex blanca y de ojos azules, también llevaría la poesía a sus composiciones

Pero este gitano, rubio, de tex blanca y de ojos azules, también llevaría la poesía a sus composiciones. Ya bien fueran de Féliz Grande en Persecusión, uno de los imprescindibles donde narra la historia de los gitanos en España; o los escritos de Gabriel García Márquez, que da nombre a Cuando Lebrijano canta se moja el agua, su última grabación.

Su prolija carrera también evidencia su gusto por el cante ortodoxo, que domina, conoce y canta con profusión. Sus primeras obras están muy influenciadas por la obra de Antonio Mairena, a quién El Lebrijano admira. Pero pronto vence las barreras de la época para adentrarse en palos poco explotados en la época. Y de ahí surge ‘De Sevilla a Cai’, el que los expertos defienden como el disco más importante en su carrera. El LP cuenta con la participación de Paco de Lucía o Niño Ricardo. Grabó 14 discos.

Sus primeras obras están muy influenciadas por la obra de Antonio Mairena, a quién El Lebrijano admira

A lo largo de su carrera su nombre ha estado vinculado al de guitarristas como Manolo Sanlúcar o Juan Habichuela. También a los de Pedro María Peña y David Peña ‘Dorantes’, ambos también descendientes de los Perrate de Utrera y, por ende, familia suya.

el lebrijano con paco cepero bulerias

Reconocimientos

En 1997 el Ministerio de Cultura le otorga la Medalla de Oro al Trabajo, una más de los múltiples premios y distinciones con que ha sido galardonado a lo largo de su vida. Y en la última Bienal de Flamenco de Sevilla, celebrada en 2014, el Lebrijano es reconocido con el Giraldillo de Honor. A lo largo de su vida ha sufrido varias intervenciones quirúrgicas. Algunas lo han llevado al borde de la muerte. Pero, caprichosa, esta le ha sobrevenido esta madrugada en su casa de la plaza de San Julián de Sevilla. Donde, según apunta su círculo más cercano, ha sufrido una hemorragia interna imposible de controlar.

Estaba divorciado de la bailaora de los años 60 y 70 Charo Cortés que falleció en 2014. Actualmente, y desde hace más de 30 años, vivía con su nueva pareja, con la que no se llegó a casar. Deja dos hijos, cuatro nietos y un legado irrepetible en la historia del cante hondo.

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